El presidente nacional de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, Domingo Fernández Veiguela, asistió ayer en Málaga a la VII Reunión Nacional del Sector de la Agencia Tributaria
¿Cree que la crisis económica y los planes de recorte del Gobierno han puesto a los funcionarios en el centro de la diana?
Sí, creo que se nos ha señalado como a los malos de la película. El Gobierno asegura que hay mucho déficit público pero lo único que se les ha ocurrido es bajarnos el sueldo un 5%. Sin embargo, en otros aspectos no están ahorrando. Se siguen creando empresas públicas, que en el último año tuvieron un déficit de 50.000 millones de euros. Algunas son defendibles y necesarias, pero no todas. Hablamos de empresas públicas con consejos de administración que los partidos políticos se reparten. Cada partido tiene derecho a poner sus consejeros a dedo, bien pagados, y algunos cobrando el doble que los trabajadores públicos de esas mismas empresas públicas. Eso no se puede mantener.
¿Pagan entonces los trabajadores de base esos desmanes?
Los que menos culpa tenemos de todo esto somos los funcionarios, pero en estos meses ha habido muchos comentarios y declaraciones mezclando churras con merinas, confundiendo a los funcionarios con el personal laboral o con los empleados de empresas públicas, y son cosas distintas. A partir de ahí han surgido muchas preguntas injustificadas: ¿por qué los funcionarios tienen que tener estabilidad laboral? ¿por qué no se les puede despedir? ¿por qué son tantos? Pues, oiga, si quiere usted quitar diga de dónde. ¿De la sanidad, de la justicia, de la enseñanza, de las prisiones? Son todos servicios necesarios.
¿Qué propone?
Habría que ahorrar un poco en las empresas públicas, porque es algo que escapa al control de las administraciones, se nombra a gente sin oposiciones ni concurso de meritos, lo cual no quiere decir que no haya gente preparada en ellas. Pero se están montando administraciones paralelas y duplicando gastos. En general, tenemos un Estado muy complicado y muy caro con esto del reparto de competencias: hay cosas del Estado, de las comunidades autónomas, de los ayuntamientos, las diputaciones, las mancomunidades...
¿No está de acuerdo con el sistema de transferencias?
Hay que optimizar recursos, yo participé activamente en la defensa de la Constitución y el Estado de las Autonomías, creía y sigo creyendo en él, pero le digo que lo que defendimos no es esto a lo que hemos llegado. Hay competencias que nunca creí que se iban a ceder y otras como la enseñanza transferida –y le hablo como catedrático de instituto que soy– que no funcionan como pensábamos. Cada comunidad hace lo que le da la gana, nada nos cohesiona.
¿Y qué opina de las diputaciones?
Que no tienen sentido en el momento en que hay comunidades autónomas; una u otra sobran. Eso no significa que sobren los trabajadores, pero habría que darles acomodo en otra administración. Lo que no tiene sentido es duplicar servicios. Sigo defendiendo el Estado de las Autonomías, pero pido que sea algo más racional, que se ordene de otra manera.
¿Cómo se pone coto a la contratación indiscriminada de personal por parte de los partidos¿
El otro día estuve en Baleares y me recordaban que cuando la Unión Mallorquina (UM) ha salido de la coalición de gobierno han cesado en sus cargos 200 personas de cargos de confianza, con sueldos que doblaban al de los funcionarios. Y eso que era uno de los socios de gobierno pequeños. Son los políticos los que deben acotar este tema, que se den cuenta de lo que cuesta todo esto, y de que ahorrar no es quitar dinero a los funcionarios. Hacen falta asesores, personal de confianza, etc, pero en su justo término. Cuando hay un exceso hay que denunciarlo. Nosotros, por ejemplo, hemos denunciado en los tribunales que lo que pasa en la Comunidad de Madrid con el número de liberados es una vergüenza, pero hay que aclarar que eso no es lo normal, y no por eso vamos a demonizar a todos los liberados.
El hecho de que se opongan tanto al recorte de salarios del 5% puede hacerlos antipático ante la ciudadanía. En el sector privado la gente va directa al paro.
Defendemos nuestras retribuciones porque no son muy altas, están publicadas cada año en la Ley de Presupuestos. Además, no somos bichos que viven aparte, tenemos familias, padres con pensiones bajas, parados en nuestro entorno familiar, hijos. A veces, el sueldo del funcionario atiende todo eso. Si encima lo bajamos, no sé cómo se va a sostener todo eso.
En cualquier caso, ¿no debería haber más controles de calidad sobre el funcionariado?
Que se hagan, no nos negamos. Todos hemos esperado alguna vez en una cola, y yo mismo me desespero con algunas gestiones donde te tienen mareado durante meses. Pero cuando un funcionario pide papeles no lo hace por gusto sino porque lo dicen las leyes.
Por cierto, ¿qué opina de la reforma laboral aunque no le afecte como trabajador público?
Pienso que no sirve para nada, y no merecía ni siquiera la convocatoria de una huelga. Yo no sé cuál es la reforma que hay que hacer para sacar esto adelante, pero creo que lo que se ha hecho es molestar para nada. Sobre todo porque una ley que quiere incentivar el empleo no debe flexibilizar el despido. Y lo que se ha hecho es judicializarlo, porque ahora los jueces van a tener que decidir sobre los despidos que se acojan a los 20 días por año trabajado. Eso es un atraso, tanto para los sindicatos como para los empresarios.
http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2010/11/04/funcionarios-senala-malos-pelicula/378689.html