Antonio Gallardo | 01/09/2008
Se presentaba el Málaga en el Calderón dispuesto a darse un baño de ilusión y a posarse de nuevo en Primera erradicando cualquier tipo de duda acerca de la consistencia de una plantilla fabricada bajo el yugo de la austeridad económica. El escenario era de la exigencia que piden los valientes. Ante el equipo del momento, al que llevan en volandas dos genios del área, que destila felicidad y genera toneladas de ilusión entre los suyos. Pero el Málaga no esperó a que su rival impusiera por la fuerza su superioridad. Se derrumbó con el primer golpe. Y el Atleti jugó siempre cuesta abajo. Sin oposición. Ante un rival incapaz de provocarle un mínimo gesto de inquietud. Ayer el Pupas fue el Málaga. Y los temores no se han disipado. Inundan hoy el cuerpo del malaguismo.
Es sólo el comienzo y un partido jugado en el Manzanares, donde van a perder muchos equipos esta temporada. Pero sí resulta evidente que al Málaga, que confiará su salvación al compromiso, le faltan retoques. El trabajo defensivo y la estrategia deben ser dos de los grandes argumentos de un equipo con muchas limitaciones. Pues para empezar, dos goles encajados a balón parado y muchas lagunas defensivas. Y lo que más preocupa es que las dudas formen parte también del vestuario. El equipo se desplomó en el minuto 25. Y eso no es síntoma de confianza y de fortaleza mental. Todo lo contrario. Albert Luque ya está atado. Y hoy habrá mucha actividad en La Rosaleda. Hay que fichar. Y habrá esfuerzo económico. Es obligado que así sea.
Se presentaba el Málaga en el Calderón dispuesto a darse un baño de ilusión y a posarse de nuevo en Primera erradicando cualquier tipo de duda acerca de la consistencia de una plantilla fabricada bajo el yugo de la austeridad económica. El escenario era de la exigencia que piden los valientes. Ante el equipo del momento, al que llevan en volandas dos genios del área, que destila felicidad y genera toneladas de ilusión entre los suyos. Pero el Málaga no esperó a que su rival impusiera por la fuerza su superioridad. Se derrumbó con el primer golpe. Y el Atleti jugó siempre cuesta abajo. Sin oposición. Ante un rival incapaz de provocarle un mínimo gesto de inquietud. Ayer el Pupas fue el Málaga. Y los temores no se han disipado. Inundan hoy el cuerpo del malaguismo.
Es sólo el comienzo y un partido jugado en el Manzanares, donde van a perder muchos equipos esta temporada. Pero sí resulta evidente que al Málaga, que confiará su salvación al compromiso, le faltan retoques. El trabajo defensivo y la estrategia deben ser dos de los grandes argumentos de un equipo con muchas limitaciones. Pues para empezar, dos goles encajados a balón parado y muchas lagunas defensivas. Y lo que más preocupa es que las dudas formen parte también del vestuario. El equipo se desplomó en el minuto 25. Y eso no es síntoma de confianza y de fortaleza mental. Todo lo contrario. Albert Luque ya está atado. Y hoy habrá mucha actividad en La Rosaleda. Hay que fichar. Y habrá esfuerzo económico. Es obligado que así sea.