La final número cien de la Copa Davis ya tiene ordenado su guión. Tras el sorteo que acaba de celebrarse en el Obecni dum de Praga, sede del ayuntamiento de la capital checa, serán David Ferrer y Radek Stpeanek los encargados de abrir la eliminatoria, el viernes, a las 16.00 h. (La 1) en el O2 Arena. A continuación, jugarán Tomas Berdych y Nicolás Almagro. Hace tiempo que este tipo de ceremonias perdieron buena parte de su misterio. Basta extraer una bola para trazar el discurrir de la serie, que cerrarán, salvo imprevistos, Almagro y Stepanek.
"Si me hubieran dado a elegir, hubiera elegido que abriera Ferrer, porque ha jugado más finales y tiene más experiencia", manifestó satisfecho el capitán español, Álex Corretja. "La final es similar, pero distinta de la de Argentina en la medida en que ya lo hicimos. Hemos ganado el título cinco veces y disfrutamos de una situación más relajada", añadió. A Ferrer poco le importa su orden de entrada a la pista. "Me da igual, que juego primero, me mentalizo. Y en caso contrario, igual. Siempre es importante ganar para que Nico entre más tranquilo con un punto a favor", valoró el tenista de Jávea.
La ITF había confirmado con anterioridad los cuatro integrantes del equipo español, descartando las dudas que pudieran pervivir sobre la 'titularidad' de Feliciano López. El zurdo ocupó pronto los asientos reservados a técnicos y preparadores del equipo, unas filas por delante de los periodistas, frente al estrado donde tuvo lugar el acto de presentación, con las dos formaciones elegidas un escalón por debajo de las autoridades federativas. Feli, con gafas, se sentó entre Samuel López, entrenador de Almagro, y Fernando Vicente, técnico de Marcel Granollers.
Finalmente, Corretja optó por mantener a los hombres que han traído a España hasta la final, en busca de su sexta Ensaladera. Será Nicolás Almagro (11º en el ránking), pese a caer en sus dos últimos enfrentamientos con Berdych (3-8 en el global), el más reciente en Estocolmo, de manera contundente y sin crear una sola pelota de 'break', quien se enfrente al más poderoso de los jugadores checos.
Feliciano, 40º en el escalafón, pese a su decepcionante temporada se manejaba como un golpe de efecto hasta cierto punto lógico al disputarse el cruce en pista cubierta. El zurdo, muy contrariado tras el cambio de última hora del capitán, respondió cuando Emilio Sánchez Vicario apostó por él en Mar del Plata, contra Argentina, hace cuatro años. Estuvo en Londres preparándose específicamente para el que podía ser otro de los grandes momentos de una carrera irregular. Siempre a gusto ante las grandes oportunidades, contaba con el apoyo presencial de su hermano Víctor, que ha viajado a Praga.
En su primer y brillante año en la capitanía, Corretja ha preferido garantizar la unidad dentro del grupo y no exponerse a una airada reacción de Almagro, hombre de talante visceral e imprevisible, de talento indiscutible y muy necesario en la nueva etapa abierta en el seno de los pentacampeones. "Teníamos que elegir cinco hombres por si acaso había algún cambio", declaró el capitán tras el sorteo. "Feli ha encajado la decisión con toda deportividad y se lo quiero agradecer enormemente. Más que dudas, tú intentas hacer lo mejor posible para crear un equipo competitivo. Manejas las posibilidades durante los torneos. Nadie va a descubrir la calidad de Feli en estas pistas. Ojalá siempre se pueda escoger".
"Lo acepto, porque además él [Corretja] tiene la responsabilidad de elegir lo que crea más conveniente, pero en esta clase de pistas creo que soy el que tiene el juego de saque y volea que mejor se adapta a las condiciones de esta superficie", dijo el tenista de Toledo. "Todo el mundo en el equipo, e incluso en el de la República Checa, pensaba que yo iba a jugar. Pero es a Álex al que le corresponde decidir y yo tengo que aceptarlo", añadió.
Tras estudiar su versátil baraja, Corretja optó por Almagro para medirse a Berdych, al que sólo ha derrotado en uno de los cinco cruces previos sobre pista dura (Indian Wells 2012). "No tengo cuentas pendientes con nadie", afirmó el murciano respecto a una mala relación con su próximo rival. "He vivido esta semana con una tranquilidad absoluta y con una paz interior que me da fuerzas para morir el viernes en la pista".
Antes de iniciarse la ceremonia, pudieron contemplarse imágenes de la historia reciente y lejana de la competición, en la que España, que busca su sexto título, gozo del lógico protagonismo. Sonrisas y lágrimas a través de un siglo de vida de una competición como ninguna otra en este deporte, por la singularidad de disputarse en equipo y gozar de una tradición colosal.
La Ensaladera lució entre las banderas de los dos contendientes, un escenario acostumbrado por el equipo que ahora dirige Corretja. Defensora de la copa conquistada el pasado año en Sevilla frente a Argentina, España fue campeona también en 2000, 2004, 2008 y 2009, disputando además, contra Australia, la final de 2003. "El equipo más exitoso de la última década", como recordó Francesco Ricci Bitti, presidente de la Federación Internacional, se enfrenta a los finalistas de 2009, arrasados en Barcelona por 'la Roja' entonces liderada por el ahora lesionado Rafael Nadal. "He estado en contacto con él", comenta Marc López, amigo del balear. "Él siempre está pendiente de nosotros. Nos encantaría que estuviera aquí, pero está lesionado".
Marc López y Granollers, recientes campeones del Masters, se medirán el sábado, casi con toda probabilidad, a Stepanek y Berdych en el punto crucial del dobles. "Los especialistas en el doble hacen por norma saque y red. Nosotros intentamos variar sobre el fondo de la pista, dado que los dos venimos del individual", concluyó Granollers.
Emparejamientos
Viernes (desde las 16.00 horas)
Radek Stepanek v David Ferrer
Tomas Berdych v Nicolás Almagro
Sábado (14.00 horas)
Radek Stepanek/Tomas Berdych v Marcel Granollers/Marc Lopez
Domingo (Desde las 13.00 horas)
Tomas Berdych v David Ferrer
Radek Stepanek v Nicolás Almagro