Eliseu se reinventa
El jugador rápido y acelerado al que fichó Muñiz es ahora otro con más pausa y obligado a adaptarse como interior
PEDRO LUIS ALONSO.-
El pasado mayo Duda cumplía un sueño al tiempo que dos de sus actuales compañeros portugueses, Eliseu y Edinho, se llevaban una decepción hasta cierto punto esperada. El primero jugaría la fase final de un Mundial por primera vez en su vida, y los otros, más jóvenes, tendrán que aguardar una nueva oportunidad. Cierto es que las opciones de Eliseu eran escasas. Como permanecía casi inédito en el Lazio, trató de mostrarse con su cesión al Zaragoza desde enero, donde sí jugó con asiduidad, pero no fue suficiente.
Caprichos del destino, Duda vuelve a condicionar el presente de Eliseu. La intervención de pubis de aquel ha llevado a Jesualdo Ferreira a reconvertirlo al puesto de interior, al menos hasta que, en torno a noviembre, reaparezca. Aunque no sólo público, medios y compañeros puedan entender que el luso podría rendir mejor como extremo, la necesidad obliga.
Sin embargo, no cabe quedarse solo con esta realidad. Unas carencias puntuales han provocado un cambio, pero entre el Eliseu que llegó al Málaga en el verano de 2007 y el actual media una transformación mayor. Una primera diferencia se aprecia en su físico, quizás algo menos liviano, lo que no le permite ser tan explosivo, aunque no haya perdido punta de velocidad. Con todo, no es esto lo más importante: el jugador se ha enriquecido tácticamente y se ha adaptado cada vez más a jugar en zonas interiores, no tan cerca de la cal.
Cada vez más polivalente
Eliseu, otrora lateral izquierdo en el Os Belenenses, el club que le permitió empezar a ser conocido en la élite, se consagró de malaguista como un extremo veloz. Remitía a la más viva imagen de Agostinho, como un futbolista que sembraba el peligro con envíos en profundidad para correr y hacer daño de esta forma a zagas ordenadas. Igualmente, con las mismas deficiencias que su predecesor al moverse en zonas de definición.
Una primera fase de esa evolución se pudo apreciar en el Zaragoza. Si ya en la etapa de Tapia Eliseu se había acostumbrado a jugar en la banda derecha, esa dinámica continuó en el equipo de La Romareda. El portugués alternó con Gay en los dos costados y se dejó ver muchas veces por dentro, con una participación mayor en el juego y tratando de buscar superioridades.
En su segunda etapa en el Málaga Ferreira no tardó en colocarlo como interior en los primeros ensayos de pretemporada. Quizás Eliseu no alcance el dinamismo ni la continuidad en el juego de un especialista en ese puesto, pero trata de adaptarse. Sorprendentemente, se ha convertido en la principal referencia para el golpeo directo a balón parado si no están Duda ni Apoño, y ha ganado en pausa. El jugador con exceso de revoluciones al que fichó Muñiz se ha vuelto más reposado y polivalente. Incluso, hasta hay ciertas dudas sobre si sigue siendo el más raudo de los componentes de la plantilla. En este sentido, tiene una clara competencia en el holandés Quincy.
Caprichos del destino, Duda vuelve a condicionar el presente de Eliseu. La intervención de pubis de aquel ha llevado a Jesualdo Ferreira a reconvertirlo al puesto de interior, al menos hasta que, en torno a noviembre, reaparezca. Aunque no sólo público, medios y compañeros puedan entender que el luso podría rendir mejor como extremo, la necesidad obliga.
Sin embargo, no cabe quedarse solo con esta realidad. Unas carencias puntuales han provocado un cambio, pero entre el Eliseu que llegó al Málaga en el verano de 2007 y el actual media una transformación mayor. Una primera diferencia se aprecia en su físico, quizás algo menos liviano, lo que no le permite ser tan explosivo, aunque no haya perdido punta de velocidad. Con todo, no es esto lo más importante: el jugador se ha enriquecido tácticamente y se ha adaptado cada vez más a jugar en zonas interiores, no tan cerca de la cal.
Cada vez más polivalente
Eliseu, otrora lateral izquierdo en el Os Belenenses, el club que le permitió empezar a ser conocido en la élite, se consagró de malaguista como un extremo veloz. Remitía a la más viva imagen de Agostinho, como un futbolista que sembraba el peligro con envíos en profundidad para correr y hacer daño de esta forma a zagas ordenadas. Igualmente, con las mismas deficiencias que su predecesor al moverse en zonas de definición.
Una primera fase de esa evolución se pudo apreciar en el Zaragoza. Si ya en la etapa de Tapia Eliseu se había acostumbrado a jugar en la banda derecha, esa dinámica continuó en el equipo de La Romareda. El portugués alternó con Gay en los dos costados y se dejó ver muchas veces por dentro, con una participación mayor en el juego y tratando de buscar superioridades.
En su segunda etapa en el Málaga Ferreira no tardó en colocarlo como interior en los primeros ensayos de pretemporada. Quizás Eliseu no alcance el dinamismo ni la continuidad en el juego de un especialista en ese puesto, pero trata de adaptarse. Sorprendentemente, se ha convertido en la principal referencia para el golpeo directo a balón parado si no están Duda ni Apoño, y ha ganado en pausa. El jugador con exceso de revoluciones al que fichó Muñiz se ha vuelto más reposado y polivalente. Incluso, hasta hay ciertas dudas sobre si sigue siendo el más raudo de los componentes de la plantilla. En este sentido, tiene una clara competencia en el holandés Quincy.