Lo primero: enderezar el barco
Todos podemos imaginar el tiempo que Jesualdo Ferreira debe emplear cada día en pensar en el Málaga. Él, así es la vida, se enfrenta mañana al Barça en la Champions como entrenador del Panathinaikos. Y mientras, el Málaga que dibujó vive en puestos de descenso con 12 partidos consumidos. Así de extrañamente condena el fútbol a la gente. Pero la culpa de que el Málaga esté así no es exclusiva de Jesualdo, qué fácil es matar a quien se va. También es de quien le entregó a él las llaves del proyecto. Lo único bueno es que el Málaga tiene tiempo (y parece que bastante dinero) para arreglar la situación. Para empezar, estaría bien organizarse. Saber cuánto va a mandar Pellegrini y cuánto Antonio Fernández y su nuevo ayudante, Alfonso Serrano. Claro que lo primero que tiene que pasar es que a Abdullah Ghubn alguien le aconseje a no circular en dirección prohibida.
Ahora lo importante es pensar qué le conviene más al Málaga: si tirar de populismo y pagar una barbaridad por tres futbolistas u obtener cesiones que conllevan fichas elevadísimas o reforzar con sentido el equipo, terminar la temporada poniendo el germen de un proyecto ambicioso y rematarlo el próximo verano. Pellegrini da lecciones de sentido común cada vez que habla así que no debe pensar de otra manera. Primero hay que enderezar el barco y luego llenarlo de buenos marineros. Lo que no se entiende es ver al Málaga así. Primero hay que poner en pie las realidades.
Ahora lo importante es pensar qué le conviene más al Málaga: si tirar de populismo y pagar una barbaridad por tres futbolistas u obtener cesiones que conllevan fichas elevadísimas o reforzar con sentido el equipo, terminar la temporada poniendo el germen de un proyecto ambicioso y rematarlo el próximo verano. Pellegrini da lecciones de sentido común cada vez que habla así que no debe pensar de otra manera. Primero hay que enderezar el barco y luego llenarlo de buenos marineros. Lo que no se entiende es ver al Málaga así. Primero hay que poner en pie las realidades.