El Málaga tiene cuatro 'alfombras'
La contratación de Benito Mateo en la tarea de cuidador se revela como un completo acierto cuatro meses después de su llegada El piso de La Rosaleda, el Anexo, el Ciudad de Málaga y el campo de la Federación lucen como nunca
PEDRO LUIS ALONSO plalonso@diariosur.es | MÁLAGA..-
El Málaga por fin presume de césped. A disposición del primer equipo y el filial hay cuatro 'alfombras': La Rosaleda, el Anexo y las del estadio Ciudad de Málaga y el campo de la Federación Malagueña. Lo que parecía un mal irresoluble durante años era sola una cuestión monetaria y de dedicación. La compra del club por el jeque Abdullah Ben Nasser Al-Thani y el empeño del entrenador elegido inicialmente para el proyecto, Jesualdo Ferreira, fueron factores clave para incrementar el presupuesto dedicado a este aspecto.
La recomendación de los consejeros consultivos, José Carlos Pérez y Francisco Martín Aguilar, fue decisiva en la elección final. Ambos conocían al lorquí Benito Mateo, que desarrollaba su labor en la Ciudad Deportiva del Mallorca, de su paso provisional por esas instalaciones en las ocasiones en las que el Málaga acudió a la isla balear para jugar.
No hubo que aguardar mucho a la llegada de Mateo como nuevo 'greenkeaper' (cuidador), que se concretó a finales de julio. Al murciano le sedujo no sólo la oferta económica, sino también la posibilidad de trabajar sin cortapisas. «No pude ver los problemas que había antes en la hierba, porque a mi llegada ya estaba colocado el nuevo césped», reconoció. Por indicación suya no fue la hierba habitual que se coloca en los campos de fútbol, sino de bermuda, que resiste mejor la sequedad del verano. Posteriormente, aprovechando los descansos de la competición de al menos dos semanas, se han hecho resiembras sucesivas de 'raigrás' para adaptarla mejor al cambio estacional y a la temporada de lluvias.
La lluvia, una bendición
A Benito Mateo no le preocupa la semana de altos niveles pluviométricos vivida en Málaga. «Pero si estaba deseando que lloviera... El césped ha drenado muy bien estos días, y además se pincha y se corta. Solemos mirar el tiempo que va a hacer antes de un partido. Si va a ser lluvioso se hace un pinchado mayor de las raíces», explica.
Al cuidador no le han dado órdenes concretas ni Ferreira ni ahora Pellegrini. Ambos le han dejado entrever su satisfacción con el estado de la hierba tanto en La Rosaleda como en el estadio Ciudad de Málaga. Paralelamente, se acaba de concluir una resiembra en el Anexo, en el que hoy se entrenará la plantilla por primera vez esta temporada. Dadas sus dimensiones, se empleará los viernes para las sesiones de trabajo puramente tácticas. El cuarto campo bajo su cuidado es el de la Federación Malagueña de Fútbol, en donde juega sus partidos el equipo filial. Dado su carácter terminal, no se ha cuidado el campo principal de El Viso, que dejará pronto de ser instalación para la cantera.
Benito Mateo le debe mucho en su progreso profesional a Héctor Cúper. Comenzó cuidando el terreno de juego del Constancia, conjunto de Tercera del término de Inca. Como quiera que el conjunto de Palma acudía a este campo a entrenarse, Cúper, muy satisfecho con el estado del mismo, se lo llevó a la ciudad deportiva del club bermellón. Corría el año 1998, y de ahí pasó a Son Moix (ahora Iberostar Estadio), recién construido. Fue el comienzo de una larga relación. Su confianza en él fue tal que en su etapa en el Inter el argentino lo contrató para que viajara una vez al mes a Milán (tres días en cada salida) para que supervisara el estado de los campos del club italiano. También ha aconsejado al Aris de Salónica, el nuevo conjunto del argentino, al Valencia y a los campos de Nigeria que acogieron el Mundial sub-17.
«Se hace lo que se puede. Yo no soy Dios. Necesitamos herramientas», admite con modestia un Benito Mateo cuya llegada ha servido para la adquisición de numerosa maquinaria: una tripleta (para cortar la hierba, que siempre está muy corta), una escalificadora (quita las hierbas secas), una recebadora (tira arena), una segadora rotatoria y una sulfatadora (fumigador). A las órdenes del 'greenkeaper' hay cuatro empleados que desarrollan toda la labor. Son los mismos que en la anterior etapa.
La recomendación de los consejeros consultivos, José Carlos Pérez y Francisco Martín Aguilar, fue decisiva en la elección final. Ambos conocían al lorquí Benito Mateo, que desarrollaba su labor en la Ciudad Deportiva del Mallorca, de su paso provisional por esas instalaciones en las ocasiones en las que el Málaga acudió a la isla balear para jugar.
No hubo que aguardar mucho a la llegada de Mateo como nuevo 'greenkeaper' (cuidador), que se concretó a finales de julio. Al murciano le sedujo no sólo la oferta económica, sino también la posibilidad de trabajar sin cortapisas. «No pude ver los problemas que había antes en la hierba, porque a mi llegada ya estaba colocado el nuevo césped», reconoció. Por indicación suya no fue la hierba habitual que se coloca en los campos de fútbol, sino de bermuda, que resiste mejor la sequedad del verano. Posteriormente, aprovechando los descansos de la competición de al menos dos semanas, se han hecho resiembras sucesivas de 'raigrás' para adaptarla mejor al cambio estacional y a la temporada de lluvias.
La lluvia, una bendición
A Benito Mateo no le preocupa la semana de altos niveles pluviométricos vivida en Málaga. «Pero si estaba deseando que lloviera... El césped ha drenado muy bien estos días, y además se pincha y se corta. Solemos mirar el tiempo que va a hacer antes de un partido. Si va a ser lluvioso se hace un pinchado mayor de las raíces», explica.
Al cuidador no le han dado órdenes concretas ni Ferreira ni ahora Pellegrini. Ambos le han dejado entrever su satisfacción con el estado de la hierba tanto en La Rosaleda como en el estadio Ciudad de Málaga. Paralelamente, se acaba de concluir una resiembra en el Anexo, en el que hoy se entrenará la plantilla por primera vez esta temporada. Dadas sus dimensiones, se empleará los viernes para las sesiones de trabajo puramente tácticas. El cuarto campo bajo su cuidado es el de la Federación Malagueña de Fútbol, en donde juega sus partidos el equipo filial. Dado su carácter terminal, no se ha cuidado el campo principal de El Viso, que dejará pronto de ser instalación para la cantera.
Benito Mateo le debe mucho en su progreso profesional a Héctor Cúper. Comenzó cuidando el terreno de juego del Constancia, conjunto de Tercera del término de Inca. Como quiera que el conjunto de Palma acudía a este campo a entrenarse, Cúper, muy satisfecho con el estado del mismo, se lo llevó a la ciudad deportiva del club bermellón. Corría el año 1998, y de ahí pasó a Son Moix (ahora Iberostar Estadio), recién construido. Fue el comienzo de una larga relación. Su confianza en él fue tal que en su etapa en el Inter el argentino lo contrató para que viajara una vez al mes a Milán (tres días en cada salida) para que supervisara el estado de los campos del club italiano. También ha aconsejado al Aris de Salónica, el nuevo conjunto del argentino, al Valencia y a los campos de Nigeria que acogieron el Mundial sub-17.
«Se hace lo que se puede. Yo no soy Dios. Necesitamos herramientas», admite con modestia un Benito Mateo cuya llegada ha servido para la adquisición de numerosa maquinaria: una tripleta (para cortar la hierba, que siempre está muy corta), una escalificadora (quita las hierbas secas), una recebadora (tira arena), una segadora rotatoria y una sulfatadora (fumigador). A las órdenes del 'greenkeaper' hay cuatro empleados que desarrollan toda la labor. Son los mismos que en la anterior etapa.