La exhibición de fútbol veloz y ambicioso en otro de los grandes campos confirma al Málaga como equipo revelación · El saldo en las grandes citas está siendo mayor en imagen que en puntos
Ahora mismo el mejor partido que se puede ver en la Liga es un Barcelona-Málaga", afirmaba con rotundidad en las puertas de Mestalla uno de los expedicionarios del conjunto blanquiazul. Así como la vuelta de San Mamés fue triste porque el bonito juego no tuvo premio en el marcador, el sábado por la noche no hubo lamentos en Valencia, sino satisfacción por haber ofrecido en uno de los mejores campos de España un espectáculo en letras versales. No fue el primero y, si los de Tapia siguen en esta dinámica, tampoco será el último, puesto que aún aguardan los desplazamientos al Madrigal y al Camp Nou para cerrar las visitas a las grandes plazas de la competición. A expensas de ello, en Mestalla el balance volvió a ser notable.
vicente calderón (4-0)
Quién lo iba a imaginar viendo cómo arrancó la temporada en el Manzanares. Antonio Tapia, con medio equipo titular llegado en el tramo final de la pretemporada y otro medio novato en la élite, sabía que se trataba de un choque experimental y abogó por preparar un partido de contención. Abierta la lata por parte del Atlético de Madrid en el ecuador de la primera parte, la incapacidad para detener su fútbol y la renuncia al ataque acabó con un triste 4-0 que fue un palo pero que se asumió con la lógica falta de rodaje. No obstante, viendo la imagen dada después en los grandes campos, aquella visita se puede considerar la excepción que confirma la regla.
sánchez pizjuán (0-1)
Después de revertir el inocente arranque y recuperar la moral con un sobrio 0-4 en Huelva, en pleno Tourmalet el Málaga logró una de sus victorias más ruidosas de la temporada. Secó a un Sevilla que no paraba de amasar récords de imbatibilidad e invencibilidad en su estadio y afrontaba esa jornada con opciones de colocarse líder.
Adrián puso la firma a un triunfo donde el colectivo de Tapia demostró haber estudiado perfectamente las virtudes del rival y supo anularlas una por una -hasta Adriano, desquiciado, acabó agrediendo a Jesús Gámez y dejando a los suyos con diez-. El triunfo no fue tan espectacular como otros porque el juego no fue tan vistoso, pero sí cargado de una gran inteligencia táctica por parte de los de Tapia.
santiago bernabéu (4-3)
Los despropósitos del trío arbitral encabezado por Iturralde González restaron protagonismo a un partido insultantemente descarado de los blanquiazules y en el que sólo el tesón de los madridistas y los falos del colegiado hicieron que se dilapidaran hasta tres ventajas en el marcador. El olfato de Baha, la maestría de Duda, la dirección de Apoño y la velocidad de Eliseu asombraron con un encuentro perfecto en lo ofensivo, aunque con el lunar de la falta de oficio para cerrar el encuentro.
san mamés (3-2)
Otra vez sin el premio de los puntos, el Málaga impresionó en la Catedral con su fútbol veloz y ambicioso. La primera retransmisión por parte de LaSexta dio más lustre a lo exhibido, puesto que las alabanzas de los analistas colmaron a Tapia y a los suyos, víctimas de una remontada que llegó por dos despistes. La primera parte allí fue espectacular. En Valencia sobraron méritos para ganar, pero el empate y la gran imagen lo compensaron.
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