Posteado Mar 7 Dic 2010 - 10:20
Cristina Antón está agotada, estresada y cabreada. Muy cabreada. Esta controladora aérea de Son Sant Joan vierte su enfado supino en un blog que durante este fin de semana ha sido una de las bitácoras virtuales más visitadas del país. Ella, ahora, con la normalidad establecida en los aeropuertos, advierte a este diario su preocupación: “Vamos a acabar empotrando un avión”.
“Desde febrero han aumentado una barbaridad el número de incidentes”, asegura mientras echa la culpa “a la salvajada” de los nuevos turnos que se les impuso entonces “por decretazo”. Cristina cuenta que la situación de su sector “es insostenible”, que no pueden seguir “trabajando hasta el infinito” y denuncia el estado lamentable de algunos de sus compañeros, que durante los últimos meses han tenido que ser “sacados en ambulancia” de los centros de control debido al estrés y al extremo cansancio. A ella, dice, “esa locura de horarios” ya le pasó factura el pasado agosto, cuando tuvo una subida de tensión que le llevó a estar dos meses de baja.
“Yo ni sabía que este fin de semana había un puente”, cuenta mientras aclara que ella siempre trabaja en Navidad, en Semana Santa y hasta en los días de guardar. Dice que en los últimos ocho meses ha tenido tan solo un fin de semana libre y que con los "turnos infernales" que se llevan no sabe ni cuándo “tienen fiesta el resto de los mortales”.
"Algunos compañeros han tenido que ser sacados de la torre en ambulancia en los últimos meses"
Y ahí estaba Cristina el viernes, sin saber que media España empezaba el puente más largo del año, en una asamblea junto al resto de sus compañeros para comentar “el enésimo decretazo” que les había “estampado el Gobierno” el día anterior. ¿Hubo pacto entre los controladores para darse de baja en el mismo momento? Según Cristina no, rotundamente no. Lo que les ocurrió fue “un ataque de histeria sideral” que les cegó y no les dejó prever todo el caos que vendría después, con más de 600.000 personas plantadas en los aeropuertos y que culminó con el primer Estado de Alarma de la democracia española.
Cristina no tiene ninguna duda de que todo ha sido "una maniobra política", aunque no cree que el Gobierno contara con la reacción tan extrema que hubo. "Si lo sabían y lo hicieron a propósito es que son unos tarados", se queja para señalar que el caos habría sido menos si hubieran anunciado el decreto un día antes. Para ella, lo que hizo Pepe Blanco fue "echar cerillas en el polvorín".
“Somos la cortina de humo, el Gobierno nos utiliza para privatizar Aena”, denuncia Cristina mientras aclara que para los controladores es imposible programar una huelga: “Cuando hubo la de funcionarios nos obligaron a cumplir con unos servicios mínimos del 110%”.
Mientras los controladores trabajan estos días bajo control militar y su blog echa humo con los comentarios de ciudadanos enfurecidos, ella responde airada: “Yo pago la pensión y el paro de la gente que me insulta”. “En este país se ve muy bien que Belén Esteban gane un dineral y nosotros no nos podemos quejar por tener turnos sobrehumanos”, se queja para aclarar que ellos “no cobran del dinero público, sino de las tasas aeroportuarias”.
Unos dos euros de cada billete que compran los viajeros van a las nóminas de los controladores. Sin embargo, Cristina habla de sueldos muy alejados de esos 350.000 euros que denuncia Blanco. Cristina, que jamás ha hecho una sola hora extra, cobra 3.500 euros desde el mes de agosto. Antes, de febrero a agosto, cobraba en torno a los 6.000 euros por trabajar 200 horas al mes. Antes de febrero, se embolsaba unos 8.000. Aclarar que Cristina cobra como veterana y hasta agosto, momento en que su cuerpo se rindió, ocupaba un puesto de aproximadora, uno de los más complicados del centro de control.
A sus 45 años, con 14 en la profesión, esta licenciada en Biológicas se entristece al ver cómo hoy muchos "se avergüenzan de ser controlador aéreos". Se reconoce como cabeza de turco y critica que durante estos últimos meses todos los males de los aeropuertos se les achacan a ellos: "en septiembre el 50% de los retrasos fueron culpa de las aerolíneas, pero ellas tienen órdenes de decir que nosotros somos los culpables".
"En este país se ve muy bien que Belén Esteban gane un dineral y nosotros no nos podemos quejar por tener turnos sobrehumanos"
Con la opinión pública en su contra y sufriendo la mano dura del Gobierno, ella dice convencida que tirará la toalla. "En cuanto me casquen el siguiente convenio me voy", asegura que entonces sí, al igual que otros compañeros, entregará su trabajo.
Mientras tanto, continúa en el centro de control de Palma, pero alejada de los monitores. Desde que su cuerpo colapsara en agosto, con esa subida de tensión y sin poder dormir, se reincorporó a las oficinas. Su nueva labor consiste en escuchar cintas confidenciales, algo a lo que ella se niega en rotundo. Se trata de conversaciones entre pilotos, controladores y otro personal aeroportuario. Según Cristina, esas cintas sólo deberían escucharse en caso de accidente o por orden judicial, pero desde hace unos meses Aena se ha sacado de la manga la necesidad de hacerlo de forma gratuita.
Ahora, sin dirigir aviones y logrando conciliar el sueño sólo con la ayuda de un somnífero, Cristina sólo se representa a sí misma, sin ser portavoz de nadie más. Con esa libertad habla desde su blog, que este fin de semana, en tan sólo dos días registró más de 570.000 páginas vistas, 10.000 comentarios y 500 mails. Un blog privado por el que Aena le ha abierto ya dos expedientes disciplinarios y que ha acabado por convertirse en el catalizador de la furia de los viajeros que se quedaron sin su puente de la Constitución. Y allí se la encuentra a diario, sorteando insultos.