Con el actual formato en la categoría siete de los once equipos que sumaban cuatro o menos puntos a estas alturas no descendieron
Los males del Málaga tienen solución. El mensaje más esperanzador que se puede lanzar a estas alturas a la plantilla, colista en la categoría, es que las estadísticas de campañas precedentes demuestran claramente que su desfase actual de puntos se puede corregir. Bien es verdad que ahora suma sólo cuatro de veinticuatro en disputa y que su promedio lo llevaría a menos de veinte puntos al final de la Liga, pero se han dado casos de conjuntos que llegaron hasta cincuenta en una situación idéntica a la que sufre ahora el cuadro de La Rosaleda.
En una competición de la duración de una Liga las cosas son como acaban, no como empiezan. Tal vez por eso siete de los once conjuntos que sumaron cuatro o menos puntos en los últimos años tras las ocho primeras jornadas llegaron a lograr la permanencia. La referencia clara está en las doce últimas campañas, en las que el formato se mantiene invariable, con veinte equipos y tres puntos por victoria, y más aún en las diez campañas más recientes, cuando se estabilizó el sistema de descenso (tres conjuntos caen a Segunda) y se suprimió la eliminatoria de promoción.
El Málaga tiene un ejemplo muy cercano, el del Osasuna de José Antonio Camacho. Hace justo un año también tenía sólo cuatro puntos y era colista en solitario. La llegada del técnico murciano en la séptima jornada obró de revulsivo, aunque no de inmediato. Al equipo navarro le llevó algo de tiempo conseguir que su juego se plasmase en resultados, pero a la postre alcanzó cuarenta y tres puntos, uno más de la cantidad en la que se suele cifrar tradicionalmente la permanencia.
Más ejemplos
Pero los ejemplos son muchos más, como se puede apreciar en la tabla adjunta. El más sorprendente fue el del Valladolid de Sergio Kresic de la temporada 1997-98. El cuadro pucelano sólo contaba en su haber con cuatro puntos en los primeros ocho encuentros, pero llegó a alcanzar cincuenta; esto es, que sumó cuarenta y seis de los noventa restantes (treinta partidos) en juego, más de la mitad. El acierto del croata Peternac (trece dianas) y una plantilla con calidad (Eusebio, Quevedo, Benjamín, Víctor o el portero César, rival del Málaga la próxima jornada en la meta del Valencia) lo hicieron posible.
No menos meritorias fueron las proezas del Espanyol en la temporada 2003-2004 o la del Real Sociedad dos años antes. En el primer caso Luis Fernández, con sus peculiares maneras, renovó un vestuario decaído tras la marcha de Javier Clemente. El cuadro catalán sólo sacó dos puntos en las primeras ocho jornadas y sumó al final cuarenta y tres. Los diecinueve goles de Tamudo tuvieron mucho que ver. Mejores cifras hizo la Real, que pasó de dos a cuarenta y siete bajo la dirección de John Benjamin Toshack y, ya en los diez últimos partidos, de Roberto Olabe.
En todo caso, los precedentes referidos muestran a las claras cómo numerosos proyectos deportivos tienen un tiempo de cocción, máxime cuando los cambios en la plantilla son numerosos. Más allá de casos llamativos como el Sporting de Gijón de la Liga 1997-98 (que batió un registro negativo, con sólo trece puntos al final del campeonato), los inquilinos de la zona de descenso al comienzo de la temporada no siempre guardan una relación estrecha con los del tramo final del curso.
Eso sí, el denominador común de todos los precedentes comentados fue el cambio de entrenador, en algunos casos sucedido de forma fulminante, como el relevo de Kresic por Cantatore en la quinta jornada (el Valladolid del curso 1997-98, con un partido de Antonio Santos en la transición) y en otros producido con posterioridad. De momento en lo concerniente al Málaga el club mantiene la confianza en Juan Ramón Muñiz, incorporado para un proyecto de dos temporadas, de forma que no se cuestiona su salida.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-10-27...a-20091027.html
Última edición por El Capitán Trueno el Mar 27 Oct 2009 - 7:59, editado 1 vez