El Malaga nunca ha mostrado un interés firme por el atacante paleño, que ha estado durante su carrera en nueve clubes
Paleño y boquerón, los caminos de Carlos Aranda y el Málaga se cruzaron muchas veces, aunque nunca confluyeron en uno solo. El atacante de Osasuna, todo un trotamundos del fútbol español, nunca jugó en el equipo de su casa, y nunca hubo una negociación en firme resuelta para su regreso. Pese a su nivel, nunca el Málaga negoció en serio su fichaje. Se piensa que en su ciudad, con un entorno más perjudicial, no habría tenido un rendimiento positivo.
Eso sí, mañana será la cuarta ocasión en que el delantero formado en el Real Madrid juegue en La Rosaleda con otra camiseta. Ya estuvo en el estadio de Martiricos defendiendo los intereses del Villarreal, el Albacete y el Numancia.
Aranda parece haber dado un salto de madurez desde que había tocado fondo en el Gavá, en Segunda B, junto al incombustible Quino. Desde ahí, de forma inesperada, lo reclutó el Numancia la pasada campaña en el mercado de invierno. No se esperaba mucho de su tercera etapa en Soria, pero lo cierto es que una mayor estabilidad familiar parece haber desembocado en un vuelco en su carrera. A Aranda se le ve más asentado, y de alguna manera eso ha tenido consecuencias evidentes en el campo. El malagueño, que volvió hace casi un año a la élite después de cuatro alejado de ella, marcó la nada despreciable cifra de seis tantos con el modesto cuadro numantino. Se erigió en el líder del equipo en el intento postrero por la salvación.
Su actuación le valió su fichaje por Osasuna. Su estilo encajaba a las mil maravillas con el del cuadro navarro. El 4-4-2, con buenas entradas por las bandas y centros al área desde los costados, ha permitido al paleño y Pandiani formar un dúo de ataque estelar, con ocho goles entre los dos.
En cualquier caso, la carrera de Aranda ha sido un ir y venir. Llegó a debutar en la Liga de Campeones con el Real Madrid, pero lógicamente su asentamiento en la primera plantilla era muy complicado. Numancia, Villarreal, de nuevo Numancia, Albacete, Sevilla, otra vez el cuadro castellano-manchego, Murcia y Granada 74 fueron sus siguientes estaciones antes de su descenso al Gavá y el exitoso regreso a Primera.
Con el Villarreal Aranda compareció por primera vez en La Rosaleda, en el partido de vuelta de la final del la Intertoto (1-1), histórico para el Málaga el 27 de agosto de 2002. Titular y sin ser sustituido, no pudo evitar que su rival se alzara con el título, pese a ser de los mejores. Luego se vengó con el Albacete (0-1) el 9 de noviembre de 2003, y volvió a perder en las filas del Numancia (2-0) la pasada campaña (3 de mayo), mientras que no se vistió de corto ni con el Murcia ni con el Granada 74, en citas de Segunda.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-12-05/aranda-ante-cuarta-visita-20091205.html