Los errores se pagan
JUAN ANTONIO MORGADO | .-
En el fútbol el que perdona acaba perdiendo. El Málaga, que en la primera media hora fue superior al Deportivo, tuvo una ocasión inmejorable para adelantarse en el marcador y empezar a pensar en la ruptura del maleficio que lo persigue en Riazor. En el minuto 14 Duda cabeceó solo en el área pequeña un gran centro con rosca de Jesús Gámez, pero el portugués no pudo cantar gol, porque su remate se fue al cuerpo de Aranzubia, que desvió el balón. Ese posible 0-1 podría haber cambiado el partido, pero el asunto se queda solo en hipótesis. Ya con el 1-0 Stadsgaard tampoco acertó a marcar de cabeza tras un lanzamiento de falta de Duda. Mientras los discípulos de Pellegrini adolecieron de desacierto, el equipo gallego marcó en las tres ocasiones en que disparó entre los tres palos. Más puntería no se puede tener. El 'bajío' malaguista en el campo coruñés se prolonga un año más y empieza a ser preocupante.
La realidad es cruda. El Málaga volvió a caer goleado y ya lleva encajados 25 tantos, una sangría que necesita parar con urgencia. Ese debe ser el primer reto de Manuel Pellegrini, que tiene mucho trabajo por delante, porque el equipo acusa en exceso verse con el resultado adverso.
Sin que sirva de excusa ante la derrota que coloca al equipo de nuevo en la zona de descenso, hubo dos errores arbitrales que pudieron influir en el resultado. Si no hasta el punto de darle un vuelco al marcador, sí pudo existir la posibilidad de 'maquillar' al menos la derrota. En el minuto 27, con 1-0, Weligton fue objeto de penalti por un agarrón similar al que sí señaló el árbitro en contra del Málaga seis minutos antes. Igualmente, en el 67 el asistente se equivocó al señalar fuera de juego de Edinho. El delantero centro visitante se había quedado solo y con muchas opciones de marcar, pero Álvarez Izquierdo pitó. La duda queda para la eternidad: ¿Estaríamos hablando de otro resultado de haber acertado el árbitro en esas jugadas clave?
El futuro del Málaga es incierto. El equipo muestra carencias graves en la zona de creación del juego. El mercado de invierno tiene la última palabra.
La realidad es cruda. El Málaga volvió a caer goleado y ya lleva encajados 25 tantos, una sangría que necesita parar con urgencia. Ese debe ser el primer reto de Manuel Pellegrini, que tiene mucho trabajo por delante, porque el equipo acusa en exceso verse con el resultado adverso.
Sin que sirva de excusa ante la derrota que coloca al equipo de nuevo en la zona de descenso, hubo dos errores arbitrales que pudieron influir en el resultado. Si no hasta el punto de darle un vuelco al marcador, sí pudo existir la posibilidad de 'maquillar' al menos la derrota. En el minuto 27, con 1-0, Weligton fue objeto de penalti por un agarrón similar al que sí señaló el árbitro en contra del Málaga seis minutos antes. Igualmente, en el 67 el asistente se equivocó al señalar fuera de juego de Edinho. El delantero centro visitante se había quedado solo y con muchas opciones de marcar, pero Álvarez Izquierdo pitó. La duda queda para la eternidad: ¿Estaríamos hablando de otro resultado de haber acertado el árbitro en esas jugadas clave?
El futuro del Málaga es incierto. El equipo muestra carencias graves en la zona de creación del juego. El mercado de invierno tiene la última palabra.