Vidas cruzadas
Sandro, antiguo jugador azulgrana, ocupa ahora un puesto en la secretaría técnica del club andaluz Munúa, Valdo, Xavi Torres y Caicedo, todos ex del Málaga, han recuperado su fútbol para el Levante
El 16 de mayo del pasado año, el Málaga se jugaba la vida en 90 minutos. Era la última jornada y la boca del descenso enseñaba sus dientes. Delante, un Real Madrid que soñaba con arrebatar la Liga al Barça. Saltaban chispas. Entre los once elegidos para lograr que La Rosaleda siguiera una temporada más viendo fútbol de Primera, se encontraban Munúa y Caicedo. Xavi Torres y Valdo esperaban su oportunidad desde el banquillo. Cuatro nombres que hicieron estallar de alegría a la grada blanquiazul y a los que les esperaba un mismo futuro. Pero lejos de la costa andaluza.
El portero uruguayo fue la estrella del partido. Su exhibición en forma de paradones permitió el empate. Desesperó a Cristiano Ronaldo, Van der Vaart, Marcelo, Granero y Benzema. El atacante ecuatoriano, por su parte, forzó un claro penalti de Sergio Ramos que Undiano Mallenco se tragó y gozó de una gran ocasión de gol. Hoy, tanto los dos que fueron titulares como los dos relegados a la suplencia disfrutan haciendo historia en Orriols. El destino quiso que ellos comandaran la ilusión levantinista. La entidad azulgrana apostó por este póquer, unas cartas que nunca habían lucido tanto como ahora. El Ciutat de València les abrió las puertas para que encontraran su mejor versión. Y así lo han hecho.
Muy de cerca sigue sus evoluciones Sandro, hasta noviembre director deportivo del Málaga y un viejo conocido del Levante. El tinerfeño pasó tres temporadas inolvidables como jugador azulgrana. La suya fue una etapa llena de emociones. Vivió el histórico ascenso de 2004, sufrió el regreso a Segunda y disfrutó llevando otra vez al equipo a la élite en 2006. «Fueron unos años muy buenos», recuerda el ex futbolista.
Ahora detenta un puesto técnico en la cantera blanquiazul. Tras salir del Levante, volvió al Málaga, el conjunto que le había dado los mejores momentos de su carrera. Siguió vistiéndose de corto durante dos campañas antes de colgar las botas. Entonces, el club de Martiricos le ofreció el cargo de director deportivo. Una función que ha pasado a ejercer Antonio Fernández, quien recientemente trabajó como ojeador en el Valencia.
Para Sandro, ver brillando en el Levante a cuatro jugadores que al final de la temporada pasada tuvieron que tomar la puerta de salida del Málaga en absoluto le descoloca. «Lo están haciendo todos muy bien. Sufrieron en sus propias carnes lo que es estar en un equipo de la zona baja y sufrir cada domingo. Todo ayudaron a lograr la permanencia», explica. Por unas circunstancias o por otras, Munúa, Xavi Torres, Valdo y Caicedo, cuando llegó el verano, se vieron obligados a buscarse un nuevo destino. Sus caminos se alejaban de la entidad blanquiazul, pero iban a confluir en Orriols. Ahora, el conjunto de Luis García les está sacando un jugo que no supieron obtener en Martiricos. Aunque dieron muestras de lo que son capaces, su momento más dulce lo saborean ahora.
El guardameta uruguayo fue, de los cuatro, quien gozó de un mayor protagonismo. Fue el dueño de la portería durante los 38 partidos de Liga. Nadie le movió. Los guantes llevaban su nombre. Para el recuerdo dejó grandes exhibiciones, aunque algunas de sus actuaciones fueron cuestionadas. «Es un hombre experimentado y con muchos años en Primera, al igual que Valdo. Estuvo a un nivel muy bueno», señala Sandro.
El ex director deportivo se deshace en elogios hacia el arquero. «Ha sido un profesional como la copa de un pino, un líder en el vestuario, un diez en todo y me alegro de que le vaya bien», añade. De la red recogió 45 balones. El balance que está mostrando esta temporada desde que recuperó la titularidad frente al Getafe aplasta todos sus registros como profesional. Cinco goles encajados en nueve partidos. Nada que ver con su debut como levantinista. Recibió diez tantos en las tres primeras jornadas, algo que le hizo perder el puesto en detrimento de Manolo Reina.
La debilidad que siente Sandro por Caicedo le llevó a apostar por el ecuatoriano en el mercado invernal. El delantero, quien no estaba gozando de minutos en el Sporting de Lisboa, aceptó la aventura española. «No me sorprende lo que está haciendo. Me gusta muchísimo, tiene unas condiciones espectaculares. Venía de jugar poco tanto en Portugal como en Inglaterra, pero nos gustaba de haberlo visto con la selección y es joven. Confié muchísimo en él», comentó.
El traspaso accionarial que se vivió en el Málaga durante el verano impidió que el tinerfeño pudiera negociar con el Manchester City una ampliación de la cesión. «La compra del club se produjo muy tarde y no se pudo ni valorar. Si se hubiera dado el caso, yo habría dicho que sí siguiera». Fue el Levante el que lo pescó. A las órdenes de Luis García está luciendo unos números espectaculares. Su eficacia ha dejado con la boca abierta a la Liga entera. Mientras que como blanquiazul marcó cuatro tantos en 18 partidos, esta campaña acumula 11 dianas en 21 encuentros. Es un artillero de moda. Una pieza codiciada. De una buena se ha librado Pellegrini. Con las ganas que tenía...
Cláusula para Xavi Torres
Tampoco está Xavi Torres. El mediocentro no puede jugar porque la entidad de Martirico incluyó en el contrato de préstamo una cláusula para evitar el enfrentamiento. Además, cumplirá sanción porque en Riazor forzó la quinta amarilla. Sandro ve en el alicantino un jugador con proyección. «Lo habíamos visto en el Barça B y sabíamos que era un jugador de futuro y era cuestión de continuidad. Era una apuesta importante. Aunque no jugó todo lo que él esperaba, el año le vino bien porque se hizo fuerte. Son los entrenadores los que mandan», afirma Sandro. Comenzó la campaña entrando en los planes, pero unas diferencias con Muñiz le dejaron en un segundo plano. En el Levante ha recuperado el peso dentro de un equipo. Desde que llegó, es un hombre fijo para Luis García. Sus papel determinante ha despertado el interés de varios clubes. «Es del Málaga», recuerda.
A punto de cumplir 30 años, Valdo ha regresado a la flor de su carrera. Cada partido se muestra más fresco, más atrevido. Las lesiones y la falta de oportunidades fueron el lastre del que ahora se libera. Durante su paso por el Málaga, no terminó de arrancar. «Ha tenido grandísimos años en el Osasuna y en el Espanyol. Después de estar un año sin jugar en el Espanyol, decidimos que viniera cedido. Fue una temporada atípica», indica Sandro, quien alucina con la trayectoria del Levante. «Está siendo una de las sorpresas de la Liga. Han hecho un equipo muy unido y no le falta nada para conseguir el objetivo quedando todavía nueve jornadas. Eso a principio de temporada era impensable», admite. El de Arona vibra con los azulgrana. Su sueño, que el reencuentro de esta tarde se repita el año que viene en Primera: «Eso me daría uno de los momentos más felices de mi carrera».
http://levanteud.lasprovincias.es/noticias/2011-04-03/vidas-cruzadas-20110403.html