Aunque el público salió contento por el gol inesperado de Rondón en la última jugada del partido, Pellegrini no valoró de la misma forma lo conseguido: «Me deja un sabor amargo, sin lugar a dudas. No me puedo conformar. Nos está costando demasiado sacar puntos en casa. Hemos logrado dos de nueve en los últimos partidos y mereciendo mucho más en todos. Ahora hay que ir fuera a recuperar los puntos que se pierden en casa y lo iremos a hacer en el campo del Villarreal».
En el análisis del partido del técnico chileno hubo tantos aspectos positivos como negativos: «Me pareció un primer tiempo extraño, en el que no pudimos tener una cierta seguridad atrás y en el que no vi a cada uno de los jugadores pendientes de hacer su función en el campo. A este equipo lo único que le falta es un poco de suerte. Logramos empatar y estuvimos muy cerca de haber ganado. De ánimo este grupo está fuerte. Ojalá la reacción nos sirva para cambiar la dinámica y nos pueda mostrar cuál es el camino a seguir».
A Pellegrini le cuestionaron sobre el acierto en su planteamiento inicial, visto el buen papel de Portillo y Sebastián Fernández, a lo que repuso: «Los cambios los hago en relación a lo que veo en los entrenamientos. Portillo y 'Seba' andaban bien toda la semana. Saqué antes al mismo equipo de Sevilla para darle confianza y no cambiar la reacción. Siempre cuando las cosas no resultan parece que se podía haber hecho algo mejor. En eso uno toma decisiones».
También explicó por qué Baptista lanza los saques de esquina -«los córners los tiraba Fernando o él. Tenemos muchos cabeceadores, al igual que él. En ese aspecto no hay problemas»- y no se quejó de las bajas de Duda y Apoño en cuanto a los problemas que muestra el equipo en el centro del campo: «Creo que las plantillas se forman para prevenir las lesiones. No cabe duda de que son bajas importantes y se unen a muchas más, pero el grupo esta muy fuerte, consciente de que tiene que luchar contra todo».
Pellegrini concluyó su rueda de prensa recordando que siguen padeciendo mala suerte y que a los suyos no les falta entereza. «Normalmente los goles en nuestra portería nos entran y en la otra cuesta mucho, pero hubo entereza anímica y físicamente, porque si no un equipo no hubiera sabido revertir la situación en el segundo tiempo ante un rival que juega lento. Eso es lo que yo llamo no entregar los partidos».
«Un partido notable»
Por su parte, el entrenador del Getafe, Míchel, comentó: «Nuestro partido fue notable por no decir sobresaliente. El Málaga ha estado llegando a impulsos y la ansiedad le estaba pasando factura. Pienso que no nos ha faltado nada para ganar. Nos sobró un minuto». Para argumentar la pérdida de dos puntos de su equipo, añadió: «El Málaga tiene gente muy buena en el centro del campo, como Recio y Baptista, y con la entrada de Portillo y Sebastián Fernández le ha dado mayor amplitud al juego».
Finalmente, informó del golpe sufrido por el guardameta Ustari ante Baptista, en los últimos instantes de la primera mitad, aunque al final el argentino aguantó hasta la conclusión del choque: «Tenía un problema en dos dientes y estaba conmocionado. En un principio lo íbamos a sustituir».
FORZA MALAGA