La falta de centímetros juega en su contra y obliga desde hace meses a defender a los once futbolistas en las faltas laterales y córners. El equipo, obligado a blindarse en el juego aéreo para salir mañana indemne de Pamplona
Para no pocos técnicos y futbolistas, el viejo El Sadar (hoy Reyno de Navarra) es el campo más difícil de Primera División. La cercanía de las gradas provoca la sensación de que el terreno de juego tiene unas dimensiones más reducidas de lo habitual y conduce a los equipos a un repliegue excesivo y a soportar un 'bombardeo' de Osasuna en el juego aéreo. En el Málaga no ocultan su preocupación por esta virtud del conjunto navarro, y en los entrenamientos de hoy y mañana se intensificará la preparación del blindaje para salir indemnes de este comprometido encuentro (20.00 horas). Es obligado crecer por alto.
El Málaga no es un equipo contundente cuando debe defenderse por arriba. La historia no es nueva. Concede muchos goles en saques de esquina y faltas laterales. Y no será porque los días previos a cada encuentro no se preparan estas acciones. La labor de uno de los técnicos, Álvaro Reina, de seleccionar las acciones de estrategia más habituales en los adversarios suele caer en saco roto. Abundan los errores en los marcajes y se aprecia una preocupante falta de anticipación. Pero también se acusa la falta de centímetros.
No es un secreto que Juan Ramón Muñiz y sus ayudantes hacen virguerías cada semana en los emparejamientos con los principales especialistas rivales en el remate de cabeza. Hace sólo unas semanas únicamente contaban en el once titular con dos 'torres' (el central Iván y el delantero Caicedo), con el añadido de Jesús Gámez. El resto eran futbolistas que no brillan por su estatura: Manolo, Mtiliga, Apoño, Toribio, Duda, Benachour, Fernando. Algo similar le sucedió al asturiano hace tres temporadas, cuando el equipo perdió a Salva por el proceso concursal y ni siquiera tenía delantero centro. Entonces tuvo que recurrir a la imaginación: a veces mantuvo a tres futbolistas arriba, que encima no eran lentos, para obligar al contrario a cubrirse las espaldas.
Remates incómodos
Ahora no ocurre así. La mayoría de los futbolistas ni son altos ni rápidos. La opción de un contragolpe fulminante se desvanece. Y además se requiere acumular hombres en el área para defender esas acciones con el objetivo de que los remates del rival sean lo más incómodos posibles. Aun así, en cada partido se produce al menos un cabezazo limpio de un contrario. La mayoría de las veces el precio que paga el Málaga es muy elevado.
Mañana el equipo llega a Pamplona, donde le espera un Osasuna letal en el juego aéreo y que saca partido a su hegemonía en esta faceta. No es sólo que destaque en los córners o en las faltas laterales. Las prolongaciones de sus delanteros (Pandiani o el malagueño Aranda) en cualquier pelotazo en largo, en cualquier movimiento o incluso en cualquier saque de banda constituyen un argumento sólido para el conjunto de José Antonio Camacho en todo momento. Por esa razón, tanto en las dos sesiones preparatorias (esta mañana en La Rosaleda y mañana en las instalaciones osasunistas de Tajonar) como en la charla táctica se analizará el amplio repertorio del contrincante.
En el Málaga son conscientes de que únicamente si el equipo crece por alto y se muestra seguro en el juego aéreo tendrá opciones de puntuar mañana ante Osasuna. Porque además la falta de llegada mostrada en los tres últimos encuentros, con unos u otros jugadores (cronológicamente, en Almería, Valencia y Zaragoza), convierten en prioridad mantener la puerta a cero para no continuar anclado en los treinta y un puntos que refleja actualmente la clasificación del equipo blanquiazul a siete jornadas para el final.
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-04-13/malaga-debe-crecer-alto-20100413.html