Su compromiso, su actitud y su mejoría táctica convencieron a Muñiz, que trata de rescatar poco a poco su nivel más alto Líder carismático del grupo y ejemplo en los entrenamientos y en el vestuario, el malagueño huye de los focos para servir al equipo
Del ostracismo al primer plano. De descartado a indiscutible. Fernando ha recuperado todo el protagonismo después de pasarse los últimos años casi en blanco y de apenas contar la pasada temporada. Al contrario que otros compañeros, el malagueño huye de los focos y no comparece en las ruedas de prensa. Se limita a servir al equipo con su ejemplar actitud en los entrenamientos y en el vestuario. Y ahora, tras encadenar cinco partidos convocados en los que además ha sido titular, comienza a ofrecer mejor tono.
La pasada temporada, a las puertas del hotel en Valladolid, un grupo de jugadores esperaba pacientemente para salir a dar un paseo cuando Salva sentenció: «Nos queda Fernando. En fin, los genios siempre se hacen esperar». Paradójicamente, el teórico fichaje estelar del equipo apenas apareció en las alineaciones. Sus actuaciones fueron esporádicas. Sin embargo, era fijo en las convocatorias. El entonces entrenador, Antonio Tapia, lamentaba en privado que el futbolista malaguista estuviera falto de ritmo, probablemente como consecuencia de sus problemas en años anteriores, pero al mismo tiempo admitía que su trabajo a diario y su compromiso eran intachables.
Un tipo singular
Fernando es un tipo singular. En sus conversaciones nunca habla de fútbol, ni siquiera con su padre, el ex entrenador de cantera Juanmi. Tiene móvil, pero apenas lo usa. Es casi imposible que responda a la llamada, a menos que se trate de algún familiar o amigo muy cercanos. Educado y correcto en el trato, la relación con los periodistas es estrictamente profesional, aunque siempre marcando las distancias. Probablemente influyen las injustas críticas que recibió cuando se vio obligado a dejar el Málaga hace más de una década.
No es un secreto que Fernando ya no tiene la chispa de antaño. Pero precisamente por ello él se afana en estar siempre a tope. «Es un ejemplo para todos», coinciden sus compañeros. Los últimos en llegar desde el filial, Jurado, Iván y Toribio, siempre encuentran en él al consejero ideal. Siempre que el equipo va a saltar al terreno de juego el malagueño es uno de los más incisivos en los ánimos. Y además, aunque cara al exterior no se prodiga, en el vestuario es uno de los líderes carismáticos, uno de los que alzan la voz y marcan el camino.
Fernando fue descartado en pretemporada, pero Juan Ramón Muñiz fue muy claro con él. En apenas un mes el asturiano se convenció de que el malagueño todavía es aprovechable. «Está para todo en el grupo y además asume su rol», argumentan desde el cuerpo técnico. «Posiblemente sea uno de los mejores del equipo en la definición», recalcan sus compañeros. «Es un ejemplo para todos», insisten los más jóvenes. Sin tener la velocidad como arma, su disposición para mejorar tácticamente y su actitud lo han llevado a adueñarse de la banda derecha. Porque Fernando, independientemente de ejercer como capitán (en el Betis o aquí), sólo habla en el campo.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-11-30/fernando-habla-campo-20091130.html