El equipo se reactiva en el segundo periodo
Segundas partes sí son buenas en el Málaga C.F.
De los diez goles materializados hasta la fecha (tras seis partidos), siete fueron tras el descanso
Enzo Maresca marca el momentáneo 2-2 ante el Getafe (acabó con triunfo malaguista por 3-2) en el minuto 89. Carlos Criado
MIGUEL GÁMEZ No es que este Málaga CF de la temporada 2011/2012 tenga dos caras distintas, pero a partir del minuto 45, cuando la mayoría de los aficionados albicelestes ya se ha comido el bocadillo en el descanso o ha cenado (al ser los horarios de esta campaña tan dispares), el equipo blanquiazul sufre una pequeña transformación en positivo, se reactiva más como un bloque compacto y engrasa la máquina de cara al rival de turno.
Hasta la fecha, después de seis partidos disputados (séptima jornada, al no haberse jugado la primera, aplazada al 22 de enero), el Málaga CF suma diez goles, de los que siete de ellos fueron materializados en la segunda mitad. En cuatro de los seis encuentros, el equipo albiceleste ha visto puerta en el segundo periodo. Las únicas excepciones fueron el gol marcado ante el Mallorca (del defensa Cáceres en propia meta), que fue en el primer tiempo, mientras que en La Romareda el choque acabó con empate a cero.
Santi Cazorla, el motor de este Málaga CF, ha logrado tres de sus cuatro tantos a partir del minuto 45 (el 2-1 del Sánchez Pizjuán, el el 3-0 al Granada y el 1-0 al Athletic de Bilbao). Los otros cuatro tantos subidos al marcador en esta fase del encuentro fueron obra de Joaquín (el definitivo 4-0 al cuadro nazarí), y los tres sumados contra el Getafe, de Ruud van Nistelrooy, Enzo Maresca y Julio Baptista. De esta manera, la «resurrección goleadora de la pareja de ataque titular, formada por Van Nistelrooy y por Julio Baptista (hasta entonces no había marcado ningún delantero), llegó en este segundo tramo del partido, contra el Getafe de Luis García Plaza.
El buen estado de forma del bloque blanquiazul hace que termine los encuentros con mayores opciones de «matar» a su rival de turno en caso de que no lo haya hecho con anterioridad, como ocurrió en ese último partido liguero, en la remontada conseguida frente al cuadro madrileño.
De la contención al ataque
Las primeras partes parecen más destinadas a estudiar a fondo el juego del rival, a contener el ímpetu con el que sale el oponente si juega en su feudo o a evitar que el contrincante se ponga por delante en el marcador electrónico, si bien el Málaga CF también suele gozar de oportunidades en el primer periodo.
No obstante, es en la segunda parte cuando el conjunto dirigido por Manuel Pellegrini sufre una transformación que le lleva a ser más incisivo en ataque, a buscar con mayor verticalidad el marco contrario y, en definitiva, a sumar la mayoría de las dianas que lleva hasta el momento.
Respecto a los goles encajados, el Málaga CF sólo ha recibido cuatro: los dos de Negredo, que fueron en el primer tiempo (el primero, en fuera de juego) y dos del Getafe (de Pedro León y de Miku en el segundo periodo, el del venezolano, con la mano, por lo que debió ser invalidado).
En algunos partidos fueron claves las entradas al campo de revulsivos, tales como Isco, Maresca o Rondón, con lo que el extraordinario fondo de armario existente en la plantilla también influye a la hora de desatascar un partido en la segunda parte.
No extraña que seis de las siete tarjetas amarillas que lleva el Málaga CF (Duda, Joaquín, Toulalan, Cazorla, Sergio Sánchez y Eliseu) hayan sido en la segunda mitad (la otra es la de Van Nistelrooy). Es entonces cuando llega la hora de la verdad, el momento más delicado, de mayor tensión y cuando salen a relucir las diferencias entre uno y otro equipo. Segundas partes sí son buenas para este Málaga CF.