El equipo tendrá que mejorar después del segundo parón liguero para subsanar la falta de concentración, velocidad y definición
El Málaga tiene tarea para las dos semanas previas al siguiente encuentro, frente al Almería en La Rosaleda, posterior al segundo parón liguero de la temporada. La primera media docena de encuentros deja a un equipo en plaza de descenso y lastrado por tres males: la falta de concentración (que ha derivado en goles encajados), de velocidad (origen de las escasez de llegadas) y de definición (un mal endémico que le ha privado de sumar más puntos). La permanencia en la élite será más o menos sufrida en función de que se puedan subsanar estas carencias a corto plazo.
Regalos
Muñiz se expresó con claridad en la charla con los jugadores después del partido en La Rosaleda frente al Racing, saldado con derrota (1-2). Los errores de concentración en las acciones a balón parado ya le han costado al Málaga numerosos disgustos y por esa razón los miembros del cuerpo técnico insisten cada vez con más frecuencia en la necesidad de no cometer errores absurdos en los marcajes.
El Málaga ya ha dejado escapar goles en jugadas de este tipo, sobre todo en dos partidos en los que ni podía ni debía fallar: frente al Racing, por tratarse de un encuentro en casa y con un rival directo en las aspiraciones de permanencia, y el domingo en Jerez, porque ya se sabía que si el rendimiento del equipo en el plano defensivo era notable (como así sucedió), el cuadro de Chapín sólo podía hacer daño en un córner o una falta lateral. Los tantos de Morris y Armenteros -aunque en este último caso se ayudara claramente con las manos para controlar el balón- le han costado al equipo tres puntos. También Piqué marcó en una jugada de estrategia el 0-2 del Barcelona, si bien también debió ser anulado por clara falta.
Profundidad
El Málaga no termina de intimidar al contrario. Sin ser un futbolista de extraordinaria calidad, el equipo echa en falta la chispa de Eliseu, un futbolista que le daba mucha salida la pasada temporada. De hecho, Tapia no solía sustituirlo y lo mantenía hasta el final. «A veces sabe dosificarse y, claro, cuando 'Eli' está bien en el minuto 80 u 85 nos da una clara ventaja», explicaba el entonces entrenador.
También existe la rémora de Adrián, cuyos movimientos permitían rápidas transiciones gracias a sus valiosos desmarques. Y sin olvidar el condicionante de que debe de estar por llegar la mejor versión de Luque, la producida en la segunda vuelta de la campaña anterior, cuando los demás estaban con la luz de reserva encendida. Esas son algunas de las razones que justifican que el conjunto ahora dirigido por Muñiz no llegue con comodidad al área contraria. En el fútbol actual la velocidad es primordial. Un equipo puede tener calidad, como el Madrid, pero sin ese argumento es más factible un fracaso frente al Sevilla. Y otro puede tener poco gol, como el caso del Almería, aunque el aire que le dan hombres como Crusat o Kalu Uche permita compensarlo con creces.
Los técnicos llevan un mes tratando de encontrar la mejor fórmula. Obinna es tal vez la más lógica, pero necesita el balón al pie y apenas trabaja sin él, lo que lo excluye para hacer el papel de Adrián (con lo que se descargaría a Baha). Forestieri se pierde en amagos y gestos cara a la galería. Valdo nunca ha sido un futbolista que encare y se vaya, porque carece de la arrancada necesaria. Duda tiene más calidad que velocidad. Benachour es más un futbolista de manejo de balón y toque en corto. Baha es fundamental en la línea de presión para recuperar el esférico lo más arriba posible. Edinho es técnicamente más limitado y un hombre de área. El panorama no es muy alentador, aunque Muñiz confía en que conforme se asiente el equipo los laterales y medios centro se incorporen con más confianza, y también en que utilice otras virtudes para crear oportunidades. En este sentido, la falta de un organizador (Apoño) se deja notar bastante.
Acierto
Las carencias cara al gol son alarmantes. La falta de pegada del Málaga es llamativa. Y no se trata de una cuestión subjetiva, sino de una realidad cada vez más palpable para los aficionados. El equipo ha incorporado numerosas piezas de mitad de campo hacia arriba, pero ninguno es un goleador contrastado. Ni siquiera Edinho, por el que se ha pagado un millón de euros al AEK Atenas por el 60 por ciento de su propiedad. Sí es verdad que es un rematador, porque su poco ortodoxo golpeo en la acción que sacó in extremis el guardameta jerecista Renan así lo demuestra, pero da la impresión de que es tan parecido a Catanha que puede necesitar coger la confianza necesaria para hilvanar varios encuentros productivos. Recuérdense los comienzos del hispanobrasileño en Segunda y aquella aciaga actuación frente al Albacete, con media docena de 'mano a mano' fallados ante el cancerbero Julio Iglesias. Luego, cuando entró en racha, acabó como 'pichichi' de la categoría y hasta aspiró a repetir en Primera.
En el seno del club y también entre los técnicos creen que el gol es cuestión de tiempo. Esperan (y desean, claro) que el Málaga no tenga que depender de un solo jugador. Consideran que todos aportarán su cuota ofensiva y además inciden en que la eficacia también mejorará cuando se consiga el acoplamiento de una plantilla con excesivas caras nuevas. Asimismo, conviene recordar que determinados futbolistas incorporados -y que han sido sobrevalorados a las primeras de cambio- vienen de jugar poco y marcar menos en los últimos tiempos.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-10-06/malaga-lastrado-tres-males-20091006.html