Mi pintada pondría "¡Respeto!"
Por Félix Godoy
Cansa ya leer y oír a pseudo-gurús del fútbol -y otros listos- opinar acerca del Málaga con una impunidad total y una falta absoluta de conocimiento. La gota que colma el vaso de mi paciencia son las reflexiones de 'todo a cien' de muchos individuos después de las pintadas aparecidas esta noche de noviembre (las cuales, por cierto, no comparto. Ni método ni contenido). Pero la indignación de un servidor había nacido mucho antes.
Cualquier motivo es bueno para atizar al Málaga, para acusar al club y al malaguismo de falta de humildad. Claro, como en España tenemos nuestra propia 'quinta enmienda'... Es decir, el "Derecho a Envidiar, Atacar y Criticar porque sí".
¿Por qué? Pues porque a este club se le ha aparecido la virgen en forma de inversor multimillonario. Ahora, la coletilla cuando el Málaga va (por citar unos ejemplos) a Vallecas, a Zaragoza o a medirse con el Levante, es "Humildes contra millones". Miren ustedes, lo primero es que cualquiera se cambiaría por el Málaga, venderían sus almas a cualquier diablo por algo parecido. Pregunten en Santander.
Lo segundo es que nadie puede dar lecciones de humildad al Málaga y, mucho menos, al malaguismo. Porque este club ha vivido todas la miserias posibles del fútbol, incluida una desaparición por culpa de una deuda que, en comparación con la actual de cualquier equipo de Primera y hasta de Segunda, es ridícula. Puede que también de algún Segunda B.
Pero el club se reinventó, la afición -poco a poco y con mucho esfuerzo- se mantuvo y fue captando adeptos hasta llegar a generar un nuevo malaguismo lleno de ilusión, que cada día sumaba más gente joven. Desde hace más de un lustro, conviene recordar, el Málaga siempre ha tenido más de 20.000 abonados. Y no había ningún jeque. De hecho lo que había era una deuda tremenda que desembocó en una concursal (llevada, por cierto, con rigor ejemplar, no como otros clubes de ahora que trampean con el concurso de acreedores). Y un regreso a la élite y dos permanencias haciendo verdadero funambulismo con los euros. Memoria, amigos.
En Málaga lo que hay es mucha ilusión. Enorme, porque esto es un cuento de hadas. Y es cierto que el equipo y Pellegrini deben dar mucho más. Y está bien que se les exija porque el proyecto lo merece. ¡Pero demonios! ¡Que estamos en noviembre y el equipo, aun sin jugar a nada, es sexto!
¿Quieren hablar de dinero? Igual es que el Atlético de Madrid no se ha gastado esta temporada 40 millones en un sólo futbolista (Falcao) y 12 en Arda Turan. Quizás es que el Real Madrid y el Barcelona están hechos a coste cero. Quizás es que el Valencia no ha gastado nada en firmar a Parejo, Canales, Piatti y Diego Alves ni un año antes a Soldado y Aduriz, por citar más ejemplos. Quizás es que Negredo, Kanouté, Konko, Zokora, Koné, Alexis, Lautaro Acosta y otros muchos llegaron al Sevilla gratis. Quizás es que el Villarreal no se ha gastado siete millones en Zapata y ocho en De Guzmán este último verano. Y el Zaragoza en plena Ley Concursal no ha fichado a un ¡portero! por más de ocho millones de euros... Pues no, nadie ha gastado nada, es todo mentira. Sólo ha gastado el prepotente Málaga del jeque.
Málaga merece otro trato. Así que antes de hablar gratuitamente y desde la ignorancia, mediten bien lo que dicen. Verán como no es tan difícil. Eso sí, metafóricamente, haría una pintada en la pared de muchos individuos y sólo pondría una palabra: ¡Respeto!
Cualquier motivo es bueno para atizar al Málaga, para acusar al club y al malaguismo de falta de humildad. Claro, como en España tenemos nuestra propia 'quinta enmienda'... Es decir, el "Derecho a Envidiar, Atacar y Criticar porque sí".
¿Por qué? Pues porque a este club se le ha aparecido la virgen en forma de inversor multimillonario. Ahora, la coletilla cuando el Málaga va (por citar unos ejemplos) a Vallecas, a Zaragoza o a medirse con el Levante, es "Humildes contra millones". Miren ustedes, lo primero es que cualquiera se cambiaría por el Málaga, venderían sus almas a cualquier diablo por algo parecido. Pregunten en Santander.
Lo segundo es que nadie puede dar lecciones de humildad al Málaga y, mucho menos, al malaguismo. Porque este club ha vivido todas la miserias posibles del fútbol, incluida una desaparición por culpa de una deuda que, en comparación con la actual de cualquier equipo de Primera y hasta de Segunda, es ridícula. Puede que también de algún Segunda B.
Pero el club se reinventó, la afición -poco a poco y con mucho esfuerzo- se mantuvo y fue captando adeptos hasta llegar a generar un nuevo malaguismo lleno de ilusión, que cada día sumaba más gente joven. Desde hace más de un lustro, conviene recordar, el Málaga siempre ha tenido más de 20.000 abonados. Y no había ningún jeque. De hecho lo que había era una deuda tremenda que desembocó en una concursal (llevada, por cierto, con rigor ejemplar, no como otros clubes de ahora que trampean con el concurso de acreedores). Y un regreso a la élite y dos permanencias haciendo verdadero funambulismo con los euros. Memoria, amigos.
En Málaga lo que hay es mucha ilusión. Enorme, porque esto es un cuento de hadas. Y es cierto que el equipo y Pellegrini deben dar mucho más. Y está bien que se les exija porque el proyecto lo merece. ¡Pero demonios! ¡Que estamos en noviembre y el equipo, aun sin jugar a nada, es sexto!
¿Quieren hablar de dinero? Igual es que el Atlético de Madrid no se ha gastado esta temporada 40 millones en un sólo futbolista (Falcao) y 12 en Arda Turan. Quizás es que el Real Madrid y el Barcelona están hechos a coste cero. Quizás es que el Valencia no ha gastado nada en firmar a Parejo, Canales, Piatti y Diego Alves ni un año antes a Soldado y Aduriz, por citar más ejemplos. Quizás es que Negredo, Kanouté, Konko, Zokora, Koné, Alexis, Lautaro Acosta y otros muchos llegaron al Sevilla gratis. Quizás es que el Villarreal no se ha gastado siete millones en Zapata y ocho en De Guzmán este último verano. Y el Zaragoza en plena Ley Concursal no ha fichado a un ¡portero! por más de ocho millones de euros... Pues no, nadie ha gastado nada, es todo mentira. Sólo ha gastado el prepotente Málaga del jeque.
Málaga merece otro trato. Así que antes de hablar gratuitamente y desde la ignorancia, mediten bien lo que dicen. Verán como no es tan difícil. Eso sí, metafóricamente, haría una pintada en la pared de muchos individuos y sólo pondría una palabra: ¡Respeto!