¿Qué hay de nuevo, Edinho?
Se quedó sin un trozo de la tarta, pero no le importaba. Su cara de satisfacción era palpable tras el partido de ayer en Zaragoza. Daba igual que no hubiera marcado, había vuelto a jugar con el Málaga un partido de Liga un embarazo después. Desde el 10 de enero no vestía la blanquiazul. Hasta entonces, dos titularidades (Almería y Tenerife) y dos goles. Su carisma enganchó a la gente, pero Muñiz no le dio mucha bola. Edinho fue campo de batalla entre el asturiano y la dirección deportiva. Era el fichaje del millón de euros adquirido por el DVD. Y uno de los perjudicados en aquella guerra fría.
El caso es que fue cedido al PAOK en el mercado invernal, un préstamo ventajoso para el Málaga y que incluía una opción de compra prohibitiva para el club heleno. Era una situación transitoria, una socorrida salida por la calle de en medio. Jorge Mendes, su agente, sólo pretendía manten
er su caché de seleccionable para el Mundial. Necesitaba jugar, aunque en Salónica tampoco dispuso de excesivas oportunidades para hacerlo. No minutos, no Sudáfrica.
Edinho era optismita desde el banquillo del PAOK. Sabía que su oportunidad en el Málaga iba a llegar. Había firmado por tres temporadas y estaba dispuesto a cumplir las dos que le restaban. Y jugando. Por ello, siguió pagando el alquiler de su ático en la zona del Martín Carpena pese a tenerlo desocupado esos meses de exilio. Nunca desconfió de sus posibilidades. Y cuando conoció que el ‘profesor’ entrenaría al Málaga se le terminó de liberar la sonrisa. Jesualdo Ferreira lo había agarrado del filial del Sporting de Braga en 2003 y lo hizo profesional siendo un pipiolo. Existían motivos para abrir champán en su ático del Carpena: el nuevo ‘mánager general’ del Málaga lo conocía de sobra y confiaba en él para su proyecto.
Y confía. Edinho es el delantero centro reserva. Está por delante de Baha y los dos partidos disputados lo atestiguan. En el primero jugó unos minutos y en el segundo fue titular ante la ausencia de Rondón. “Me viene bien este sistema de juego”, dijo ayer en una de las pocas ocasiones en las que habla de sí mismo. Edinho está de vuelta con más fuerza que nunca. Ahora tendrá que ganarse también el respeto de los que todavía se muestran escépticos con él. Que la suerte le acompañe, la suya será la nuestra. La del malaguismo.
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