El mes de enero, a pesar de los pesares, ha marcado un momento histórico para nuestra balanza comercial. Por primera vez en la historia (la historia contabilizada), España vende más productos y servicios a la Unión Europea de los que importa. El superávit es testimonial (unos 125 millones de euros), y no podemos concluir que exista una tendencia, pero quiere decir varias cosas, mayormente positivas:

1.Las exportaciones han crecido más que las importaciones. En concreto, mientras lo que hemos vendido en la Europa comunitaria ha crecido en ese mes –siempre con respecto al mimso mes del año anterior– alrededor de un 24%, las importaciones de nuestros socios sólo han crecido un 16%. La primera magnitud crece más de lo que solía crecer; la segunda, crece menos que lo que solía crecer, se desacelera.
2.El hecho de que compramos más de lo que vendemos a nuestros socios parece tocar a su fin: a la fuerza ahorcan. No podemos comprar tanto fuera –ni dentro– porque no tenemos capacidad ni expectativas, y eso corre paralelo al hecho de que nuestra porducción de bienes o servicios debe colocarse fuera dada la atonía de nuestro consumo.
3.No ha hecho falta –bueno, ni era posible hacerlo– devaluar una moneda propia que no tenemos para conseguir exportar mejor al ser nuestros productos más baratos previa manipulación del tipo de cambio. En la era González, cuando su gabinete por mano de Solchaga devaluó la peseta, sí consiguió este efecto, pero inducido.
4.Se nota que nuestros principales compradores (Alemania y Francia) están creciendo. Vivitos y coleando. Por no mencionar otros mercados emergentes, que aun consumen más productos españoles que los primos de zumosol comunitarios.
5.En fin: la tendencia creciente e inédita de las exportaciones españolas viene de más de un año atrás, por lo que podemos suponer consolidado el cambio de las pautas comerciales españolas. Durante años, y hasta el estallido de la crisis, crecimiento vía calentón de consumo e inversión internos. Ahora, el agua busca su salida por el hueco que da a la calle, por el exterior.
Un dato asociado a éste (ver noticia en este periódico), que también entra en la balanza de pagos (que no en la comercial): la inversión directa de otros países en España se dispara un 41,5% en 2010, según las estadísiticas más recientes. La mayor parte de estos flujos que reconocen que aquí vale la pena invertir –a pesar de los pesares también– provienen de Holanda, Francia y Reino Unido.

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http://blogs.grupojoly.com/tacho-rufino/2011/03/22/%C2%A1primer-superavit-comercial-con-la-ue-de-la-historia/