VILLARREAL | MÁLAGA CF · LA PREVIA
Pellegrini en la retina
Retrospectiva El chileno vuelve, lleno de apuros futbolísticos, al lugar donde edificó su gran obra en la Liga Alivio Apoño regresa al equipo tres semanas después para darle otro aire al juego
J. L. M. / MÁLAGA | ACTUALIZADO 20.02.2011 - 05:02
No estaría nada mal saber hoy los pensamientos de Pellegrini, desde que el autobús ingrese en El Madrigal hasta que acceda a los vestuarios. Qué pasará por su cabeza cuando vea a Cazorla sobando la bola, rompiendo por dentro, por fuera, dando pases de gol. Cuando descubra que Rossi ya no apunta maneras, sino que apunta a discreción al meta contrario. Cuando vea los armoniosos movimientos amarillos, preguntándose si algún día él tendrá un Borja Valero que haga fluir el fútbol de los suyos, si realmente está convencido de que el Málaga será el Villarreal del próximo lustro. Cabe hasta la opción de que camino al banquillo el chileno se dé cuenta de que enfila sus pasos hacia el que ocupó durante cinco años y no hacia el visitante. Es el absoluto protagonista de la tarde. Sólo admitirá los aplausos por la vuelta a casa, la clasificación no permite farolillos ni serpentinas.
El regreso del ingeniero a su gran creación en España no será con el traje de gala. Colista y descosido por las bajas, no parece gran momento para visitar El Madrigal, aunque tampoco el Villarreal meta el miedo de hace tres semanas. Sí está en manos del chileno reforzar su credo y, a pesar del enésimo once remendado, defender su idea ofensiva como lo hizo en Villarreal. Es muy humano querer refrendar ante determinados escenarios o personas lo que uno fue cuando dejó buenas sensaciones.
Traducido a explicaciones en blanco y azul, se espera el premio para Portillo y Sebastián Fernández, artífices de la igualada in extremis ante el Getafe cuando el 0-2 nublaba el panorama. La lesión de Baptista, trágica noticia para Pellegrini, le facilita la maniobra de inclusión para el charrúa, relevo natural en la mediapunta. La recompensa para el paleño añade, además, el borrón de Fernando del once. Dos decisiones populares que supondrán el primer juicio de la tarde para Pellegrini.
No obstante, la fe en Maresca sigue intacta pese al divorcio público de la grada con el italiano la semana pasada. Además, parece que el sacrificado será Recio, e gran exponente futbolístico de la medular en las últimas semanas. El diagnóstico revela la intención de quitarle el balón a Borja Valero desde la presión, no desde la lucha de igual a igual. Y mira hacia Apoño, que retorna tras purgar los insultos más caros de su vida. Abandona el banquillo de los acusados, quién sabe si para volver a ser el de antes o no.
El segundo juicio mira hacia Caballero, último inquilino de la trituradora meta blanquiazul. Mal día para debutar o bueno, según se mire, ya que el arsenal de recursos ofensivos amarillos (más allá de los tres partidos oficiales seguidos sin gol) le pondrá a prueba en tantos frentes que la afición podrá evaluar de manera fidedigna sus prestaciones. Completados esos exámenes, se verá si rentan en una mejora clasificatoria cada vez más urgente.