El papel de Rodríguez y Sandro, en el punto de mira dentro del club tras la política de fichajes en verano y los fiascos en enero
Ni en verano ni en invierno. El papel de la dirección deportiva, compuesta en su cúpula por Ricardo Rodríguez y Sandro, está en el punto de mira. La demora en varias operaciones, la elección de algunos jugadores y, en las últimas semanas, la sucesión de fiascos han situado a ambos a los pies de los caballos para no pocos responsables del club, que no ocultan ya su malestar por los errores cometidos y que han llevado, entre otras consecuencias, a dar prioridad a jugadores de la cantera.
La gestión realizada por Rodríguez y Sandro para la cesión de Walter, extremo izquierdo del Gimnastic, puede haber sido la gota que colma el vaso. Fuentes del club reconocen que ambos alcanzaron un acuerdo con el futbolista y el club catalán sin contar con el beneplácito del presidente, Fernando Sanz, y en unas cantidades tildadas de «disparatadas», porque incluían una cifra muy elevada para el equipo tarraconense por la cesión. La operación se desmoronó cuando el máximo dirigente conoció los términos del pacto.
Inferioridad
Ambos, Rodríguez y Sandro, cuentan con la justificación -más que evidente- de que la limitación económica impide competir en igualdad de condiciones con casi todos los clubes. También en el trasfondo de lo ocurrido en verano está el papel del propio Sanz respecto a no dar el paso definitivo con antelación por su deseo de apurar para lograr condiciones más ventajosas desde el punto de vista económico.
La realidad es que el Málaga tuvo que aplazar dos veces el comienzo de la pretemporada por la falta de efectivos -pese a que el equipo fue el primero de 'su' Liga en tener garantizada la permanencia- y que la mayoría de los fichajes se sucedieron en agosto. Al producirse de una forma tan tardía ya sólo existían referencias sobre los futbolistas, no informes detallados y claros. Y lógicamente, al estar en el mercado en fechas tan avanzadas, se trataba de jugadores con poco o ningún ritmo de competición en los últimos tiempos y a los que sus clubes de origen buscaban una salida de forma urgente.
El papel de Rodríguez y Sandro despertaba no pocos recelos en meses anteriores e incluso se les achacaba que estuvieran permanentemente en La Rosaleda, si bien es cierto que las restricciones económicas también deben de tener una clara influencia en la ausencia de desplazamientos para ver en acción a otros equipos y a posibles objetivos. No obstante, ha sido en este mercado invernal cuando esas dudas sobre la capacidad de la dirección deportiva se han disparado. El hecho de que no hubiera alternativas a Eliseu -con el que también se produjo un generalizado exceso de confianza- o la escasa celeridad para buscar un centrocampista -la advertencia del entrenador respecto al elevado riesgo de lesión de Apoño había sido muy clara- tienen un gran peso, aunque más aún el detalle de que la mayoría de las opciones que se manejaban, como el caso de Adrián Colunga u otras en verano, eran irreales por la limitación económica del club.
Rodríguez y Sandro, el lunes en el Anexo
http://malagacf.sur.es/noticias/2010-02-03/direccion-deportiva-cuestionada-20100203.html