El CD El Palo se ha situado a un punto del liderato, que le puede dar el ascenso casi directo a Segunda B.
Cuando el fútbol se vive ante la mirada de millones de personas, a través de la televisión, casi nadie piensa en el enorme sacrificio humano que en plena crisis supone este mismo deporte para aquellos jugadores que en teoría tendrían que cobrar una cantidad mínima por recorrer media Andalucía cada fin de semana. En esa nómina de estrellas anónimas figuran los integrantes del equipo del Centro de Deportes El Palo del grupo noveno de Tercera División, que se han situado a un punto del liderado –podría ser el tercer ascenso consecutivo desde Regional Preferente– pese a que no cobran un céntimo desde el inicio de la Liga.
Uno de sus nombres propios, el del ex jugador malaguista Basti, relata que hasta ahora han viajado fuera de casa con la colecta de diferentes bingos benéficos organizados por las peñas locales de esta barriada malagueña: Palustre, Madridista y del Barcelona. Lo recaudado sirve para que con apenas 30 euros llenen sus depósitos "quienes ponen el coche" para llevar a otros cuatro compañeros.
En casa no hace falta el ingenio para organizar los traslados, pero sí la "fuerza metal" que, por ejemplo, te permita ducharte con agua fría. Pero peor aún lo tienen los visitantes, cuando pisan el único terreno de juego que queda de albero en este grupo de Andalucía Oriental. "Algunos jugadores que me conocen me recuerdan que ya vinieron aquí en las categorías inferiores, de niños a finales de los años ochenta, y que no ha cambiado absolutamente nada, ni siquiera los vestuarios", agrega Basti. Quizás esté ahí parte del secreto de este club, que el próximo año sí contará ya con césped sintético. Hasta hoy han jugado en el municipal de San Ignacio 16 partidos y han vencido en 12 ocasiones, con 3 empates y una única derrota.
Además, como local, ningún otro conjunto supera sus 32 goles a favor. A las órdenes del ex preparador malaguista Pepe Sánchez, también es fundamental que cerca de dos tercios de la plantilla sea de la propia barriada de El Palo, con el resto de integrantes de localidades próximas de la comarca axárquica, como La Cala, Rincón de la Victoria o Benagalbón.
El héroe del barrio
Lo de Basti es historia aparte. Todavía tiene frescas en la memoria sus más de 17 temporadas como futbolista profesional (CD Málaga, Atlético Malagueño, Málaga CF, Albacete, Xerez, Ceuta y San Fernando). Ha vivido todos los ascenso del fútbol nacional, excepto al que aspira ahora, con los amigos de su barrio, de Tercera a Segunda B. El nuevo sistema de competición facilita mucho subir de categoría a los conjuntos que acaban la competición regular como campeones. Ahí está ahora el objetivo de este modesto con enormes problemas económicos.
"Después de ganarle al líder, el Motril, este fin de semana, nos hemos quedado a un punto. Vemos que dentro de nuestra humidad debemos aspirar a alcanzar ese objetivo. Es un sueño, pero está a la mano, por mucho que el míster nos dice que no será fácil y en parte tiene razón", argumenta este histórico goleador –hace sólo dos semanas fue autor de un doblete en el Vivar Téllez de Vélez Málaga y no descarta aumentar su racha–.
Con 35 años todavía se mantiene en una forma admirable. Lo único que lamenta es la falta de más apoyo en la grada. Ante el Motril sí que se llena el estadio de San Ignacio, pero en las restantes jornadas ni con la venta anticipada de entradas, a sólo tres euros de lunes a viernes, se consigue más solvencia y un respaldo moral. Precisamente para poder afrontar futuros viajes en la más que probable fase de ascenso, le han pedido al Málaga CF dispute contra ellos un encuentro amistoso en Semana Santa, en el Estadio de Atletismo. La causa lo merece.
Grande El Palo, grande Basti