Posteado Sáb 17 Abr 2010 - 18:44
El Unicaja rescinde el contrato de Dixon tras confirmarse su positivo por nandrolona
La vinculación estaba suspendida desde hace dos meses, el tiempo que ha tardado en conocerse el resultado del contraanálisis
El jugador, a la espera de que la FIBA establezca la sanción
Se acabó la espera para el Unicaja y para Juan Dixon. Con más de un mes de retraso sobre los plazos habituales e inicialmente previstos, el resultado del contraanálisis del jugador estadounidense fue comunicado ayer de forma oficial. Y como cabía esperar, la muestra B ha arrojado el mismo resultado que la A: positivo por nandrolona. De esta forma, la aventura de Juan Dixon en el club de Los Guindos, fugaz pero intensa, toca a su fin. Aunque no existe un anuncio en firme, la confirmación del dopaje lleva a la entidad cajista a rescindir el contrato suscrito con la estrella de Maryland, una relación que lleva suspendida desde que el pasado 5 de febrero la FIBA anunciara al equipo malagueño la desagradable incidencia.
Un caso de positivo habilita al Unicaja para ejecutar la desvinculación automática de Dixon de su disciplina sin necesidad de acuerdo con la parte del jugador ni de indemnizarlo de forma alguna. La cuestión económica es la única cara amable, si es que un caso como este puede tener algún lado menos malo. La estancia del estadounidense en el seno del club cajista no descuadrará la caja, en tanto que su paso por el equipo no llegó siquiera al mes de duración.
Sin embargo, las actuaciones de Dixon en los siete encuentros en los que vistió la camiseta verde, con 16 puntos de media en ellas y continuas demostraciones de su carácter ganador y determinante, hacen ver todo lo acontecido más desde el prisma de la pérdida que desde el de la liberación. Fue la respuesta inmediata dada por los responsables de la entidad a la eliminación copera (se incorporó al día siguiente de la derrota en Vitoria) y uno de los grandes artífices de la reacción del Unicaja, al menos en lo que a la Liga ACB se refiere.
Sin sorpresas
Ya el jueves desde Grecia comenzó a apuntarse el más que probable positivo del contraanálisis, tal y como publicó este periódico en su edición de ayer. El resultado no puede calificarse de sorprendente. Las posibilidades de que el signo de las muestras A y B sea contrario es ínfimo. Sin mediar errores en la toma de ellas, o procedimientos defectuosos en su análisis, ambas están condenadas a ofrecer un mismo resultado, en tanto que son extraídas en el mismo momento. Con ello contaba la entidad de Los Guindos, que desde que se encontró con el caso se embarcó en la búsqueda de un sustituto para Dixon.
Con su desvinculación definitiva del equipo y el fichaje consumado la pasada semana de Gary Neal, ahora sí parece que la plantilla malagueña se encuentra completamente cerrada y concretada para los dos meses que quedan hasta que concluya la temporada. El Unicaja tiene cubierto todas sus plazas destinadas a jugadores profesionales, incluso las sobrepasa, en tanto que cuenta con 12 miembros cuando el tope es de 11.
Si la confirmación del positivo no ha pillado a nadie por sorpresa, quizá lo que no esperaba era un proceso tan tortuoso y en el que la mala fortuna ha campado a sus anchas. Desde la realización del análisis el 5 de noviembre hasta la comunicación del resultado definitivo ayer han transcurrido seis meses; entre el anuncio del positivo en la muestra A y el signo del contraanalisis, casi dos meses y medio, cuando los cálculos iniciales establecían el desenlace del caso en apenas un mes. Y tras ellas, una tasa mínima, que arrojó las suficientes dudas a la Agencia Griega Antidopaje como para remitir las pruebas a otros laboratorios en Colonia.
La culpa de todo la tuvo, según señaló el propio Dixon, un complejo vitamínico que contenía dicha sustancia y que tomó sin tener constancia de ello mientras se entrenaba en Estados Unidos a la espera de equipo. Su llegada a Grecia, donde firmó por el Aris de Salónica a comienzos de noviembre, desató la cadena de hechos. Apenas cuatro días después de aterrizar en el país heleno se sometió al análisis de la discordia. A finales de diciembre fue cortado en el Aris, propiciando así su fichaje dos semanas después por el Unicaja.
Afectado
En su estancia en España Dixon no se sometió a ningún control antidopaje, por lo que no se pudo detectar la sustancia. El club malagueño ha asistido a todo el proceso como un convidado de piedra. Ha sido el encargado de soportar los continuos retrasos y de verse desprovisto de un jugador clave durante dos meses. La falta de cumplimiento de los plazos llevó incluso al Unicaja a remitir a la FIBA un escrito en el que expresó su malestar por el transcurso de los hechos y en el que puso de manifiesto en perjuicio causado.
Es la tercera ocasión en la que un jugador del club malagueño es rescindido como consecuencia del dopaje. Los anteriores afectaron a Lou Roe y Jens Uwe Gordon, que en la temporada 1997-98 dieron positivo por consumo de cannabis, por lo que al entidad rescindió sus contratos de forma inmediata. En esta ocasión, sin embargo, el positivo de Dixon no se ha producido como jugador del Unicaja, aunque los efectos han resultado idénticos. El jugador, en Estados Unidos desde mediados de febrero, recibió ayer la comunicación a través de uno de sus agentes en Grecia, Tom Angelakis.
Una lastima este pedazo de jugador.