El centrocampista catalán figura entre los que más le han gustado a Ferreira en el análisis realizado durante veintitrés días Toribio, el único sin contrato con el primer equipo, será uno de los fijos
S. CORTÉS.-
Cuando Juan Ramón Muñiz recurrió a Toribio en el partido de vuelta con el Getafe, saldado con una goleada en contra -entonces la mayoría de los jugadores blanquiazules participantes pensaba más en el duelo de Liga varios días después, que sí acabó con victoria-, algún que otro dirigente malaguista le puso la cruz al centrocampista catalán. Y no dudó en comentárselo al propio técnico, allí mismo, en el Alfonso Pérez. Según testigos de aquel diálogo, el asturiano mostró una seguridad apabullante en su respuesta: «Ahí tenemos jugador, no se le puede juzgar por lo de hoy. Nos va a dar muchas cosas y muy pronto lo veremos».
Muñiz no se equivocó. Toribio echó abajo la puerta del primer equipo (valga la metáfora empleada en su momento por José Antonio Camacho para hablar de los más jóvenes) y se merendó a su paso a Xavi Torres -que ya apenas contaba para el técnico- y hasta al mismísimo Juanito. Fuera con dos acompañantes en la medular o sólo con uno, el medio centro incorporado en verano del Terrassa (donde, por cierto, jugó más de lateral izquierdo) comenzó a acaparar elogios.
Capacidad
Su enorme capacidad para tapar huecos, hacer coberturas, mantener una alta intensidad durante los noventa minutos y no perder el balón acabó por convertirlo en la revelación de la segunda vuelta en el Málaga y en una pieza indispensable. Lógicamente Toribio cometió algún 'pecadillo de juventud', pero fue de largo el más constante de todos los incorporados desde el filial durante la pasada temporada.
Toribio estaba destinado a firmar un nuevo contrato. Teóricamente este segundo año en el Málaga todavía debe jugar en el Atlético Malagueño -su contrato especifica que los dos próximos ya estaría en la primera plantilla-, pero nada más terminar el campeonato comenzaron las conversaciones para que su condición de futbolista en el primer equipo fuera un hecho, con más emolumentos y también con menos riesgo de fuga a otro club. Pero las negociaciones para la compraventa del Málaga entre Fernando Sanz y el jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thani frenaron en seco todos los contactos.
El centrocampista catalán puede estar tranquilo. En ese análisis de veinte días (en realidad han sido veintitrés, del 3 al pasado sábado, 26) el nuevo entrenador, Jesualdo Ferreira, recopiló varios DVD e información, y quedó satisfecho del rendimiento de Toribio. No es extraño. Y no ya porque sea un futbolista que ofrezca las virtudes para una posición tan importante, sino porque en el sistema del portugués sólo tiene cabida un medio centro de esas características y él, precisamente él, fue el más utilizado cuando Muñiz se inclinó por arropar el centro del campo (casi siempre con Fernando y Benachour).
Al nuevo técnico le gustaría incorporar en esa demarcación a un futbolista con galones, pero en los planes de Jesualdo Ferreira el teórico último de la plantilla, Toribio, vuelve a ser de los primeros. Por si alguien lo dudaba.