"Lo hacemos por poder disfrutar, tener una temporada más tranquila y poder aspirar a otras cosas", dice Jesús Gámez, quien ante la irregularidad, comenta: "Si hubiera alguna razón, ya estaría arreglado"
Siempre resulta interesante conocer la visión desde puntos de vista diferentes. En el caso del Málaga, más aún si es desde dentro y quien ofrece la suya sin tapujos es Jesús Gámez, uno de sus capitanes. El de Fuengirola aboga por una mayor normalidad en el juicio. Sus palabras invitan a la reflexión, especialmente cuando se refiere a algunos planteamientos preconcebidos sobre los cambios vividos en el club. Desde su posición, Gámez no evita el contacto verbal, profesa verdadera fe en las posibilidades del equipo y espera que el Málaga que más se vea sea el que desterró la ansiedad.
-Demasiados vaivenes.
-Sí, la verdad es que esta temporada los hemos dado. Sin embargo, yo me quedo con la dinámica que ha cogido el equipo, que, pese a la derrota ante el Levante, se le ve más seguro y que tiene más claro lo que ha de hacer.
-Pero lo que ocurre no es normal. Tan pronto parece que han cogido ritmo de crucero, con intensidad, ritmo, buen juego y dos victorias seguidas, como que llega el partido ante el Levante, donde la imagen del equipo varió radicalmente.
-El domingo perdimos por dos errores nuestros, dos goles muy temprano, pero luego la posesión del balón fue nuestra y también la mayoría de las ocasiones. Cuando marcamos el 2-1 volvimos a tener opciones de entrar en el partido, pero finalmente no pudo ser.
-¿A qué se puede deber todos estos altibajos?
-Si hubiera alguna razón ya estaría arreglado.
-¿El parón pudo ser tan decisivo como para romperles la dinámica?
-No, para nada. El del Levante fue un partido en el que nos hicieron muchas faltas, nos pararon el juego constantemente, y nosotros apenas hicimos. El parón no tuvo nada que ver.
-¿Qué diferencia encuentra entre el partido que remontaron al Getafe y el del Levante, ambos en los que se ponen dos goles abajo en circunstancias similares?
-Primero, que contra el Getafe jugábamos en casa, arropados por la afición, que es algo que se nota mucho. Luego, que el Levante demostró tener muchos jugadores veteranos, que se encontraron con un buen marcador muy temprano y supieron llevar el partido hacia sus intereses con las constantes faltas que te decía antes.
-Cuando dijo al finalizar el partido que no había que dramatizar tanto, ¿a qué se refería?
-A que aquí somos muy dados a creernos que ya todo está resuelto cuando ganamos dos partidos y a que luego se ve todo muy negro cuando se pierde uno. Simplemente, creo que tenemos que ser más equilibrados, no pasar del blanco al negro tan rápido.
-Y a los que se quedaron sin cenar y sin dormir, ¿qué les dice?
-No creo que nadie se quede sin cenar o dormir por una derrota. Es normal que los aficionados sufran, como también sufrimos los jugadores. Yo, lo que intento, es hacer mi vida normal, aunque mentalmente esté más bajo.
-La afición está realmente preocupada. Son 17 jornadas en descenso.
-Claro que está preocupada, como también lo estamos nosotros. Pero sí te digo que prefiero estar en nuestra situación, en la que llevamos una dinámica de juego y puntos al alza, que en la que están otros equipos, que van para abajo.
-¿Se sienten incomprendidos?
-No, ni mucho menos. Creo que cada uno puede pensar como quiera, esto es libre. Aquí vienen 20.000 personas y a todo el mundo no le puede gustar como tú juegas y cada uno tiene su propia opinión.
-¿Usted cómo valora la temporada del equipo?
-La temporada del equipo no se puede calificar de buena, porque el equipo lleva muchas jornadas en descenso, pero sí te puedo decir que es una temporada muy difícil, en la que los jugadores están totalmente implicados, que ha habido muchos cambios, que han perjudicado muchas cosas, pero que no hay excusas. El equipo está ahí porque ha hecho menos méritos que otros equipos y ahora llega la hora de la verdad. Quedan ocho partidos y hay que salir de ahí.
-Jesualdo Ferreira decía que tenían la costumbre, el hábito de perder, y que eso era complicado cambiarlo.
-Es el pensamiento del míster. Veníamos de una temporada bastante difícil, que habíamos sufrido y quieras que no arrancó otro año y siguió esa misma dinámica. Y es difícil, cuando un equipo entra en una dinámica de perder, es muy difícil. Pero el equipo lo ha conseguido. Antes del último partido aquí en La Rosaleda el equipo estaba jugando con ansiedad y, ante el Espanyol, el equipo se soltó y fue superior. Esperemos que el equipo siga así, sin ansiedad.
-Entonces, ¿Tienen la sensación de que pueden dar más?
-Bueno, no es más. Es que no te queda otra que salir al campo y darlo todo. Ha habido partidos que, igual por falta de concentración, se nos han escapado puntos que harían que ahora mismo estuviéramos pensando en otra cosa. Pero está clarísimo que el equipo lo da todo cuando sale al campo.
-Aparte de esa ocasional falta de concentración, algo humano, ¿qué otros factores, que no sepa la gente, pueden influir también?
-No, yo creo que todo está clarísimo. El equipo sale y si el rival te ha ganado o has cometido errores, te queda otro partido más. Está claro que antes teníamos una dinámica que no era la propia, pero ahora en esta situación en la que estamos, prefiero la dinámica que tenemos nosotros a la que tienen otros equipos, que se han quedado estancados en ciertos puntos y ahora van para atrás. Ahora mismo estoy muy contento con el pensamiento que tiene el equipo y las ganas de que llegue el domingo para intentar ganar.
-Cuesta explicarse que el Málaga esté sufriendo tanto cuando, con los nuevos propietarios, se dan las mejores condiciones para que todo sea diferente. ¿Cómo lo explica alguien que lo vive desde dentro?
-También creo que la gente se equivoca en ese sentido. Aquí ha habido muchos cambios, pero estos cambios los tiene cualquier equipo en Primera. El que te cambien el césped, las instalaciones… Lo que pasa es que antes no éramos realmente un equipo de Primera. Lo que han hecho los dueños del club es facilitarnos todas las cosas para que nos sintamos como un club de Primera y empecemos a pensar en otras cosas. Yo creo que tampoco ha habido grandes cambios. Sí, ha habido fichajes, pero eso son cosas que ya te permiten los nuevos dueños. Creo que la gente, en ese sentido, se ha equivocado porque ya, al hablar de dinero, parece que los jugadores pensamos sólo en eso y en eso se equivocan. Creo que los jugadores siguen pensando en jugar y, sobre todo, en poder disfrutar, tener una temporada más tranquila y poder aspirar a otras cosas. Es lo único en que ha cambiado todo.
-Le veo crítico.
-No, ni mucho menos. Yo creo que en este sentido hay que ser claros. Si nunca me lo preguntan, no lo puedo contestar, pero ya que me lo preguntas, te contesto a todo lo que quieras.
-Está claro que la salvación pasa por La Rosaleda.
-Sí, de ocho partidos tenemos cinco aquí y son fundamentales. Sobre todo, ahora viene el Deportivo, que es un rival directo, luego el Mallorca, que hay que ganarle como sea. Después, por aquí pasan el Sporting de Gijón, el Hércules, equipos que van a estar metidos con nosotros, y esos son partidos de seis puntos.
-Sin embargo, los antecedentes, con 14 puntos sumados en casa por 15 fuera, no invitan al optimismo.
-La estadística es algo que nunca me ha demostrado nada. No me llama la atención.
-¿Qué razones puede dar para ser optimistas?
-Hay que confiar. Es que si tú ahora te pones a pensar en que no se logra, mejor no salir al campo. Es evidente que el vestuario está unido, todos compenetrados, con ganas de que llegue este domingo, y la gente lo que tiene que hacer es apoyarnos, para que sean uno más y el partido sea mejor para todos nosotros.
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