Los esfuerzos de miles de malagueños para conseguir un puesto de trabajo en la Administración están pendientes de un hilo. La incertidumbre sobre la posible desconvocatoria de concursos por un conflicto entre la Junta y el Estado se une a la drástica reducción de los cupos de plazas, y dibuja un escenario dramático para quienes aspiran a ser funcionarios. Unas veinte mil personas están a la espera en la provincia de una oportunidad para presentarse a las oposiciones en ámbitos como el magisterio, las fuerzas de seguridad, los bomberos, la administración de Justicia, la Junta y los ayuntamientos, según los datos recabados por este periódico a través de los sindicatos y los centros de formación. Detrás de la fría cifra se esconden auténticos dramas personales y familiares, con miles de euros -y de horas de estudio- invertidos por una posibilidad que no llega.
La situación más grave se vive entre los futuros maestros, donde entre 6.500 y 7.000 aspirantes (solo en Málaga) ven con desesperación como la convocatoria de la Consejería de Educación, de 3.796 plazas en Andalucía, se puede quedar en blanco por un posible recurso del Gobierno por cuestiones presupuestarias que invalidaría la convocatoria, aunque la Junta rechaza esta posibilidad. Ramoni Ruiz, presidenta del sector Enseñanza del sindicato CSIF en Málaga, asegura que detrás de cada docente opositor hay una tragedia: «Es dramático, no paran de llamar opositores, llorando, contando sus dramas personales y familiares». A su juicio, si se suspende la convocatoria puede haber un problema con las jubilaciones, porque las plazas previstas solo daban para cubrir la tasa de reposición de profesores retirados. Por ello, recuerda que todos los sindicatos han convocado una concentración el 11 de mayo, a las 18.00 horas en la plaza de la Constitución.
Fuerzas de seguridad
Joaquín Pérez, presidente de CSIF en Málaga, reconoce que la mayoría de las convocatorias públicas están paradas, y critica que ello va en detrimento de la calidad del servicio público. «Es preocupante que no se cubran las necesidades, al final redunda en problemas para los ciudadanos, pues no se cubren ni las jubilaciones del personal que sale». Cita como ejemplo el Servicio Andaluz de Salud (SAS), donde asegura que no solo no hay oferta, sino que no se está cubriendo ni el 15% de las bajas y las jubilaciones.
Tampoco es nada agradable la situación que están viviendo los aspirantes a policías nacionales. Fernando Vivas, uno de los responsables de Aprepol, centro preparador especializado en esta materia, explica que solo en Málaga hay unos 2.500 candidatos, mientras que la oferta pública, antaño abundante, se ha reducido drásticamente, a solo 159 plazas (por las que compiten 40.000 personas a nivel nacional).
José Sierra dirige la academia Keops Kefren, el centro líder en preparación de policías en la provincia, con unos 800 alumnos opositores en sus aulas. Asegura que tanto en la Policía Nacional como en la Guardia Civil han salido muchas menos vacantes que otros años, hasta el punto de que la Benemérita solo ofrece un centenar. Mientras, para la Policía Local, están pendientes de una convocatoria en la capital desde 2006, con unas 30 plazas. Se presentarían unas 3.000 personas, porque, como aclara este experto, la mayoría opta al mismo tiempo a la nacional y a la municipal. Aunque el dato oficial no se conoce, se calcula que unas 3.000 personas competirán en la convocatoria del Consorcio Provincial de Bomberos, que ofrecerá unas 300 plazas (otras 40 en los ayuntamientos). En el caso de los administrativos, se da la paradoja de que la Junta redujo el cupo de administración general para aumentar el cupo en educación; el Estado tampoco ha convocado. Hay unas 170 vacantes para auxiliares en los municipios de la provincia, a las que optarán unas 3.000 personas.
Sierra reconoce que la indeterminación de las administraciones está afectando al negocio, y cifra en un 30% la caída de la demanda. «Los opositores lo viven con mucha incertidumbre, las plazas están dotadas presupuestariamente pero no se sabe cuando se convocarán, y una parte abandona hasta que la situación esté más clara». El esfuerzo económico tampoco es baladí: según sus cálculos, una oposición necesita dos años de preparación, con una inversión media de entre 1.000 y 1.500 euros anuales.
Coincide en su valoración con Yolanda Marmolejo, directora de Lehmberg Formación, que cifra en un 30% la bajada de la demanda de alumnos. «En 2010 no hubo oferta para administrativos, y el grupo se dinamiza por la expectativa de examen. Ante un año sin convocatoria y con la incertidumbre de las plazas los alumnos se aburren». Como bien recuerda esta experta, opositar es una carrera de fondo, pero la capacidad psicológica tiene un límite.
La situación más grave se vive entre los futuros maestros, donde entre 6.500 y 7.000 aspirantes (solo en Málaga) ven con desesperación como la convocatoria de la Consejería de Educación, de 3.796 plazas en Andalucía, se puede quedar en blanco por un posible recurso del Gobierno por cuestiones presupuestarias que invalidaría la convocatoria, aunque la Junta rechaza esta posibilidad. Ramoni Ruiz, presidenta del sector Enseñanza del sindicato CSIF en Málaga, asegura que detrás de cada docente opositor hay una tragedia: «Es dramático, no paran de llamar opositores, llorando, contando sus dramas personales y familiares». A su juicio, si se suspende la convocatoria puede haber un problema con las jubilaciones, porque las plazas previstas solo daban para cubrir la tasa de reposición de profesores retirados. Por ello, recuerda que todos los sindicatos han convocado una concentración el 11 de mayo, a las 18.00 horas en la plaza de la Constitución.
Fuerzas de seguridad
Joaquín Pérez, presidente de CSIF en Málaga, reconoce que la mayoría de las convocatorias públicas están paradas, y critica que ello va en detrimento de la calidad del servicio público. «Es preocupante que no se cubran las necesidades, al final redunda en problemas para los ciudadanos, pues no se cubren ni las jubilaciones del personal que sale». Cita como ejemplo el Servicio Andaluz de Salud (SAS), donde asegura que no solo no hay oferta, sino que no se está cubriendo ni el 15% de las bajas y las jubilaciones.
Tampoco es nada agradable la situación que están viviendo los aspirantes a policías nacionales. Fernando Vivas, uno de los responsables de Aprepol, centro preparador especializado en esta materia, explica que solo en Málaga hay unos 2.500 candidatos, mientras que la oferta pública, antaño abundante, se ha reducido drásticamente, a solo 159 plazas (por las que compiten 40.000 personas a nivel nacional).
José Sierra dirige la academia Keops Kefren, el centro líder en preparación de policías en la provincia, con unos 800 alumnos opositores en sus aulas. Asegura que tanto en la Policía Nacional como en la Guardia Civil han salido muchas menos vacantes que otros años, hasta el punto de que la Benemérita solo ofrece un centenar. Mientras, para la Policía Local, están pendientes de una convocatoria en la capital desde 2006, con unas 30 plazas. Se presentarían unas 3.000 personas, porque, como aclara este experto, la mayoría opta al mismo tiempo a la nacional y a la municipal. Aunque el dato oficial no se conoce, se calcula que unas 3.000 personas competirán en la convocatoria del Consorcio Provincial de Bomberos, que ofrecerá unas 300 plazas (otras 40 en los ayuntamientos). En el caso de los administrativos, se da la paradoja de que la Junta redujo el cupo de administración general para aumentar el cupo en educación; el Estado tampoco ha convocado. Hay unas 170 vacantes para auxiliares en los municipios de la provincia, a las que optarán unas 3.000 personas.
Sierra reconoce que la indeterminación de las administraciones está afectando al negocio, y cifra en un 30% la caída de la demanda. «Los opositores lo viven con mucha incertidumbre, las plazas están dotadas presupuestariamente pero no se sabe cuando se convocarán, y una parte abandona hasta que la situación esté más clara». El esfuerzo económico tampoco es baladí: según sus cálculos, una oposición necesita dos años de preparación, con una inversión media de entre 1.000 y 1.500 euros anuales.
Coincide en su valoración con Yolanda Marmolejo, directora de Lehmberg Formación, que cifra en un 30% la bajada de la demanda de alumnos. «En 2010 no hubo oferta para administrativos, y el grupo se dinamiza por la expectativa de examen. Ante un año sin convocatoria y con la incertidumbre de las plazas los alumnos se aburren». Como bien recuerda esta experta, opositar es una carrera de fondo, pero la capacidad psicológica tiene un límite.