Antonio Galdeano alias "Apoño" jugó ayer en la banda derecha contra el Athletic, y en La Rosaleda más de uno se preguntaba que para que metía Pellegrini ahí a Apoño si este era pivote y no extremo. Los que recordamos a Apoño de su etapa en el Marbella, damos fe de que el de La Palmilla ha dado sus mejores pases en esa banda, como interior concretamente, además de encajar a la perfección en el juego del técnico chileno, que ya ha sacado jugadores parecidos en otras etapas de su carrera, como Cazorla o Cani (por ejemplo),
En Málaga hay especial animadversión contra el mediocentro malagueño, animadversión que él mismo se ha buscado con sus conocidad fiestas en vísperas de partido o en pos derrotas, además de su famosa crítica a la afición por pitar al equipo cuando estaba cerca de la quema el año pasado.
Sin embargo, el aficionado sabe que en Apoño tenemos a un buen jugador, un tipo que si se centra puede ser aquel fantástico mediocentro que brilló en el año de Tapia y a quien se llegaron a rifar equipos como el Valencia.
Ayer, en la nueva ubicación que Pellegrini le dio al malagueño pudimos ver a un Apoño que dio más que en el resto de partidos jugados esta Liga, y es que al estar tirado en la banda no tiene que jugársela en pases que no le correspondían (y donde se le achacaba que perdía muchos balones), sino que tiene que volcarse más en ataque y en explotar su capacidad de regate y dible para poder zafarse de los rivales y perfilarse en el área, además de su buena capacidad llegando desde atrás, donde ayer casi consigue marcar en dos ocasiones y sorprender en otras tantas.
Ayer vi (no sé ustedes) a un Apoño a quien le volvió a interesar esto del fútbol, un jugador al que no le importaba sudar para presionar a un rival que tenía el balón ganado. Quizás ayude el tener compañeros que te resguarden las espaldas como Camacho y Maresca, algo que hasta ayer no había tenido en toda la temporada.
Pellegrini parece haber dado en la tecla con la reubicación de Apoño, y si él sigue al ritmo de ayer y nosotros los aficionados empezamos de cero con él (Apoño ha sido pitado hace poco en La Rosaleda), podremos disfrutar de uno de los mejores refuerzos invernales, un jugador que si él mismo se respeta y le respetan las lesiones, es todo un fichaje de categoría que poco o nada tiene que envidiar a los que han llegado hasta ahora.
Fuente: Sentimiento Bokerón