Al jugador le cambiaron los planes en 2010, al detectarle una anomalía cardíaca que le pudo haber costado la vida
La historia de Sergio Sánchez (Mataró; Barcelona, 3-04-1986) es la de un apasionado de su trabajo. Cuando se calza las botas siente que es la persona que siempre quiso ser. “Es lo que me hace sentir vivo, jugar, competir, es una forma de vida. El saber que soy mejor que mi rival, el saber que consigo superar mis metas. El tema de la superación me lo hago mío”.
Superar obstáculos se ha convertido en una constante en su carrera. El más crudo ocurrió cuando le anunciaron que ponía en riesgo su vida si seguía jugando. “Variaciones cardíacas fuera de los parámetros normales” recomendaban la retirada. Se rompía el sueño con la brusquedad de las noticias que llegan sin avisar.
Corría el año 2010 y su carrera se torcía un 31 de diciembre como si se tratara de una perturbadora premonición. La vida se hacía insoportable. “Me lo tomé mal porqué siempre quise ser futbolista desde chiquitín. Durante casi tres meses pensaba que se me había acabado el fútbol. Me levantaba a una hora diferente cada día... me pasaba las horas llorando”.
Juan Ribas, el jefe de los servicios médicos del Sevilla por entonces, encontró un mensaje de esperanza en Alemania. “Me comentó que teníamos que ir y ahí el médico Han Silver me aseguró que era factible volver a jugar”. Se abría un nuevo escenario. El peaje era una operación a corazón abierto pero apenas consideró la opción de desechar una oportunidad como aquella. “Es una de las cosas más intensas que me han pasado en la vida. Sabíamos que había riesgos reales y el Sevilla me ofrecía la posibilidad de seguir ligado al club como técnico. En mi familia no lo veían claro pero al final me dieron todo su apoyo”.
Tras la operación tardó un año y treinta días en volver a los terrenos de juego. Fueron meses de espera (“me hinché a ver fútbol y viajé mucho con mi familia”) antes de llegar a la fase más complicada. Perder el miedo. “Volver a la normalidad fue lo más difícil. Traté de pensar en otras cosas. Lo superas como puedes. No podía quedarme a medio camino y no volver”. En el vestuario del Sevilla colgaron una camiseta con el '17' y un mensaje tajante: 'Nada puede contigo'.
Sergio volvió a sentirse futbolista en el Sevilla pero decidió emprender una nueva aventura en Málaga por razones futbolísticas. “Le debo mucho al Sevilla porque es el club que puso todo a mi disposición para volver al fútbol”. Ahora trata de encontrar su sitio con Pellegrini. “Me encuentro bien, volviendo a coger el tono físico y el ritmo de partidos”. Este fin de semana le espera un reto mayúsculo. Enfrente estará el Barcelona y el jugador más difícil -dice- de marcar del campeonato. Un tal Iniesta. “No te deja fijarle, se mueve por todo el campo y tiene buena salida por la derecha y la izquierda”.
A Sergio el partido le trae muchos recuerdos de infancia. Como cadete del Espanyol se cruzó con Piqué, Cesc y Víctor Vázquez, entre otros. Antes coincidió en el Mataró con el de Arenys. “Tenía nueve años y ya hacía las mismas cosas que ahora. Es una persona fantástica, con la que puedes hablar de todo y que vive para el fútbol”.
Jarque fue una motivación para su lucha
Durante todo su largo proceso de lucha y recuperación, el jugador siempre tuvo a Dani Jarque en la cabeza. Fue su mayor inspiración y una motivación extra, hasta el punto de repetirse un mantra durante varios meses. “Su recuerdo no me deja caer y me hace estar hacía arriba”, se sigue repitiendo hoy en día.
http://www.sport.es/es/noticias/liga-bbva/sergio-sanchez-futbol-como-forma-vida-1344163
La historia de Sergio Sánchez (Mataró; Barcelona, 3-04-1986) es la de un apasionado de su trabajo. Cuando se calza las botas siente que es la persona que siempre quiso ser. “Es lo que me hace sentir vivo, jugar, competir, es una forma de vida. El saber que soy mejor que mi rival, el saber que consigo superar mis metas. El tema de la superación me lo hago mío”.
Superar obstáculos se ha convertido en una constante en su carrera. El más crudo ocurrió cuando le anunciaron que ponía en riesgo su vida si seguía jugando. “Variaciones cardíacas fuera de los parámetros normales” recomendaban la retirada. Se rompía el sueño con la brusquedad de las noticias que llegan sin avisar.
Corría el año 2010 y su carrera se torcía un 31 de diciembre como si se tratara de una perturbadora premonición. La vida se hacía insoportable. “Me lo tomé mal porqué siempre quise ser futbolista desde chiquitín. Durante casi tres meses pensaba que se me había acabado el fútbol. Me levantaba a una hora diferente cada día... me pasaba las horas llorando”.
Juan Ribas, el jefe de los servicios médicos del Sevilla por entonces, encontró un mensaje de esperanza en Alemania. “Me comentó que teníamos que ir y ahí el médico Han Silver me aseguró que era factible volver a jugar”. Se abría un nuevo escenario. El peaje era una operación a corazón abierto pero apenas consideró la opción de desechar una oportunidad como aquella. “Es una de las cosas más intensas que me han pasado en la vida. Sabíamos que había riesgos reales y el Sevilla me ofrecía la posibilidad de seguir ligado al club como técnico. En mi familia no lo veían claro pero al final me dieron todo su apoyo”.
Tras la operación tardó un año y treinta días en volver a los terrenos de juego. Fueron meses de espera (“me hinché a ver fútbol y viajé mucho con mi familia”) antes de llegar a la fase más complicada. Perder el miedo. “Volver a la normalidad fue lo más difícil. Traté de pensar en otras cosas. Lo superas como puedes. No podía quedarme a medio camino y no volver”. En el vestuario del Sevilla colgaron una camiseta con el '17' y un mensaje tajante: 'Nada puede contigo'.
Sergio volvió a sentirse futbolista en el Sevilla pero decidió emprender una nueva aventura en Málaga por razones futbolísticas. “Le debo mucho al Sevilla porque es el club que puso todo a mi disposición para volver al fútbol”. Ahora trata de encontrar su sitio con Pellegrini. “Me encuentro bien, volviendo a coger el tono físico y el ritmo de partidos”. Este fin de semana le espera un reto mayúsculo. Enfrente estará el Barcelona y el jugador más difícil -dice- de marcar del campeonato. Un tal Iniesta. “No te deja fijarle, se mueve por todo el campo y tiene buena salida por la derecha y la izquierda”.
A Sergio el partido le trae muchos recuerdos de infancia. Como cadete del Espanyol se cruzó con Piqué, Cesc y Víctor Vázquez, entre otros. Antes coincidió en el Mataró con el de Arenys. “Tenía nueve años y ya hacía las mismas cosas que ahora. Es una persona fantástica, con la que puedes hablar de todo y que vive para el fútbol”.
Jarque fue una motivación para su lucha
Durante todo su largo proceso de lucha y recuperación, el jugador siempre tuvo a Dani Jarque en la cabeza. Fue su mayor inspiración y una motivación extra, hasta el punto de repetirse un mantra durante varios meses. “Su recuerdo no me deja caer y me hace estar hacía arriba”, se sigue repitiendo hoy en día.
http://www.sport.es/es/noticias/liga-bbva/sergio-sanchez-futbol-como-forma-vida-1344163