El Málaga del jeque Abdullah al Thani no es tan brillante como hace tan solo un año, pero ha recuperado la esperanza ante una temporada histórica. Tras dos meses de convulsión absoluta por los graves problemas económicos que atenazan a una entidad con importantes deudas a jugadores, otros clubes y Hacienda, el equipo andaluz comienza a respirar después de ingresar 26 millones de euros con los traspasos de Santi Cazorla al Arsenal, Rondón al Rubin Kazán y Mathijsen al Feyenoord. A las puertas del estreno liguero frente al Celta y a ocho días del duelo de ida de previa de Liga de Campeones ante el Panathinaikos, el Málaga ha empezado a pagar algunas de las deudas que tenía pendientes con los jugadores.
“Hemos cobrado lo prometido y eso nos da tranquilidad”, destacó el centrocampista Camacho, contento, como sus compañeros, por haber recibido parte de la ficha de la temporada pasada, tal y como acordaron los jugadores con los dirigentes del club durante la estancia del equipo en Campoamor (Alicante) a finales del mes de julio. Este primer pago ha venido acompañado del abono de parte de la deuda a algunos de los acreedores del club, caso de Villarreal y Osasuna —por las ventas en su día de Cazorla y Monreal—, aunque resta todavía para satisfacer el total del importe. Estos primeros desembolsos se han podido efectuar gracias al acuerdo al que el Málaga ha llegado con Hacienda, que tenía retenido, por ejemplo, el importe del traspaso de Cazorla al Arsenal (15 millones). Presentado un plan de viabilidad a Hacienda, que está a punto de cerrarse de forma oficial, el Málaga ha obtenido permiso para ir satisfaciendo las numerosas deudas contraídas. “Éramos un gigante con los pies de barro y no teníamos más remedio que vender para buscar el equilibrio financiero”, indican fuentes del club.
“El espejo es el Valencia”, señalan también en el Málaga, en referencia a un club con graves problemas financieros que se ha desprendido año tras año de sus mejores jugadores sin que ello haya supuesto bajar del tercer puesto en la Liga en las últimas tres temporadas.
“Hemos cobrado lo prometido y eso nos da tranquilidad”, destaca Camacho
La intención del Málaga después de canalizar los pagos es la de reforzarse, sobre todo en la delantera, donde ha sufrido las ausencias de Van Nistelrooy, retirado, y Rondón, traspasado. El único delantero nato ahora en la plantilla es el uruguayo Seba Fernández, pues Baptista continúa lesionado. La posibilidad de reforzarse, sin embargo, ha llegado un poco tarde para afrontar la decisiva eliminatoria de Liga de Campeones ante el Panathinaikos.
El pasado lunes expiraba el plazo dado por la UEFA para presentar la lista oficial de jugadores que afrontarán la eliminatoria previa y el club andaluz se ha visto obligado a inscribir hasta cuatro jugadores del filial, el Atlético Malagueño. La UEFA sí permite fichar un jugador hasta 24 horas antes del partido, que se jugará el miércoles 22. La búsqueda de un delantero se antoja fundamental en una temporada tan exigente para el Málaga, poco acostumbrado a pelear en tres competiciones.
Lejanas ya las inversiones de la pasada campaña (58 millones en 10 fichajes, entre ellos el de Cazorla, ahora nuevo moneda de cambio), la fórmula a seguir será la de la cesión con opción a compra. El Málaga ya no está para dispendios como los del curso anterior. En este aspecto, de los posibles refuerzos ha cobrado fuerza el nombre de Javier Saviola, del Benfica.
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