El Barça puso la directa hacia su cuarta semifinal consecutiva de la Liga de campeones, muy posiblemente ante el Madrid. Goleó al Shakhtar Donetsk 5-1, un resultado quizás engañoso porque el equipo ucraniano creó muchos problemas, pero muy meritorio porque el equipo de Pep Guardiola trabajó con concentración. No fue un paseo, pero el fútbol es a veces tan extraño que al Barça no le hicieron falta los goles de Messi, Villa y Pedro, que siguen encallados. Se los repartieron centrocampistas (Iniesta, Keita y Xavi) y defensas (Alves y Piqué). Señal de equipazo.
Pep Guardiola se jugó la carta Dani Alves. Eso no significa que el técnico le diera la titularidad, que ya la tiene garantizada por su calidad, sino que apostó a la ruleta rusa por las características del brasileño. Aún sabiendo que Mircea Lucescu iba a buscar los huecos que deja a su espalda el lateral más ofensivo del fútbol mundial, le permitió subir la banda con la libertad habitual. El resultado fue un cara o cruz del que salió beneficiado el equipo azulgrana, quién sabe si por esa flor que dicen que acompaña al entrenador de Santpedor.
El Shakhtar Donetsk se sobrepuso al gol madrugador y accidental de Iniesta en el minuto 2 para poner contra las cuerdas al Barça en la primera media hora. El de Fuentealbilla celebró el reciente nacimiento de su hija Valeria aprovechando un rechace defensivo y afortunado para plantarse ante Pyatov y batirle por bajo.
Pese al 1-0, el equipo ucraniano, que desde el primer segundo presionó muy arriba, intimidó al Barça por la mencionada banda de Alves. Willian, excelente delantero brasileño que entra con la pierna derecha por la banda izquierda, ganó la espalda a su compatriota en el minuto 5 y sin ángulo obligó a Valdés a salvar el gol en un alarde de reflejos. En el 12 fue el delantero centro Luiz Adriano, mucho más rápido que los centrales Piqué y Busquets, el que perdonó disparando fuera cuando ya encaraba a Valdés dentro del área. Y segundos después, el propio portero azulgrana tuvo que jugarse el físico ante Luiz Adriano tras un pase retrasado y defectuoso de Alves. El rebote, a portería vacía, pero desde muy lejos, lo mandó fuera Willian.
El Barça sufría, Alves estaba nervioso y Messi no acertó en sus dos primeras ocasiones, una falta que se le fue por poco y una vaselina típica en él que murió en las manos de Pyatov. Villa también lo probó desde lejos sin fortuna.
Y en el minuto 34, Alves ganó su partida de ajedrez personal. Willian no le siguió, Iniesta leyó su desmarque y le puso un balón impresionante que Dani controló para superar a Pyatov y marcar a portería vacía. El Barça, sufriendo como nunca, llegaba con 2-0 favorable al descanso.
Y todavía se pusieron mejor las cosas para el Barça cuando Piqué, en el inicio de la segunda parte, remató con fortuna un córner de pizarra bien ejecutado por Xavi.
Al Barça todo le sonreía, de forma algo exagerada para sus méritos. Incluso se sospecha que Iniesta, con 3-0, forzó la amarilla para cumplir su castigo en la vuelta para no perderse el esperado pulso con el Madrid en semifinales.
Pero el Shakhtar por fin tuvo un punto de suerte en un día esquivo. Rakitskiy remató con la rodilla una falta sacada por Srna para superar a Valdés en el 59.
Sin embargo, el nuevo panorama de incertidumbre en la eliminatoria duró poco. Gran jugada de Messi, pase a Keita y tremendo zambombazo con la zurda del de Mali que entró como un obús.
El 4-1 tranquilizó al Barça, que jugó con más tranquilidad de la mano de un Iniesta colosal. Pero en un encuentro loco, todo pudo cambiar otra vez cuando Luiz Adriano, un amigo ayer, remató al poste. Del posible 4-2 se pasó al 5-1, como si el Barça estuviese tocado por una varita mágica. Otra gran jugada de Alves fue culminada por Xavi a bocajarro y convertida en un 5-1 con el que el Barça espera no sufrir demasiado en Ucrania. Aunque viendo los vaivenes de ayer en el transcurso del choque de ayer,, quién sabe...