El mal ambiente se percibe en toda Málaga. La historia con el jeque de Qatar Abdullah Bin Nasser Al-Thani no convence a nadie. Decisiones complicadas de entender, así como algunos impagos, han sembrado la inquetud entre la afición malagueña. Además, la figura de Jesualdo Ferreira, entrenador colocado por el jeque en el banquillo y que no ha caído en gracia en la provincia andaluza, tampoco está ayudando. Eso sí, los cinco goles logrados en Zaragoza en apenas treinta minutos, han servido para que se abra un paréntesis y aparezca una supuesta cordialidad entre afición-técnico-jeque, pero solo es eso, un tiempo muerto. El ex del Oporto ha tenido plenos poderes en lo deportivo desde su llegada, siendo el único responsable de los fichajes junto a su agente Hugo Valera, de la relación de los jugadores con la prensa, del distanciamiento del equipo con la afición... Su control llega a ser obsesivo, hasta el punto de prohibir a los jugadores hablar con la periodistas, a los que considera enemigos.
La victoria ante el Zaragoza ha servido de mucho en La Rosaleda. Los que están cerca del club, del equipo, empiezan a desconfiar, a ver cosas que no entraban en el guión escrito con la aparición del jeque Abdullah, que por cierto ya tiene aparcados en el club algún que otro lujoso coche, dejando el taxi como medio de locomoción en la capital malagueña. La salida de Yasmine Al Sahoud, directora general del Málaga, en los primeros días de septiembre ha provocado un vacío que ha resultado ser más complicado de cubrir de lo que pensaba Abdullah Mohammed Haj Ghubn, secretario y apoderado legal del jeque y persona causante del problema.
El padre de Yasmine, Taysir Al Sahoud, fue el nexo de unión entre Fernando Sanz y el jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani, y dicen que la persona clave para la llegada del dinero a través de un acuerdo con el emir Hamad bin Khalifa Al Thani y responsable de que ahora ese dinero haya desaparecido. Tras la salida de Yasmine, el dinero ha dejado de llegar al Málaga. Ella fue la primera en denunciar ciertas irregularidades y ya hay algunos clubes que han alzado la voz ante el impago de algunas cantidades pactadas. El último ha sido el AEK de Atenas, que ha denunciado al club malagueño por no cumplir con un plazo del pago del traspaso de Edinho, jugador que llegó en 2009. Los 50 millones de euros pactados en un principio se han quedado en el camino o por lo menos a mitad del recorrido. Se habla de 17 millones de euros, cantidad que se encuentra lejos de los 50 millones anunciados.
El Málaga fue el tercer equipo español, tras Barcelona y Real Madrid, en gastarse dinero en fichajes. En total, el club andaluz cerró acuerdos por un total de 17 millones de euros. En muchos casos, el precio pagado se ha considerado excesivo como es el caso de los 3,5 millones de euros pagados por Rondón, jugador cuya propiedad era parte del Las Palmas y parte del agente Juan Mata, o el central Malagueño que llegó procedente del Indios de Ciudad de Juárez, fichajes, como otros, que nunca se entendieron por parte de la afición y de la crítica.
Con el paso de los días la situación económica ya empieza a ser preocupante. Los compromisos adquiridos no son asumibles por el Málaga si no es a través del dinero procedente de Qatar, grifo que está cerrado desde el adiós de Yasmine. Ahora se busca un punto de acuerdo que desbloquee la situación y que pueda servir para salvar la papeleta. Algunos apelan al orgullo del emir y de un país como Qatar para salvar una situación más que complicada.
La otra solución de emergencia apela a un regreso al pasado, iniciada ya con la presencia de José María Fernández en la gerencia del club, hombre de confianza de Fernando Sanz, anterior presidente. Ese mirar atrás supone una moderación en los gastos, a la búsqueda de un equilibrio en el presupuesto. En la pasada temporada, el Málaga consiguió reducir 4 millones la deuda que arrastraba desde su entrada en la ley concursal, algo impensable con los compromisos adquiridos con los fichajes, aunque también es cierto que los sueldos de los jugadores no se han desorbitado y ninguno supera el millón de euros. Mientras, Fernando Sanz se mantiene como asesor del club y representa al Málaga tanto en la Federación como en la Liga, pero está totalmente apartado en lo que es la gestión diaria del club. Su enfrentamiento con Haj Ghubn, secretario del jeque, y con el que nunca se entendió, fue el motivo de este distanciamiento.