El macrohospital, los PGOU de la capital y la Axarquía o los 177.000 parados de la provincia son los retos urgentes de nuevo Gobierno. El turismo sigue clamando por el saneamiento integral
La remodelación del Gobierno andaluz realizada por su presidente, José Antonio Griñán, se ha consumado. El primer Consejo de Gobierno celebrado ayer en Sevilla marca el inicio de una nueva etapa en la que la salida de la crisis económica será el objetivo integrador de todas las políticas. En el caso de Málaga, y ahora ya con un equipo formado por entero a su gusto, a Griñán le toca saldar varias cuentas pendientes, entre ellas dar forma al proyecto del macrohospital, trazar el corredor ferroviario, cerrar el anquilosado asunto del saneamiento integral y dar respuesta, en la medida de lo posible, a los 177.000 malagueños que actualmente están en las filas del desempleo.
El corredor ferroviario es una de las grandes apuestas de la Junta de Andalucía en materia de infraestructuras y una de las grandes necesidades de movilidad de una saturada Costa del Sol. Sin embargo, todo está pendiente de crear una sociedad con el Estado para impulsar el proyecto y concretar esta idea en presupuesto, coste, trazado y características técnicas.
Le queda también a la Consejería de Obras Públicas dar una solución definitiva para los terrenos de Arraijanal, enfangados en la negociación con el Ayuntamiento de Málaga, y para el planeamiento de la capital y de la Axarquía.
Respecto al macrohospital, otra de las grandes apuestas, por ahora no ha pasado de una definición muy leve en el papel. Hay terreno (en Los Asperones), pero no dinero ni proyecto.
El empleo, prioritario. Por supuesto que el reto principal es aliviar el número de parados. Al Servicio Andaluz de Empleo (SAE) le toca demostrar que es un órgano válido para intermediar entre oferta y demanda, y no sólo un sistema estadístico. Y mientras los parados esperan un cambio de coyuntura, urge dar una formación a través del plan MEMTA que responda a las actuales del mercado laboral.
Destaca sobremanera la delicada situación de Isofotón, una de las empresas más mimadas por la Junta como exponente del nuevo tejido empresarial, pero metida en una crisis de difícil salida. La única opción es encontrar un socio industrial a la firma, pero el tiempo corre en contra: el día 10 de abril finaliza el actual ERE y sus 650 empleados reclaman una solución.
Educación y Justicia continúan llegando tarde a la demanda de infraestructuras de la provincia. Nuevos centros educativos en áreas de expansión y más juzgados marcan la agenda de estas dos carteras. En Bienestar Social, la aplicación de la Ley de Dependencia es el principal reto.
El PP no ve banquillo. El turismo se encuentra en la encrucijada de conseguir nuevos mercados y romper con la estacionalidad a través de propuestas que consigan aumentar la competitividad de la Costa del Sol como destino. Además, deberá afrontar el desarrollo del Plan Qualifica y sus programas afines como los de la Axarquía y Málaga ciudad. Muy vinculado al sector está el clamor para que se resuelva el ancestral déficit del saneamiento integral.
Por otra parte, el nuevo consejero de Cultura, Paulino Plata, se mostró ayer "contento pero, a la vez, abrumado" por su nueva responsabilidad, en la que se marcó como principal objetivo impulsar el desarrollo de las industrias culturales como factor de creación de riqueza y de empleo, además de seguir "impulsando la cultura y conservando nuestro patrimonio".
El presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, señaló por su parte que la remodelación "es cambiar para que nada cambie", ya que "obedece a no querer enfrentarse con las agrupaciones territoriales de cada provincia, más que a lo que realmente debe obedecer, proponer a las personas adecuadas para que saquen a Andalucía de la cola del desempleo".
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