El Málaga no vence en Liga desde el 21 de marzo, hace casi seis meses · 16 de los 25 miembros de esta plantilla formaban la del año pasado · El técnico debe sembrar en ellos el gen ganador que pide su 1-4-3-3
Suena irónico a estas alturas, pero ya es manido hablar de los problemas de adaptación de los jugadores al 1-4-3-3 que defiende Jesualdo Ferreira. La cuestión es que el peaje no es sólo para los futbolistas, sino también, y fuertemente, para el técnico. Si los futbolistas tienen que asimilar contrarreloj un arriesgado nuevo estilo, la adaptación para el de Mirandela es a la inversa: esta plantilla no es la que le dio seis títulos en tres años en Oporto, al menos no aún. Valga un dato demoledor: cuando el equipo salte a jugar en La Romareda el próximo domingo, hará casi medio año que no gana un encuentro en Liga.
El dato ha quedado sepultado por el cambio de temporada y de propiedad, por el rápido aterrizaje en un Málaga más pudiente en lo financiero y ambicioso en sus propósitos deportivos. Pero no es menos cierto que 16 de los 25 miembros de la actual plantilla fueron los mismos que sudaron la gota gorda para lograr la permanencia. Y ese ramillete de jugadores no festeja un triunfo desde el pasado 21 de marzo, cuando un doblete de Baha tumbó al Villarreal en Martiricos (para más inri, el franco-marroquí no celebró los goles por su divorcio público con el aficionado de La Rosaleda).
Abriendo aún más el espectro y con miras a la visita a La Romareda, hay que remontarse hasta el 14 de febrero para hallar un triunfo a domicilio. Quiere decir que hacer germinar el gen ganador será una tarea ardua para un entrenador proveniente de la cultura del Oporto, donde ganar es una condición inherente a la camiseta blanquiazul.
Ahí entran en litigio la paciencia del proyecto deportivo pretendido por el nuevo propietario, Abdullah Al Thani, y la voracidad de la Liga española, cuyos resultados llegan a convertir los banquillos en sillas eléctricas y reducen el éxito o el fracaso a un marcador dominical.
La experiencia más parecida que tuvo Jesualdo Ferreira a ese respecto fue la temporada pasada, cuando fue relevado como entrenador víctima del listón tan alto que había puesto en sus tres temporadas anteriores (tres Ligas consecutivas, dos Copas de Portugal y una Supercopa lusa). Bajo su inamovible 1-4-3-3, El profesor fue capaz de crear una cultura de juego atractivo y ofensivo con jugadores hoy consagrados como Lucho González, Lisandro López o el brasileño Hulk. Precisamente en la temporada 09/10, ya sin ellos en la plantilla, los buenos resultados (sobre todo en Liga y Champions) dejaron de acompañar a Ferreira. En Málaga, la historia parte de cero. O de la última victoria ante el Villarreal en marzo, según se mire.
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