El Málaga se está condenando a base de dar disgustos a La Rosaleda, donde se congregan cada 15 días 25.000 irreductibles y sus respectivas camisetas, bufandas y banderas blanquiazules. Pero un domingo tras otro tienen que volverse a casa con tristeza en los ojos y el rostro desencajado. El Málaga está tirando por la borda su continuidad en Primera en casa, con su incansable afición como testigo. De los 11 partidos que se han disputado en Martiricos, sólo ha ganado dos. Ni un mísero 20 por ciento. Ocho puntos sobre 33 posibles constituyen un bagaje paupérrimo. Desolador. Un plan de rebajas que los contrarios no desaprovechan.

Levante (1-0) y Racing de Santander (4-1) han sido las únicas víctimas que se ha cobrado La Rosaleda. Athletic (1-1) y Getafe (2-2) arrancaron un punto de Martiricos, mientras que Valencia (1-3), Sevilla (1-2), Villarreal (2-3), Real Madrid (1-4), Real Sociedad (1-2), Atlético de Madrid (0-3) y Zaragoza (1-2) se volvieron a casa con los tres puntos en el saco. Números pobrísimos que no vienen sino a constatar las enormes carencias que azotan al equipo tanto a nivel de plantilla como de gestión de la misma.

"Nos cuesta mucho sumar puntos en casa y eso me parece muy grave", explicaba Pellegrini tras el partido de ayer. La salvación deberá fraguarse en casa, aunque para ello el rendimiento del equipo tendrá que mejorar de lo lindo. Por delante quedan las visitas de Almería, Osasuna, Espanyol, Deportivo, Mallorca, Hércules, Sporting y Barcelona. Cinco rivales directos deben desfilar por La Rosaleda de aquí a final de Liga. Ahí está más de media salvación.