El año 2010 llega a su fin, le quedan pocas horas, y para los malaguistas se va un año aciago, nefasto en lo deportivo pero con un toque final de ilusión que parece que se traducirá en un buen futuro, un futuro que nos merecemos los sufridores profesionales, y aquí es donde entramos nosotros en escena: los malaguistas.
El año comenzaba con la vuelta a los entrenamientos el día 1 del conjunto entrenado por Juan Ramón Muñiz, para preparar el choque de ese fin de semana contra el Sporting de Gijón. Con 12 puntos y sólo dos victorias hasta el momento, los de Muñiz fueron a Gijón en puestos de descensos y con una plantilla muy justa, no tanto por cantidad sino por la calidad. En aquel entonces, el Málaga sumó un punto, y en las siguientes dos jornadas consiguió otro empate y una victoria, para romper una racha de 8 partidos sin perder contra el Real Madrid en la última jornada de la primera vuelta, un partido que no pasará a la historia del fútbol por la brillantez de su juego, sino por la famosa agresión de Mtiliga a Cristiano Ronaldo, y es que el danés del Málaga golpeó con su nariz el codo del portugués, ocupando los tabloides sensacionalistas durante semanas e incluso meses.
Tras este encuentro, el equipo presidido por don Fernando Sanz Durán volvió a la senda de la victoria, y en los próximos cuatro partidos sumó la mejor racha de la temporada con tres victorias (una de ellas ante el Atlético de Madrid) y un empate que colocó a los malaguistas en la duodécima posición de la tabla clasificatoria.
Sin embargo, la buena racha se acabó en la jornada 23, y hasta la última jornada de Liga una sola victoria adornaría las 15 jornadas restantes, contándose 14 de las cuales por empates y desgraciadamente por derrotas. La situación comenzó a hacerse cada vez más insostenible, la afición pedía cambios, pero la penuria económica que rodeaba al fútbol español y que tenía como ejemplo más claro al Málaga, fue el principal obstáculo para que Sanz pudiese dar a los aficionados la alternativa que pedían.
El Málaga abandonó los puestos de descenso en la jornada 17, y a pesar de que la situación era mala, la de otros era peor, y eso es lo que hizo que el Málaga no volviese a pisar puestos de quema hasta la penúltima jornada. Conforme se acercaba el final de la Liga, los de Muñiz no conseguían ganar ni sacar ventaja a los de atrás, y perdió puntos claves en casa como los que se dejó ante Tenerife y Sporting, provocando esta derrota una de las rajadas más sonoras del año, como la de Apoño contra la afición echándole en cara los pitos.
Con derrotas, empates, empates y derrotas, el Málaga llegó a la jornada 37 jugándose media salvación en Getafe, y perdió, provocando que, tras 20 jornadas al borde del descenso y evitándolo por poco, el 8 de Mayo a falta de una jornada contra el real Madrid que se jugaba la Liga, los blanquiazules entraron en puestos de descenso a la Segunda División.
La semana del 8 al 16 de Mayo, fue la más larga para muchos aficionados malaguistas. El Real Madrid se jugaba la Liga que tenía el Barcelona casi en su mano, el Málaga se jugaba la categoría, ya que tenía que esperar que el Barcelona ganase al Valladolid e igualar el resultado del Tenerife en casa del Valencia, que no se jugaba nada. Para más inri, desde Madrid atizaban al Málaga con el famoso codazo de la ida, se vivieron momentos dramáticos, sin embargo, y esto e slo bonito del fútbol, lo que parecía la crónica de una muerte anunciada se tornó en la ilusión de toda una ciudad representada en un campo de fútbol. En un partido agónico, el Málaga empezó ganando, y a esto se le sumó la goleada que el Barcelona le estaba endosando al Valladolid, lo que hacía presentir que todo iba rodado, pero la realidad volvió a La Rosaleda y Van Der Vaart puso las tablas en Martiricos, lo que hizo recordar a los aficionados que un gol del tenerife les dejaba a ellos en Primera y mandaba al Málaga a los infiernos de la Segunda División. Muchas lágrimas se derramaron en ese querer y no poder constante que suponía ganar al Madrid, y cuando los corazones llegaban a sus condiciones más extremas a eso del minuto 88 de partido, el canterano y malaguista de corazón Alexis Ruano adelantaba al Valencia en mestalla y hacía que en Málaga el gol se celebrase tanto como un de los blanquiazules.
Finalizaba el partido, Florentino Pérez abrazaba a un Fernando Sanz que rompió a llorar como un niño expresando el sentir de todo el malaguismo. Los aficionados invadieron el terreno d ejuego, Málaga se quedaba en Primera un año más gracias a la fuerza de toda una ciudad que puso corage a una plantilla a la que le faltó calidad, pero que consiguió mantener la categoría por segundo año consecutivo.
Finalizada la temporada, se fueron muchos de los jugadores que habían llegado cedidos, y Sanz ratificó a Muñiz y le dio de nuevo la confianza para hacer la plantilla de la temporada 2010/2011, algo que instauró un sonoro pesimismo en la afición, trasladándose a una caída en la renovación de abonos.
Pero, la etapa Sanz estaba llegando a su final y sólo el presidente malaguista sabía el por qué, hasta que finales de julio se dio a conocer la venta del club al jeque qatarí Abdullah Bin-Nasser Al-Thani, un salto de calidad que entre ilusión y excepticismo fue acogido por la ciudad. El excepticismo fue dejando paso a una fuerte ilusión por la llegada del ex-entrenador del Oporto Jesualdo Ferreira, que comenzó a confeccionar una plantilla para estar entre los diez primeros de la tabla mientras en las oficinas los accionistas y directivos modificaban los estatutos para poder oficializar la compra del club por el jeque, y es que según estos, el Málaga no podía estar en manos extranjeras.
A mediados de Agosto el jeque desembarcó en Málaga con Ghubn, su mano derecha, como cabeza visible del proyecto qatarí, que además de a un gran entrenador trajeron un desembolso inédito en fichajes, nada más y nada menos que 17 millones de euros para confeccionar la plantilla que el entrenador viese más adecuado. Una ciudad ilusionada y unas instituciones muy comprometidas serían la aureola de fondo que sumiría a la afición malaguista en un ilusionante sueño que se estaba cumpliendo por primera vez tras muchos rumores en años anteriores.
La temporada empezó con una derrota en casa ante el Valencia donde sin embargo se vio un equipo distinto al del pasado año, un equipo con más calidad que le buscó las cosquillas a todo un Valencia aunque acabase sin premio.
El siguiente partido del Málaga sería un partido histórico contra el Zaragoza, donde los hombres de Ferreira batieron un record insólito de marcar 5 goles en poco más de media hora y donde uno de los bigoleadores sería a su vez el bigoleador más joven de la historia de la Liga, el canterano Juanmi.
Pero no era oro todo lo que relucía, y tras morir matando contra los grandes de la Liga llegaron los rivales de la llamada "Liga del Málaga", donde el equipo se desinfló, no jugó a nada y acabó con la paciencia de la mayoría de los aficionados y del jeque, que destituyó a Jesualdo Ferreira, dejando en evidencia un equipo herido, desmembrado y siendo el segundo más goleado de toda Europa.
El club de Martiricos decidió entregar la batuta del proyecto a todo un profesional como es Manuel Pellegrini, que ha llegado a Málaga con la intención de crear un proyecto similar al de Villarreal, y que en el mercado invernal ha conseguido armar un gran equipo con nombres conocidos como Martin Demichelis, Julio Baptista, Sergio Asenjo, Enzo Maresca e Ignacio Camacho y a falta de incorporación de nuevos fichajes.
Acaba así un año con malos resultados deportivos pero con una ilusión sin precedentes para los malaguistas. Esperemos que esta ilusión se transforme en una pronta realidad.
Un apunte más, guste o no guste el estilo de cada entrenador o presidente, quiero dar las gracias a dos personas que tienen algo que ver en esto:
Feliz 2011 a todos.
Fuente: Sentimiento Bokerón