Tomás Guasch | 30/05/2010
Le dieron una camiseta cantarina, como un par de tallas menos que la suya. Pues no creo que el león riojano haya multiplicado sus bíceps en una semana. Las Rozas no es Lourdes. Ni el gimnasio de King Kong. Daba cosa verle correr así, tan apretadillo. ¡Pero ay amigo la cabeza! Esa la tiene siempre suelta y en su sitio. Se acababa el partido camino de un gatillazo inesperado con Arabia cuando un intento suyo acabó en córner. Lo puso fenomenal Xabi Alonso y allí que emergió él, Fernando Llorente que viva su frente, para cabecear el gol del triunfo de España en el primer amistoso de preparación mundialista. Un partido en que La Roja fue La Gris, así estuvo el equipo toda la tarde. Por eso debió esperar al último suspiro para doblegar a su animoso rival. Como uno tiene su corazoncito lo sentí por los árabes, que le hubieran contado a sus nietos que una tarde en Austria le empataron a la mejor selección española de la historia, campeona de Europa y aspirante al título del mundo. El fútbol, como tantas cosas, no tiene sentimientos. Y los goleadores son insaciables, no entienden de pachangas.
España no estuvo bien, decía. Hilemos fino: bien o mal se juega cuando piernas y cabeza están en su punto. Y después de una semana de parón y otra de toma de contacto, se presentó con una lógica falta de chispa, velocidad, duende, todas esas cosas que se necesitan para gustar e imponerse a un rival que acumula hombres en el centro del campo y tiene mucha más motivación en el juego. Para acabarla de armar y animar cierto debate (para mí postizo), Casillas no anduvo fino a la salida de un córner, Piqué y el resto de nuestros altotes tampoco, y Osama abrió el marcador. Después igualó Villa en su estadio talismán: cinco goles ha marcado en el New Tívoli, cuatro en el Europeo y el de ayer.
Al 40 por ciento. El gol espabiló a España que jugó sus mejores minutos. Ramos cabeceó al palo y fue llegando la mejor noticia de la tarde: Iniesta está volviendo. Fabricó el 1-1 y recordó al Andrés de siempre. Fue nuestro mejor volante junto a Xabi Alonso, que hizo el 2-1 de buen disparo, marca de la casa. Xavi, Busquets, el mismo Silva, están en fase de tomar aire y su falta de fluidez contagió también a los laterales, que en un partido propicio de haber estado todos a su mejor nivel, apenas si aportaron algo en ataque. Incluso Puyol tuvo alguna duda. La España de ayer jugó al 40 por ciento de lo que vale y puede... y ganó. Vale, igual daba en esta ocasión el 3-2 que el 2-2, pero para la moral de la tropa es bueno comprobar que jugando a menos de medio gas siguen ganando. Y hacerlo en el último minuto te deja mejor cara. Reina y el banquillo bien lo celebraron...
Del Bosque introdujo cambios en la segunda parte. Navas es un tesoro. Pedro probó siempre. Javi tuvo presencia, como Capdevila, más atacante que Arbeloa. Marchena cumplió y Llorente decidió. Todo en orden y el jueves, Corea. Otro ensayo con caras nuevas de inicio en busca del mejor tono, que es de lo que se trata hasta el 16 de junio, debut en el Mundial, primer día de la verdad. Faltan 17 días: los que el equipo necesita para volver a ser La Roja. Chillona.
Le dieron una camiseta cantarina, como un par de tallas menos que la suya. Pues no creo que el león riojano haya multiplicado sus bíceps en una semana. Las Rozas no es Lourdes. Ni el gimnasio de King Kong. Daba cosa verle correr así, tan apretadillo. ¡Pero ay amigo la cabeza! Esa la tiene siempre suelta y en su sitio. Se acababa el partido camino de un gatillazo inesperado con Arabia cuando un intento suyo acabó en córner. Lo puso fenomenal Xabi Alonso y allí que emergió él, Fernando Llorente que viva su frente, para cabecear el gol del triunfo de España en el primer amistoso de preparación mundialista. Un partido en que La Roja fue La Gris, así estuvo el equipo toda la tarde. Por eso debió esperar al último suspiro para doblegar a su animoso rival. Como uno tiene su corazoncito lo sentí por los árabes, que le hubieran contado a sus nietos que una tarde en Austria le empataron a la mejor selección española de la historia, campeona de Europa y aspirante al título del mundo. El fútbol, como tantas cosas, no tiene sentimientos. Y los goleadores son insaciables, no entienden de pachangas.
España no estuvo bien, decía. Hilemos fino: bien o mal se juega cuando piernas y cabeza están en su punto. Y después de una semana de parón y otra de toma de contacto, se presentó con una lógica falta de chispa, velocidad, duende, todas esas cosas que se necesitan para gustar e imponerse a un rival que acumula hombres en el centro del campo y tiene mucha más motivación en el juego. Para acabarla de armar y animar cierto debate (para mí postizo), Casillas no anduvo fino a la salida de un córner, Piqué y el resto de nuestros altotes tampoco, y Osama abrió el marcador. Después igualó Villa en su estadio talismán: cinco goles ha marcado en el New Tívoli, cuatro en el Europeo y el de ayer.
Al 40 por ciento. El gol espabiló a España que jugó sus mejores minutos. Ramos cabeceó al palo y fue llegando la mejor noticia de la tarde: Iniesta está volviendo. Fabricó el 1-1 y recordó al Andrés de siempre. Fue nuestro mejor volante junto a Xabi Alonso, que hizo el 2-1 de buen disparo, marca de la casa. Xavi, Busquets, el mismo Silva, están en fase de tomar aire y su falta de fluidez contagió también a los laterales, que en un partido propicio de haber estado todos a su mejor nivel, apenas si aportaron algo en ataque. Incluso Puyol tuvo alguna duda. La España de ayer jugó al 40 por ciento de lo que vale y puede... y ganó. Vale, igual daba en esta ocasión el 3-2 que el 2-2, pero para la moral de la tropa es bueno comprobar que jugando a menos de medio gas siguen ganando. Y hacerlo en el último minuto te deja mejor cara. Reina y el banquillo bien lo celebraron...
Del Bosque introdujo cambios en la segunda parte. Navas es un tesoro. Pedro probó siempre. Javi tuvo presencia, como Capdevila, más atacante que Arbeloa. Marchena cumplió y Llorente decidió. Todo en orden y el jueves, Corea. Otro ensayo con caras nuevas de inicio en busca del mejor tono, que es de lo que se trata hasta el 16 de junio, debut en el Mundial, primer día de la verdad. Faltan 17 días: los que el equipo necesita para volver a ser La Roja. Chillona.