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La revista Hola salía ayer a la calle con una portada algo sospechosa. María José Campanario y Jesulín muy enamorados en la puerta de su nueva casa en Arcos de la Frontera. Nada más verla me vinieron a la cabeza diversas conversaciones que he mantenido en las últimas semanas con mi fuente de Ubrique que no coincidían con esa imagen de familia feliz. Ayer volví a llamarlo para que me contara anécdotas del cómo se hizo esa producción. “Ese día la Campa tenía un cabreo impresionante porque el niño (Jesulín) había llegado la noche antes contentito. La verdad es que salió luego muy bonito porque ella es muy profesional”. Me encanta este apunte de “ella es muy profesional”. Quizás esté ahí la clave de su poco éxito con el público. A la gente lo que más le gusta es la espontaneidad. Si tienes un mal día, tienes un mal día. En eso la estrella es nuestra amiga Belén Esteban, de ahí su éxito. La portada ha sido pactada por María José por la revista. Aprovechando que tienen casa nueva y que van a empezar a surgir los rumores de crisis, porque la hay desde hace meses, sacan una portada de pareja feliz para acallar rumores.
No fueron las únicas declaraciones que me hizo. También me aseguró que la pareja en estas fechas primaverales se pone un poco revuelta. “Jesús en primavera se pone fiestero y le gusta salir porque va haciendo muy buen tiempo.
Eso a la Campa la encabrona mucho”. Él me asegura que no hay crisis y que no pasa nada pero que “más de un día lo manda a dormir al sofá, dependiendo de cómo llegue”. Tengo muchas amigas para las que esto es lo más normal del mundo pero María José no es una mujer sumisa y tiene genio. Ella es de las que guarda las apariencias de cara a la galería, pero en casa no se queda callada y le debe montar unos pollos de padre y muy señor mío.
Los que tampoco parecen ahora estar en crisis son Paulina Rubio y Colate. Han salido a cenar juntos y han posado ante los flashes para dejar claro que no hay ruptura a la vista. Separación no habrá, pero crisis sí que hay. ¿El motivo? El mismo de Campanario y Jesulín, las salidas nocturnas reiteradas. Como diría mi madre: “A estos les gusta mucho el cachondeo”.