Todo lo que no sea votar a PP, es voto para PSOE.

Me explico. Todos sabemos que o sale PP con mayoría absoluta o el PSOE se va aliar con IU y vuelven a gobernar. Todos los demás votos son votos que van a ir a partidos minoritarios que posiblemente no consigan ni representación en la cámara.

al PSOE le conviene que se vote a partidos minoritarios que ninguno de ellos le dará el voto al PP en la investidura

Yo no voto ni a PP ni a PSOE son el mismo perro con distinto collar.

¿porque arenas no ha salido en el debate de canal sur?

Eso digo yo... si dijera lo que pienso y lo que se de Arenas estaría baneado, tengo un amigo de Olvera que estuvo con su sobrina y vaya.

Porque no tiene nada que decir, y antes de hacer el ridículo pues se queda en casa.

Tenía más que perder que ganar anoche

Es muy típico del caballerete ese.

mi duda es votar al PSOE o a IU porque lo de la ley electoral hace que un voto a IU valga menos que uno al PSOE y eso beneficia a la derecha,pero vamos yo soy muy de izquierdas

Jesper escribió:mi duda es votar al PSOE o a IU porque lo de la ley electoral hace que un voto a IU valga menos que uno al PSOE y eso beneficia a la derecha,pero vamos yo soy muy de izquierdas

ese es un grave problema, en ese caso se beneficia quien no quieres

Jesper si eres muy de izquierdas y votar al PSOE no lo veo compatible, yo si soy de izquierdas tengo claro que voto a IU. El PSOE hace también política de derachas como se ha podido ver

Jesper escribió:mi duda es votar al PSOE o a IU porque lo de la ley electoral hace que un voto a IU valga menos que uno al PSOE y eso beneficia a la derecha,pero vamos yo soy muy de izquierdas

Entiendo tu postura, pero si encima que IU necesita más votos para tener representación no se los vamos a dar entonces sí que seguirá siendo un bipolio entre los dos grandes.

Yo tengo muy claro mi voto, y no solo porque IU me parezca una muy buena alternativa, también porque se ha demostrado que PP y PSOE son el mismo perro con distinto collar. Que uno hundió al país y el otro va camino de rematarlo. Al PP no lo votaría en mi vida, y el PSOE ya no me engaña más.

nadie va a votar a falange?

alguno habrá ale pero pocos

Ya quedan pocos días para el 25

Yo ya he votado por correo. A ver qué tal, pero apesta a mayoría absoluta del PP. Va a empezar a salir mierda de forma guapa.

a ver lo que pasa al final

Ya lo había dicho en ocasiones anteriores, pero ayer, en Armilla (Granada), el presidente del PP-A y candidato a la Presidencia de la Junta, Javier Arenas, lo repitió con contundencia: "En mi primera semana de gobierno, la mitad de los altos cargos de la Junta se irán fuera". Esto fue lo más destacado de un acto en el que Arenas no aportó ninguna nueva propuesta; optó por las recetas que viene ofreciendo desde hace semanas.

Entre ellas, la petición de responsabilidades judiciales y políticas a los dirigentes socialistas que han dejado a muchos ayuntamientos andaluces "en la ruina, hipotecando el futuro de los que están, de sus hijos y de sus nietos"; en turismo prometió crear el programa Andalucía Universal para impulsar el turismo monumental y cultural, colocar al sector agroindustrial y urbanismo residencial como principales fortalezas autóctonas para crear empleo; o austeridad a rajatabla en la administración autonómica.

Y por supuesto, empleo. Crearlo, Arenas lo ha dicho muchas veces, es su obsesión. Con fórmulas como el apoyo incondicional a los emprendedores, a las pymes y a los empresarios en general, un colectivo del que subrayó que en ningún caso se le puede considerar "el enemigo" porque es todo lo contrario. "El que dé un paso adelante para crear puestos de trabajo nos tendrá detrás porque al que invierte hay que hacerle un monumento", afirmó.

En su intervención, naturalmente, hubo críticas a los socialistas. A su "despilfarro", a los mil millones supuestamente desaparecidos en la trama de los ERE, o a su actual propensión a ponerse detrás de una pancarta.

Horas después, en un foro de su partido sobre Justicia celebrado en Loja (Granada), Arenas abogando por un "gran pacto" en Andalucía con garantías económicas y con un nuevo esquema en función de las necesidades de la administración judicial. Se mostró partidario de abrir un debate sobre los actuales modelos judiciales y de nombrar una comisión de expertos de prestigio para hacer un balance autocrítico.

VIRGINIA GUZMÁN Diego Valderas, candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Junta de Andalucía, afronta la cita electoral del domingo con optimismo, convencido de que IU va a subir en representantes para ser «una fuerza política determinante en el Parlamento». Evita hablar de posibles pactos con los socialistas –«el PSOE tendría que hacer mucho propósito de enmienda», dice–, pero da por descartado dejar gobernar al PP. Entre sus propuestas, cambiar el modelo productivo andaluz, potenciando la agricultura, el turismo y los servicios, y mano dura con la corrupción para que no se repitan casos como el de los ERE.

Tiene una agenda apretada, pero el cansancio no le hace mella y está optimista y con ganas de dar guerra. Está convencido de que el electorado estará de su parte y de que la izquierda que representa ganará espacio. Atiende a este periódico a las doce del mediodía, no ha tenido tiempo para desayunar, pero esa mañana ya ha visitado dos provincias.

En las dos citas electorales de este último año, IU ha mejorado su posición, y las encuestas pronostican también un crecimiento el 25M. ¿Es optimista sobre los resultados?
La flecha de IU está hacia arriba, creo que estamos volviendo a recuperar el espacio de mucha gente que nos esperaba con cierta ilusión. Hemos sido capaces de situarnos en un discurso político que cada día está encontrando más gente coincidente con él y esa coincidencia es la que yo creo que nos va a llevar a tener un crecimiento, que incluso nos puede dejar en la posición de ser una fuerza política determinante en el Parlamento. También hay que reconocer la realidad de que el PSOE representa un proyecto político fracasado, el fracaso de las políticas de Griñán, de más de treinta años de gobierno y la factura dramática de esa herencia, con 1.200.000 desempleados. Todo ello pone de manifiesto que hay un nuevo tiempo político.

Ese crecimiento, ¿es achacable a la caída del PSOE?
Yo creo que subimos por nuestros aciertos y por nuestra capacidad de haber recuperado un pulso y una sensibilidad social muy importante, no sólo por demérito de otros. El que ha subido por demérito del PSOE ha sido el PP. Nosotros lo que hemos subido nos lo hemos ganado, como dicen en mi tierra, a pulso, estamos ganando tajo a tajo, cavada a cavada en un suelo duro. Si bien es cierto que hay otra cuestión, la gente se está dando cuenta de que hay una izquierda de boquilla y una que no lo es. Yo creo que la gente ha visto que el PSOE es una izquierda de boquilla, una izquierda que cuando está en el poder es de derechas y cuando está fuera parece un revolucionario. A veces parece que es lo que ocurre, se ponen la chaqueta de pana rápidamente. Por eso, frente al bipartidismo sólo hay políticas de izquierdas y en ese lado estamos nosotros, en la decencia, la coherencia, la ética política.

La llegada de Rajoy al Gobierno central ha traído ya algunos cambios. ¿Cómo los valora?
Las cinco o seis grandes medidas que ha tomado hasta ahora nos llevan a una situación muy dramática, de emergencia, yo incluso creo que a veces hasta de estallido social de seguir así, porque estamos en una situación en la que un gobernante nos anuncia unos presupuestos para tener casi 700.000 desempleados más en este país, y estoy seguro que 150.000 de ellos serán en Andalucía.

¿Habrá pacto con el PSOE si los resultados del domingo dan margen para ello?
Lo primero que me planteo es escuchar a las urnas y escuchar el mensaje que nos mande el pueblo, antes de tomar una decisión. Nuestro techo está al alza, eso en un momento nos llevó a un 20% del electorado y yo no renuncio a ese apoyo. Si lo alcanzamos la gente nos lo estará dando para que nos mojemos en harina y gobernemos. Si tenemos fuerza pondremos nuestras políticas encima de la mesa y, con toda sinceridad, no estamos dispuestos a dejar pasar políticas de derechas las practique quien las practique. El enfrentamiento nuestro con la derecha es histórico. Somos dos lados opuestos del modelo del desarrollo de una sociedad, ellos son del sistema y nosotros, antisistema. Yo creo que el PSOE tendrá que hacer mucho propósito de enmienda para que las políticas de izquierda que nosotros planteamos se abran paso. Por lo tanto yo la pregunta la plantearía al revés, qué van a hacer otros cuando nosotros pongamos nuestras políticas de izquierda encima de la mesa.

¿Hay posibilidad de que, si Arenas no tiene mayoría, lo dejen gobernar? Pasó en Extremadura…
Eso está descartado, diría yo. Pero también hay una cuestión clara, nuestros estatutos recogen que cuando llegue el momento de gobernar o no gobernar, si es que llega, ojalá, consultaremos a nuestra gente y yo no me voy a adelantar a su opinión. Sí les puedo adelantar que no me voy a casar nunca con políticas de derecha. Pero no me he casado nunca con políticas de derecha del PSOE ni del PP. Eso lo quiero dejar muy claro: no me casaré con políticas de derechas.

¿Qué papel cree que juega en esta campaña la huelga general?
Yo vengo diciendo que el día 25 es el primer día de la batalla de la huelga general, estoy convencido de que hay que castigar a los malvados en las urnas. No hay que tener piedad con los malvados, porque si los malvados nos hacen las políticas que nos están haciendo no vamos a tener perdón con ellos, no les vamos a dar paz a los malvados y en ese sentido no darle paz a los malvados significaría derrotar esa política en las urnas. Yo diría que en las urnas hay que derrotar dos reformas laborales: la de hoy y la de ayer. Me decía el otro día Antonio Romero, un hombre al que admiro una barbaridad: «Mira Diego, a veces, en política hay que decir cosas que fotografíen la realidad. En el plano ideológico, en función de la reforma laboral, en todo caso, el Partido Socialista es trece días menos de derecha del PP. Uno dijo 33 días para el despido y otro dijo veinte». Y lleva mucha razón. El día 25 hay que derrotar las dos reformas.

El tema que sí está marcando esta campaña, sin duda alguna, es el caso de los ERE…
Si llegamos a la Junta o tenemos fuerza en el Parlamento, trataremos de que las instituciones sean palacios de cristal. Los ciudadanos tienen que saber por dónde entra el dinero, quién lo maneja y por dónde sale. Hay que levantar todas las alfombras que sean necesarias. El PP no está legitimado para dar lecciones de honestidad a nadie y hay que disponer de medidas que corten la corrupción. La primera es que tiene que haber una democracia muy participativa, una agencia de evaluación del desarrollo y control de las cuentas públicas, darle más instrumentos a la Cámara de Cuentas y crear un código ético durísimo. Y hay que apartar a todo el que meta la mano en la caja pública, hay que mandarlo a la cárcel o a su casa, quitarlo de la vida pública. Tiene que haber comisiones de investigación. Son nuestras medidas para abrir un tiempo de manos limpias. Ha podido haber gente que ha metido la mano y gente que ha sido permisiva con los que han metido la mano, por lo tanto hay una responsabilidad por acción u omisión. Yo le decía a Griñán en el debate: no me diga tonterías, no me diga que ha sido el primero en luchar cuando era el responsable de que no sucediera, usted tenía que haberlo evitado. Es responsable de que haya sucedido, más allá de que no sea quien directamente ha metido la mano.

¿Cree que Griñán o Chaves conocían esta trama?
Tener conocimiento de lo que era y representaba un ERE creo que es difícil negarlo. Tener conocimiento de que un director general o un consejero estuviera metiendo la mano, bueno, tengo mis dudas. Pero en cualquier caso yo creo que eran conscientes de que había determinadas anomalías, irregularidades, sobre todo en los procedimientos, en la forma de darse, de otorgarse una subvención. Ahora, más allá, lo tendrá que establecer la justicia. La justicia está para cuestiones penales, el Parlamento para cuestiones políticas. Y ahí es donde creo que ha cometido un gran error. Yo, si hubiera estado en su lugar, hubiera cesado a quien fuera necesario y hubiera hecho un acto de ejemplaridad que Griñán no se ha atrevido a hacer. Mi pregunta es: ¿Por qué no se ha atrevido a hacerlo?

Pero casos como éste, Gürtel, o los vividos en Málaga devalúan la imagen del político.
Yo creo que nadie puede dudar de que ahora mismo hay un cierto desprestigio en la política, de las instituciones y la vida pública. Incluso a riesgo de desprestigio de la democracia. Por eso tenemos que estar muy interesados en recuperar el espacio perdido.

¿Y eso cómo se consigue?
Todos no somos iguales. Eso es lo primero que me gustaría decirle a los ciudadanos. Es muy fácil para los ciudadanos pensar «todos sois iguales», pero oiga todos no somos iguales. La gente conoce que ha hecho Urdangarin y todo lo que le rodeaba, hasta dónde ha llegado Gürtel, Fabra o Alhaurín el Grande, sabe de los ERE y cómo ha actuado el tráfico de influencias, el amiguismo, el enchufismo, lo que ocurre cuando alguien se cree que el solar es suyo. En Valencia se creían que el solar era suyo y en Andalucía se han creído que el solar era suyo. En Valencia me ha sorprendido que no penalizaran en las urnas esa forma de actuar, yo espero que aquí se penalice.

Asistimos a una campaña autonómica de tinte muy nacional, con dos temas que están centrando los discursos: sanidad y educación. Alertan ya de recortes…
En estos elementos, que son los que igualan a los ciudadanos, salud, educación, dependencia, servicios sociales, no se puede dar ni un paso atrás porque hay otras fórmulas en la política fiscal, en perseguir el fraude, que están limitando a las administraciones. Nosotros tenemos una posición clara, educación pública, laica, universal y gratuita; salud en la misma línea y dependencia. Nos parece, cómo diría yo, un insulto que mientras le están dando dinero a los bancos, al mismo tiempo el PP haya recortado la posibilidad de que el 1 de enero 30.000 personas que tienen dependencia tuvieran a alguien que les atendiese. Eso me parece muy grave y muy duro.

¿Y qué propone IU?
Andalucía está en una situación tan dramáticamente delicada que necesitamos buscar la fórmula para alcanzar un gran acuerdo económico-social para crear empleo, recuperar la economía social y al mismo tiempo una mayor dosis de capacidad de intervención pública en la economía para crear el suficiente empleo y romper la pobreza. Vamos a plantear políticas de izquierdas y progresistas porque creemos que sólo las políticas de izquierda pueden dar una salida social a la crisis, las políticas de derecha ya sabemos hasta donde nos han traído. Ha llegado el momento en este país de que haya menos ricos para que haya menos pobres, cuando la dinámica parece la contraria, cada vez hay más ricos más ricos y más pobres más pobres. Yo creo que hay que cambiar eso con un modelo económico nuevo.

Pero el tejido productivo andaluz ha dependido en exceso de los sectores que más están notando la crisis…
Eso tiene que transformarse porque estamos en un modelo equivocado, no hemos salido del especulativo, que obnubiló al PSOE. Por eso proponemos un modelo basado en cuatro o cinco pilares: Debe ser solidario, tiene que ser sostenible, no puede ir contra la riqueza natural, la sostenibilidad, no puede ser desigual, que es lo que presentan el PP y el PSOE, porque la mujer en tiempo de crisis está sufriendo más que nadie. Y hay que ser capaces de potenciar nuestros recursos endógenos. Andalucía tiene tres sectores estratégicos fundamentales: el agroalimentario, el sector turístico integral y esa planificación turística que se necesita con la experiencia que tenemos en zonas como Málaga, que es bandera en el mundo entero de un turismo bien desarrollado, otra cuestión es que la ordenación del territorio deja mucho que desear…, y las energías renovables y los grandes servicios. Proponemos un modelo fiscal nuevo, una banca pública y un instituto de crédito andaluz. Y no se puede olvidar a las pymes, los autónomos y las cooperativas.

Se insiste en emprender, pero sigue sin ser fácil.
Santiago Herrero, presidente de la CEA, se mira tan poco al espejo que no se ha dado cuenta de que lleva 30 años poniendo la mano del dinero público y ahora resulta que él no es culpable de que haya 1,2 millones de desempleados. ¿Qué me está diciendo usted? Si usted ha vivido del dinero público al que hoy quiere matar. No ha sido capaz de estructurar un sector empresarial andaluz propio, se he dejado invadir, cuando tendría que haberse plantado cual Don Quijote frente a los molinos de viento.

ISABEL MORILLO «Una de las soluciones». El candidato socialista, José Antonio Griñán, abrió así ayer la veda a la posibilidad de un pacto de gobierno entre PSOE e Izquierda Unida. En una entrevista en Onda Cero, Griñán abrió una rendija a la coalición. Mientras, el candidato de IU, que sigue con sus soflamas contra la socialdemocracia, dijo no ser Rappel, desprovisto de dotes para saber qué pasará el domingo, aunque dejó caer que «la matemática parlamentaria hace milagros».

A los socialistas le chirrían los dientes solo de pensar en un pacto con el partido de Diego Valderas, amenazado por sectores duros de la federación como el que representa el número uno por Sevilla, Juan Manuel Sánchez Gordillo. Al alcalde comunista de Marinaleda (Sevilla) se le ha oído mil veces renegar de todo lo que huela a PSOE, aunque haya colmatado su pueblo de infraestructuras firmadas por los consejeros de la Junta, a quienes asaltaba en los pasillos del Parlamento o directamente con los vecinos okupando despachos.

Aunque no se sabe si sería peor el sacrilegio para Griñán, tan lejos de Valderas. El socialista atrajo a su Gobierno a Rosa Aguilar y fracasó en el cortejo de Concha Caballero. En los pasillos de la Junta ya circulan todo tipo de versiones sobre las consejerías del trueque: Educación, Empleo...

PSOE e IU siguen abominándose mutuamente, como dos novios peleados que consiguen el peor retrato del otro ante sus familias para acabar al final juntos. Ayer Griñán dio un paso por si cabe la reconciliación en el caso, cada vez más hipotético, de que Javier Arenas no llegue a los 55 diputados que le garantizarían el poder. De la crisis económica instalada y que ha traído un millones de parados a Andalucía «no tienen ninguna culpa ni los socialistas ni los comunistas», dijo.

Hay experiencias de pactos PSOE e IU en el ámbito municipal. Funcionaron en las penúltimas municipales, en 2007, en un acuerdo cerrado por las direcciones regionales de ambos partidos. Sevilla, Córdoba y Jaén fueron ejemplo. No funcionaron, dijeron los votantes, que auparon al poder al PP en la siguiente ronda electoral.

Los socialistas gobernaron Andalucía en coalición cómodamente desde 1996 a 2004. Su muleta fue el Partido Andalucista. Aquel reparto de poder fue por parcelas. A los andalucistas les dieron consejerías de gran proyección, como Turismo, que los nacionalistas utilizaron para darse brillo, pensando en sus intereses electorales y les crearon otras, como aquella invención de Relaciones Institucionales. La experiencia fortaleció al PSOE y hundió a un PA que no reflota.

De pactos saben también PP e IU. Aún circula la foto de la pinza que Luis Carlos Rejón le entregó a Javier Arenas y que unió a ambos en una estrategia que en 1994 logró acorralar a Chaves.

Para las caravanas ayer fue día de curvas. Griñán paró en Olvera, el pueblo de Arenas y del actual consejero de Gobernación, Francisco Menacho, que reniega de sus oriundos y es bastión de IU. Hoy el candidato del PP celebrará un acto en una cooperativa, casi calcado al del socialista. Allí Griñán reprochó con dureza la utilización electoral del acto institucional de La Pepa. Afeó a Mariano Rajoy que metiera en su discurso institucional «una bacalá». El presidente animó al pueblo andaluz, como en 1812, a «huir del inmovilismo y la resignación», pasaje idéntico al que repite en sus numerosos mítines andaluces.

Arenas repitió en Marbella. El popular sigue: de recortes sociales nada, promete frente al discurso del miedo socialista. Las tijeras irán a los móviles (dijo que hay 40.000 que dejará en 10.000) y a los coches (subastará el 50%). El mantra: PSOE igual a corrupción y despilfarro. Lo malo es que para cuadrar los 4.000 millones que estima que debe de la Junta no llega ni con sus consejeros yendo en autostop a las reuniones en Madrid.

Paradojas de la campaña socialista. Puede que sea una gran estrategia, brillante, esa de hacer que José Antonio Griñán se pasee solo por Andalucía sin coincidir con ninguno de los líderes de su partido. Se verá en las urnas en solo seis días. Ayer volvió a ocurrir. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, estuvo en Huelva, donde confió en que el pueblo andaluz es «sabio» y «no se va a dejar engañar por la derecha» el próximo domingo.

Ultima encuesta de La Razón (Muestra:2.700 entrevistas)

PP 55 / 57

psoe 42 / 43

iu 7 / 9

UPyD 0 / 2

PA 0 / 1

el PA es la verguenza política de España

ya queda muy poco para el domingo

Me pasará factura sin duda, porque los hechos son graves y deterioran la confianza; naturalmente, que sí". El presidente de la Junta y candidato socialista, José Antonio Griñán, se expresó, así, sin tapujos, ayer por la mañana en una entrevista en Antena 3. Por la noche, la juez Mercedes Alaya, la que instruye el caso de los ERE, envió a prisión al que fuera chófer del ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero.

Juan Francisco Trujillo, que es el nombre del conductor, declaró que ambos se esnifaban unos 25.000 euros de cocaína al mes con cargo a los fondos públicos. Guerrero, que permaneció en su cargo hasta con tres consejeros de Empleo y cuya gestión debía tener menos controles que la frontera geográfica entre las provincias de Jaén y Ciudad Real, le concedió a su conductor 1,3 millones de euros en ayudas que, supuestamente, debían destinarse a prejubilaciones o a empresas para crear empleo, pero, al menos, un millón se los gastaron en drogas, fiestas y regalos para ambos.

La juez Alaya hizo llamar a los implicados más explosivos de este caso a lo largo de la campaña electoral: Guerrero entró en prisión la semana pasada y su conductor, le acompaña ya en este viaje. Pero la casualidad quiso que ayer mismo también se condenara a Jaume Matas, ex presidente de las Islas Baleares y ex ministro de José María Aznar, a seis años de prisión en una de las piezas del caso Palma Arena; en esta ocasión, por pagarle cerca de medio millón de euros a un periodista para que le escribiese sus discursos y redactara artículos de opinión en varios periódicos sobre lo bueno que eran los parlamentos de Matas. Los suyos. El PP se apresuró a decir que el ex ministro de Medio Ambiente ya no es militante de este partido, y la número dos del PSOE andaluz, Susana Díaz, mantuvo que el candidato popular, Javier Arenas, debía de dar explicaciones por esta condena. Díaz aseguró que los dos partidos no son iguales, porque a ellos, en el PSOE, "nos asquea y nos repugna que alguien abuse de lo público". Y el segundo del PP andaluz, Antonio Sanz, acusó a los socialistas de "fraude monumental" y "prácticas mafiosas". Hoy habrá más, el PP no sólo planificó su campaña en función de su propio programa, sino de los grados de erosión a los que iban a someter a sus contrincantes socialistas. La munición estaba preparada.

La juez Alaya trabaja en el campo de lo penal, que en el caso de los ERE está muy nucleado en torno a la Consejería de Empleo y básicamente en la provincia de Sevilla, pero los hechos son tan bochornosos que la mancha política se extiende por todo el Gobierno andaluz y por el PSOE, y tal como admitió Griñán, le pasará factura política en las urnas. Lo de Baleares causa sonrojo, pero es más que posible que los andaluces voten el domingo 25-M pensando más en Andalucía que en las isla mediterráneas. Las bombas sincronizadas de los ERE han ido estallando con perfección a lo largo de la campaña, argumentando con su eco el discurso de Arenas de que 30 años de gobierno son demasiados para un mismo partido.

Arenas, cada día más seguro, a veces se confunde: en ocasiones, asegura que la mayoría absoluta está en el aire y otras mantiene que, cuando sea presidente, no podrá bajar los impuestos hasta que no conozca las cuentas reales de la Junta. Lo dijo en Olvera, su pueblo de origen. Se contiene, pero las encuestas que le llegan, diariamente, no apuntan a los sucedido en 1996, cuando perdió unas elecciones que se daban por ganadas en el campo demoscópico. En aquella ocasión, 10 días antes de la cita con las urnas, el PP ya sabía que no iba a ganar, y el temple de Javier Arenas no indica, en esta ocasión, la más mínima sobra de duda. Es seguro que ya no hay sondeos que le den menos de 55 diputados.

Sin embargo, Griñán no se da por vencido, confía en que los ajustes económicos de Rajoy o anuncios como el de ayer de su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de que la administración no puede ser una agencia de colocación de trabajadores, aglutine al voto de izquierdas que el pasado 20 de noviembre -día de las elecciones generales- o no les votó, porque se quedó en casa, o se disgregó entre la miríada de partidos que se congregaron en torno al movimiento del 15-M. Un destacado dirigente socialista mantuvo ayer a este medio que el caso de los ERE ya les ha hecho todo el daño posible: "Quien ha decidido no votarnos por esto lo pensó hace ya muchos meses". En IU también opinan que aún es posible impedir la absoluta del PP. Uno de sus candidatos explicó a este periódico que la decisión, si se da el caso, de dejar pasar a Griñán en la investidura está adoptada, aunque no formalmente. ¿Qué significa esto? Pues que los parlamentarios de IU impedirían, si Arenas no llega a la mayoría absoluta, que gobernase el PP, para lo que, no obstante, tendrían que convencer antes a sus bases. Lo de entrar en el Gobierno es un asunto que no se plantean aún, deberá ver cuáles son los resultados. Otras fuentes sí explicaron que la decisión de no ir por el camino extremeño ya se ha decidido entre todos los sectores de IU. Frenarán, en sus palabras, a la derecha.

Quedan cuatro días, y PSOE, PP e IU van a apurar todas las horas, aunque con claras diferencias. Rajoy vuelve a Andalucía el viernes, y cerrará en Sevilla junto a Javier Arenas. Rubalcaba también estará en Sevilla con Griñán y Felipe González, y será sólo la segunda vez que el secretario general y el presidente del PSOE coincidan en esta campaña. Y Manuel Chaves, el hombre que ganó en 2008, se queda en Ubrique. Nadie lo invita.