Las arcas del Estado no se libran de la crisis. El frenazo del consumo y la destrucción de empleo también están haciendo mella en los ingresos del Fisco. Sólo en Málaga, los datos que manejan los técnicos del ministerio (Gestha) revelan un batacazo del 30% en la recaudación del último año. Para compensar el déficit y cuadrar las cuentas de 2010, el Gobierno ha pedido a los contribuyentes «un esfuerzo de solidaridad» a fin de poder atender al gasto social creciente. Dicho esfuerzo se traducirá en una subida de impuestos que, según estima Gestha, restará unos 500 euros anuales de media al bolsillo de cada malagueño. Nada menos que la mitad del sueldo de un mileurista. Con esta medida, la provincia aportará un balón de oxígeno de 115 millones extra al erario público.
Ya lo decía aquel eslogan: Hacienda somos todos. Es por ello que el endurecimiento de la presión tributaria no dejará indiferente a nadie. Las rentas medias serán, según los expertos, las más perjudicadas por el cambio fiscal; una reforma que afectará desde al que se compre un coche (que según los números hechos por el sector pagará unos 420 euros de más) hasta al que firme una hipoteca (que tendrá un sobrecoste medio de 2.000 euros, según advierte la Asociación de Promotores). Pero no hará falta hacer grandes desembolsos para sufrir sus efectos, ya que el incremento del IVA también arañará céntimos en gestos tan cotidianos como renovar el vestuario, sustituir el viejo televisor, adquirir una maquinilla de afeitar o ir a un restaurante.
Y todo comenzará el verano que viene. A partir del 1 de julio, el Ejecutivo engordará el impuesto que grava el valor añadido en toda la cadena de producción de bienes y servicios, lo que supondrá un nuevo varapalo para los consumidores. De este modo, el IVA normal subirá dos puntos (del 16 al 18%), mientras que el reducido, el de los alimentos, viviendas, restaurantes o transportes se elevará del 7% al 8%.
Por su parte, el tipo del 4% que se aplica a productos básicos se mantiene intacto. Sin embargo, las organizaciones de consumo critican que el carro de la compra está lleno de muchos productos que no tienen la consideración de básicos pero son igual de necesarios y cuyo IVA sí aumentará con el cambio tributario, «que afectará desde a las latas de tomate frito a las compresas, los pañales o los útiles para afeitarse», aclaran.
Todos estos porcentajes tendrán especial calado en el seno de las empresas malagueñas. Así, desde Gestha calculan que pagarán unos 51 millones de euros más al año, que lógicamente trasladarán a los ciudadanos. «Cada negocio de la provincia abonará una media de 446 euros adicionales en concepto de IVA», destacan desde el sindicato de técnicos de Hacienda.
Perjuicio al consumo
Al respecto, desde el colectivo sostienen que quienes ganan menos de 30.000 euros (el 88,76% de los contribuyentes) son los que absorberán una buena parte de la subida de impuestos, «lo cual perjudicará el consumo, que es precisamente una de las causas del desplome de la recaudación en 2009», avisan. Es por ello que, en opinión de Gestha, los ingresos adicionales de este tributo deberían obtenerse mediante los impuestos especiales que gravan el tabaco, el alcohol, la cerveza o los hidrocarburos, «cuya subida redundaría en beneficio de la salud pública y el medio ambiente».
Pese a todo, no será el IVA el único protagonista de los cambios en el próximo IRPF. Mucho más impacto tendrá, como subrayan los expertos, la supresión de la deducción de 400 euros, que afectará al 96% de los malagueños, que son los que ganan entre 9.000 y 60.000 euros. A falta de que el Gobierno decida finalmente si mantiene la rebaja para las rentas inferiores a 11.000 euros anuales, desde Gestha prevén que la eliminación de esta medida supondrá una recaudación extra de 58 millones en Málaga.
Eduardo Cortés, asesor fiscal y secretario de la Asociación de Técnicos Tributarios y Asesores Fiscales de Andalucía, coincide en que la retirada de la deducción será una de las novedades de mayor repercusión para los ciudadanos, «ya que azotará a las economías medias», indica al tiempo que destaca la incertidumbre que ha desatado la reforma que cocina el Gobierno entre los contribuyentes.
Y es que como apunta José María Muñoz, de la Asociación Española de Asesores Fiscales, la nueva política fiscal afectará a todos los malagueños, «con independencia de la capacidad de renta y de generar impuestos, aunque las economías modestas serán las que más lo noten», subraya. Acto seguido, pone el dedo en la llaga de las consecuencias de esta medida: «Lo que hará es que el consumo se retraiga y que el debilitado sector inmobiliario lo tenga aún más difícil», dice.
Diario Sur
Ya lo decía aquel eslogan: Hacienda somos todos. Es por ello que el endurecimiento de la presión tributaria no dejará indiferente a nadie. Las rentas medias serán, según los expertos, las más perjudicadas por el cambio fiscal; una reforma que afectará desde al que se compre un coche (que según los números hechos por el sector pagará unos 420 euros de más) hasta al que firme una hipoteca (que tendrá un sobrecoste medio de 2.000 euros, según advierte la Asociación de Promotores). Pero no hará falta hacer grandes desembolsos para sufrir sus efectos, ya que el incremento del IVA también arañará céntimos en gestos tan cotidianos como renovar el vestuario, sustituir el viejo televisor, adquirir una maquinilla de afeitar o ir a un restaurante.
Y todo comenzará el verano que viene. A partir del 1 de julio, el Ejecutivo engordará el impuesto que grava el valor añadido en toda la cadena de producción de bienes y servicios, lo que supondrá un nuevo varapalo para los consumidores. De este modo, el IVA normal subirá dos puntos (del 16 al 18%), mientras que el reducido, el de los alimentos, viviendas, restaurantes o transportes se elevará del 7% al 8%.
Por su parte, el tipo del 4% que se aplica a productos básicos se mantiene intacto. Sin embargo, las organizaciones de consumo critican que el carro de la compra está lleno de muchos productos que no tienen la consideración de básicos pero son igual de necesarios y cuyo IVA sí aumentará con el cambio tributario, «que afectará desde a las latas de tomate frito a las compresas, los pañales o los útiles para afeitarse», aclaran.
Todos estos porcentajes tendrán especial calado en el seno de las empresas malagueñas. Así, desde Gestha calculan que pagarán unos 51 millones de euros más al año, que lógicamente trasladarán a los ciudadanos. «Cada negocio de la provincia abonará una media de 446 euros adicionales en concepto de IVA», destacan desde el sindicato de técnicos de Hacienda.
Perjuicio al consumo
Al respecto, desde el colectivo sostienen que quienes ganan menos de 30.000 euros (el 88,76% de los contribuyentes) son los que absorberán una buena parte de la subida de impuestos, «lo cual perjudicará el consumo, que es precisamente una de las causas del desplome de la recaudación en 2009», avisan. Es por ello que, en opinión de Gestha, los ingresos adicionales de este tributo deberían obtenerse mediante los impuestos especiales que gravan el tabaco, el alcohol, la cerveza o los hidrocarburos, «cuya subida redundaría en beneficio de la salud pública y el medio ambiente».
Pese a todo, no será el IVA el único protagonista de los cambios en el próximo IRPF. Mucho más impacto tendrá, como subrayan los expertos, la supresión de la deducción de 400 euros, que afectará al 96% de los malagueños, que son los que ganan entre 9.000 y 60.000 euros. A falta de que el Gobierno decida finalmente si mantiene la rebaja para las rentas inferiores a 11.000 euros anuales, desde Gestha prevén que la eliminación de esta medida supondrá una recaudación extra de 58 millones en Málaga.
Eduardo Cortés, asesor fiscal y secretario de la Asociación de Técnicos Tributarios y Asesores Fiscales de Andalucía, coincide en que la retirada de la deducción será una de las novedades de mayor repercusión para los ciudadanos, «ya que azotará a las economías medias», indica al tiempo que destaca la incertidumbre que ha desatado la reforma que cocina el Gobierno entre los contribuyentes.
Y es que como apunta José María Muñoz, de la Asociación Española de Asesores Fiscales, la nueva política fiscal afectará a todos los malagueños, «con independencia de la capacidad de renta y de generar impuestos, aunque las economías modestas serán las que más lo noten», subraya. Acto seguido, pone el dedo en la llaga de las consecuencias de esta medida: «Lo que hará es que el consumo se retraiga y que el debilitado sector inmobiliario lo tenga aún más difícil», dice.
Diario Sur