Salomón se parte en dos
Ferreira valora el generoso esfuerzo de Rondón en los dos últimos partidos. El ariete venezolano, sacrificado como extremo por las expulsiones de Eliseu, sorprende a todos por su entrega sin límites
Se desconoce si sus padre eligieron el nombre de Salomón en homenaje al tercer rey de Israel, prudente y sabio, o por el recuerdo del famoso juicio protagonizado por él. El caso es que el delantero centro venezolano Rondón ha asumido la tarea de partirse en dos en los últimos partidos, condicionados por sendas expulsiones de Eliseu, como amenazó con hacer aquel histórico dirigente con el niño sometido a litigio por dos madres.
No es un secreto que el entrenador del Málaga, Jesualdo Ferreira, está deslumbrado con Rondón. El ariete de la selección 'vino tinto' es un diamante en bruto, como les reconoce el portugués a sus más cercanos, y a sus 20 años posee un amplio margen de mejora que lo puede llevar a altas cotas. Y por disposición del futbolista parece que no va a quedar. Entre su primer y su segundo año en Las Palmas dio un salto descomunal, lo que llevó a Sergio Kresic a apostar ciegamente por él, y no por Marcos Márquez (y bien que lo pagó, porque este era uno de los hombres de más peso en el vestuario).
Hasta ahora Ferreira y su cuerpo técnico habían valorado la capacidad del venezolano para aprender, para escuchar con suma atención los consejos, para tratar de llevarlos a la práctica en el terreno de juego. Indiscutible para el entrenador luso, que de salida ya lo incluía en la 'espinha' de su Málaga (la columna vertebral), el joven delantero también se ha ganado los elogios de sus compañeros por su trabajo constante y su entrega sin límites. La imagen en el estadio almeriense de los Juegos Mediterráneos nada más concluir el encuentro del domingo resultó muy elocuente, totalmente roto y con el propio jefe de los servicios médicos del club, Juan Carlos Pérez Frías, atendiéndolo sobre el césped
Lejos del área
Aun así, esa satisfacción plena por el rendimiento de Rondón se ha disparado en los dos últimos partidos. Las expulsiones de Eliseu han obligado a Ferreira a retocar el sistema frente al Villarreal y al Almería, y el más perjudicado ha sido Rondón. Obligado a alejarse del área, emuló a Baha la pasada temporada, cuando la necesidad de presionar y tapar huecos lo obligaba a sacrificarse en defensa y a no disponer de opciones de remate. Sin rechistar, el venezolano asumió su papel y se esforzó incluso en bajar cincuenta metros incluso como lateral.
En Almería Ferreira repitió la fórmula: la baja de Eliseu fue compensada con la presencia de Rondón en uno de los flancos mientras Quincy pasaba a ser el hombre más adelantado, con el objetivo de que el internacional ghanés impusiera su mortal arrancada. Seis días antes, en La Rosaleda frente al Villarreal, el cuarteto defensivo menguó en una pieza. El técnico prefirió mantener atrás al trío Iván-Stadsgaard-Weligton para apostar por un 3-4-1-1 o un 3-4-2 en función de quién sacara el balón jugado en el conjunto amarillo. En la medular, como 'carrileros', quedaron ubicados Mtiliga en la izquierda y Rondón en la derecha. Apoño y Fernando se turnaron para secundar a Quincy.
El generoso esfuerzo de Rondón tuvo continuidad el domingo en almería y, como el lunes de la semana pasada, no se amilanó en la banda. Echó mano de su potencia, de algunas 'bicicletas' y de la inteligencia para retener el balón y facilitar que el equipo saliera. Incluso al final, ya con la luz de reserva parpadeando, tuvo arrestos para intentar el gol. Salomón volvió a partirse en dos. El técnico y sus compañeros lo agradecieron
No es un secreto que el entrenador del Málaga, Jesualdo Ferreira, está deslumbrado con Rondón. El ariete de la selección 'vino tinto' es un diamante en bruto, como les reconoce el portugués a sus más cercanos, y a sus 20 años posee un amplio margen de mejora que lo puede llevar a altas cotas. Y por disposición del futbolista parece que no va a quedar. Entre su primer y su segundo año en Las Palmas dio un salto descomunal, lo que llevó a Sergio Kresic a apostar ciegamente por él, y no por Marcos Márquez (y bien que lo pagó, porque este era uno de los hombres de más peso en el vestuario).
Hasta ahora Ferreira y su cuerpo técnico habían valorado la capacidad del venezolano para aprender, para escuchar con suma atención los consejos, para tratar de llevarlos a la práctica en el terreno de juego. Indiscutible para el entrenador luso, que de salida ya lo incluía en la 'espinha' de su Málaga (la columna vertebral), el joven delantero también se ha ganado los elogios de sus compañeros por su trabajo constante y su entrega sin límites. La imagen en el estadio almeriense de los Juegos Mediterráneos nada más concluir el encuentro del domingo resultó muy elocuente, totalmente roto y con el propio jefe de los servicios médicos del club, Juan Carlos Pérez Frías, atendiéndolo sobre el césped
Lejos del área
Aun así, esa satisfacción plena por el rendimiento de Rondón se ha disparado en los dos últimos partidos. Las expulsiones de Eliseu han obligado a Ferreira a retocar el sistema frente al Villarreal y al Almería, y el más perjudicado ha sido Rondón. Obligado a alejarse del área, emuló a Baha la pasada temporada, cuando la necesidad de presionar y tapar huecos lo obligaba a sacrificarse en defensa y a no disponer de opciones de remate. Sin rechistar, el venezolano asumió su papel y se esforzó incluso en bajar cincuenta metros incluso como lateral.
En Almería Ferreira repitió la fórmula: la baja de Eliseu fue compensada con la presencia de Rondón en uno de los flancos mientras Quincy pasaba a ser el hombre más adelantado, con el objetivo de que el internacional ghanés impusiera su mortal arrancada. Seis días antes, en La Rosaleda frente al Villarreal, el cuarteto defensivo menguó en una pieza. El técnico prefirió mantener atrás al trío Iván-Stadsgaard-Weligton para apostar por un 3-4-1-1 o un 3-4-2 en función de quién sacara el balón jugado en el conjunto amarillo. En la medular, como 'carrileros', quedaron ubicados Mtiliga en la izquierda y Rondón en la derecha. Apoño y Fernando se turnaron para secundar a Quincy.
El generoso esfuerzo de Rondón tuvo continuidad el domingo en almería y, como el lunes de la semana pasada, no se amilanó en la banda. Echó mano de su potencia, de algunas 'bicicletas' y de la inteligencia para retener el balón y facilitar que el equipo saliera. Incluso al final, ya con la luz de reserva parpadeando, tuvo arrestos para intentar el gol. Salomón volvió a partirse en dos. El técnico y sus compañeros lo agradecieron