Temporada y media sin remontar
El Málaga no se repone a un marcador adverso desde el triunfo logrado en Pamplona (2-3) casi al final de la campaña 2008-2009
PEDRO LUIS ALONSO | MÁLAGA..-
Una de las claves de la mala situación deportiva del Málaga es su incapacidad para reaccionar en los partidos cuando se coloca con el marcador en contra. No es una novedad de esta temporada, ya que también se repitió durante todo el curso anterior. Si el equipo blanquiazul va perdiendo, sus opciones de ganar son casi inexistentes a tenor de los precedentes en estos dos últimos cursos.
La última remontada del Málaga en Primera División se produjo en la trigésima segunda jornada de la temporada 2008-2009, en el 2-3 logrado en el estadio Reyno de Navarra. En ese choque, celebrado el 22 de abril de 2009, hubo varias alternativas en el marcador. Primero el cuadro visitante, entrenado por Antonio Tapia, gozó de ventaja gracias al penalti materializado por Apoño en el minuto 4. Pero Plasil (minuto 16) y Nekounam (en el 32) le dieron la vuelta a la situación con dos nuevos goles. Fue en los últimos veinte minutos del encuentro cuando el Málaga volvió a remontar, por medio de sendos cabezazos de Lolo y Salva en un intervalo de cinco minutos.
Después de ello el Málaga no ha sido capaz de reponerse nunca cuando las circunstancias fueron adversas. En el mejor de los casos empató, pero nunca se alzó con la victoria. Desde entonces se han celebrado la friolera de 57 partidos ligueros sin esa sensación de que los blanquiazules ofrezcan capacidad de respuesta, propia de los grandes. En total, diecinueve meses y una semana (no todo este periodo de competición, lógicamente) de maldición.
Sin méritos
Más allá de lo cuantitativo, es también importante lo cualitativo. El Málaga no remonta los marcadores, pero en lo concerniente al juego no parece hacer méritos claros para ello. Esto ha sido patente en lo que va de campaña, y no porque careciera de tiempo para la reacción: contra el Sevilla recibió el 1-2 en la última jugada del primer tiempo, pero apenas generó peligro en toda la segunda mitad ante un rival bien colocado; frente al Real Madrid, el 0-1 marcó el inicio de una espiral negativa que no se detuvo hasta la goleada (1-4); en Pamplona encajó el primer tanto en el minuto 2, pero no tuvo respuesta en todo el partido y se llevó dos dianas más en contra; en Cornellá, tres cuartos de lo mismo, porque el tanto de Javi Márquez llegó en los primeros segundos y los visitantes apenas inquietaron a Kameni; en Riazor tampoco hubo complicaciones para el rival con un 2-0 a la media hora, y el domingo en Mallorca el Málaga puso más corazón que cabeza tras los tantos locales con media hora larga por jugar.
Que el Málaga acusa mentalmente demasiado los goles se traduce en un último dato: la cantidad de ocasiones en las que ha recibido dos tantos en muy pocos minutos de lapso. Esto ha sucedido cuatro veces: ante el Valencia (1-2 en el minuto 70 y 1-3 en el 74), contra el Villarreal (2-2 en el minuto 29 y 2-3 en el 33), en La Coruña (1-0 en el minuto 21 y 2-0 en el 30) y en el Iberostar Estadio (tantos en los minutos 50 y 55).
La última remontada del Málaga en Primera División se produjo en la trigésima segunda jornada de la temporada 2008-2009, en el 2-3 logrado en el estadio Reyno de Navarra. En ese choque, celebrado el 22 de abril de 2009, hubo varias alternativas en el marcador. Primero el cuadro visitante, entrenado por Antonio Tapia, gozó de ventaja gracias al penalti materializado por Apoño en el minuto 4. Pero Plasil (minuto 16) y Nekounam (en el 32) le dieron la vuelta a la situación con dos nuevos goles. Fue en los últimos veinte minutos del encuentro cuando el Málaga volvió a remontar, por medio de sendos cabezazos de Lolo y Salva en un intervalo de cinco minutos.
Después de ello el Málaga no ha sido capaz de reponerse nunca cuando las circunstancias fueron adversas. En el mejor de los casos empató, pero nunca se alzó con la victoria. Desde entonces se han celebrado la friolera de 57 partidos ligueros sin esa sensación de que los blanquiazules ofrezcan capacidad de respuesta, propia de los grandes. En total, diecinueve meses y una semana (no todo este periodo de competición, lógicamente) de maldición.
Sin méritos
Más allá de lo cuantitativo, es también importante lo cualitativo. El Málaga no remonta los marcadores, pero en lo concerniente al juego no parece hacer méritos claros para ello. Esto ha sido patente en lo que va de campaña, y no porque careciera de tiempo para la reacción: contra el Sevilla recibió el 1-2 en la última jugada del primer tiempo, pero apenas generó peligro en toda la segunda mitad ante un rival bien colocado; frente al Real Madrid, el 0-1 marcó el inicio de una espiral negativa que no se detuvo hasta la goleada (1-4); en Pamplona encajó el primer tanto en el minuto 2, pero no tuvo respuesta en todo el partido y se llevó dos dianas más en contra; en Cornellá, tres cuartos de lo mismo, porque el tanto de Javi Márquez llegó en los primeros segundos y los visitantes apenas inquietaron a Kameni; en Riazor tampoco hubo complicaciones para el rival con un 2-0 a la media hora, y el domingo en Mallorca el Málaga puso más corazón que cabeza tras los tantos locales con media hora larga por jugar.
Que el Málaga acusa mentalmente demasiado los goles se traduce en un último dato: la cantidad de ocasiones en las que ha recibido dos tantos en muy pocos minutos de lapso. Esto ha sucedido cuatro veces: ante el Valencia (1-2 en el minuto 70 y 1-3 en el 74), contra el Villarreal (2-2 en el minuto 29 y 2-3 en el 33), en La Coruña (1-0 en el minuto 21 y 2-0 en el 30) y en el Iberostar Estadio (tantos en los minutos 50 y 55).