SERGIO CORTÉS.-
Primero fueron Rossato y Salva, que esperaban una oferta para renovar su contrato, y ahora les ha tocado a los descartados, a aquellos jugadores cuya vinculación al Málaga expira en años sucesivos. La lista está integrada por media docena de futbolistas, y todos ellos ya conocen las intenciones del club. Junto a Fernando, probablemente el fichaje estelar la pasada temporada, figuran Pere Martí, Miguel Ángel, José Juan Luque, Popo y Silva. La salida de este grupo le permitiría a la entidad disponer de aproximadamente 2,5 millones para invertir en otros efectivos.
El Málaga no ha dado a conocer públicamente sus intenciones, pero quiere prescindir de seis jugadores con contrato en vigor. La lista no ha sido confeccionada por el nuevo entrenador, Juan Ramón Muñiz. Las decisiones han sido consensuadas y suponen la conclusión de las opiniones de los técnicos del club, incluido el grupo de trabajo que acompañaba la pasada temporada a Antonio Tapia y que ahora secundará al asturiano.
En los últimos días los afectados ya han sido informados de su situación. Entre ellos se encuentra Fernando, al que telefoneó Sandro para comunicarle que en principio no cuenta para el futuro. Conviene incidir en ese 'en principio' que también debe ser aplicado a sus compañeros e incluso a Salva y Rossato, porque estos dos últimos no entran en los planes a menos que no se encuentren mejores opciones en el mercado. Pero sí se les ha dado vía libre.
El club pretende buscarles destino a los seis descartados. Tal vez este término no guste en exceso a los protagonistas, y tal vez en alguno de los casos a última hora sea complicado llevar a la práctica ese descarte. En ese grupo figuran futbolistas con fácil salida en el mercado, y otros, en especial Fernando, de más complicada solución.
Falta de ritmo
La inclusión de Fernando quizá sorprenda, pero su constante ostracismo durante la pasada temporada obedece no a una cuestión de actitud, esfuerzo o calidad, sino más bien -según ha podido conocer este periódico- de ritmo. Esto ha pesado en la decisión adoptada por los técnicos del club, aunque lógicamente la salida del medio punta malagueño está claramente supeditada a que un equipo pueda hacerse cargo de su ficha, alta en comparación con otros de los descartados.
Esas carencias en cuanto a ritmo también se esgrimen como argumento de peso en la decisión de buscarles una cesión a Pere Martí (casi inédito toda la campaña a raíz de su grave lesión de rodilla) y Miguel Ángel, un futbolista que vive un caso calcado al de Fernando. También llegó procedente del Betis, también sin continuidad las últimas temporadas y también le ha costado encontrar el ritmo deseado. De ahí que Tapia, principal valedor del fichaje de Fernando y de la vuelta de Miguel Ángel, contara poco con ellos.
Los otros tres nombres de la lista estaban cantados. Tanto como que Cheli no iba a tener la más mínima opción de continuar en el Málaga. El fichaje de José Juan Luque pareció tener poco sentido hace un año, más que nada porque en su primera etapa pasó inadvertido y se marchó por la puerta de atrás, pero podía tener justificación por el relevante papel del extremo izquierdo sevillano en sus equipos los últimos años. Sus cifras goleadoras en Segunda eran suficientemente llamativas como para respaldar un retorno sorprendente. Ahora, después de una temporada en la que tampoco dispuso de excesivas oportunidades, el club le comunica que no cuenta con él. Como sucede con Pere Martí o Miguel Ángel, no parece muy complicado encontrarle destino, porque está muy cotizado en Segunda División.
Cedidos
Los dos últimos casos corresponden a jugadores cedidos. Uno es Silva, que disfrutó de la titularidad en el Xerez de Esteban sólo en el tramo intermedio del campeonato y que recibiría la carta de libertad (el próximo es su último año), y el otro es Popo, que estuvo cedido en el Antequera y tuvo un rendimiento irregular.
Las cuentas son claras: las fichas de estos seis jugadores rondan los dos millones y medio de euros. Y aunque para otros clubes esta cifra pueda parecer una anécdota, en lo que respecta al Málaga son palabras mayores. Con ese dinero puede invertir en tres jugadores de cierto nivel y al menos competir por ellos con otros conjuntos. Pero en el seno de la entidad son conscientes de que la ficha más alta, la que corresponde a Fernando, es la más complicada de asumir.
Primero fueron Rossato y Salva, que esperaban una oferta para renovar su contrato, y ahora les ha tocado a los descartados, a aquellos jugadores cuya vinculación al Málaga expira en años sucesivos. La lista está integrada por media docena de futbolistas, y todos ellos ya conocen las intenciones del club. Junto a Fernando, probablemente el fichaje estelar la pasada temporada, figuran Pere Martí, Miguel Ángel, José Juan Luque, Popo y Silva. La salida de este grupo le permitiría a la entidad disponer de aproximadamente 2,5 millones para invertir en otros efectivos.
El Málaga no ha dado a conocer públicamente sus intenciones, pero quiere prescindir de seis jugadores con contrato en vigor. La lista no ha sido confeccionada por el nuevo entrenador, Juan Ramón Muñiz. Las decisiones han sido consensuadas y suponen la conclusión de las opiniones de los técnicos del club, incluido el grupo de trabajo que acompañaba la pasada temporada a Antonio Tapia y que ahora secundará al asturiano.
En los últimos días los afectados ya han sido informados de su situación. Entre ellos se encuentra Fernando, al que telefoneó Sandro para comunicarle que en principio no cuenta para el futuro. Conviene incidir en ese 'en principio' que también debe ser aplicado a sus compañeros e incluso a Salva y Rossato, porque estos dos últimos no entran en los planes a menos que no se encuentren mejores opciones en el mercado. Pero sí se les ha dado vía libre.
El club pretende buscarles destino a los seis descartados. Tal vez este término no guste en exceso a los protagonistas, y tal vez en alguno de los casos a última hora sea complicado llevar a la práctica ese descarte. En ese grupo figuran futbolistas con fácil salida en el mercado, y otros, en especial Fernando, de más complicada solución.
Falta de ritmo
La inclusión de Fernando quizá sorprenda, pero su constante ostracismo durante la pasada temporada obedece no a una cuestión de actitud, esfuerzo o calidad, sino más bien -según ha podido conocer este periódico- de ritmo. Esto ha pesado en la decisión adoptada por los técnicos del club, aunque lógicamente la salida del medio punta malagueño está claramente supeditada a que un equipo pueda hacerse cargo de su ficha, alta en comparación con otros de los descartados.
Esas carencias en cuanto a ritmo también se esgrimen como argumento de peso en la decisión de buscarles una cesión a Pere Martí (casi inédito toda la campaña a raíz de su grave lesión de rodilla) y Miguel Ángel, un futbolista que vive un caso calcado al de Fernando. También llegó procedente del Betis, también sin continuidad las últimas temporadas y también le ha costado encontrar el ritmo deseado. De ahí que Tapia, principal valedor del fichaje de Fernando y de la vuelta de Miguel Ángel, contara poco con ellos.
Los otros tres nombres de la lista estaban cantados. Tanto como que Cheli no iba a tener la más mínima opción de continuar en el Málaga. El fichaje de José Juan Luque pareció tener poco sentido hace un año, más que nada porque en su primera etapa pasó inadvertido y se marchó por la puerta de atrás, pero podía tener justificación por el relevante papel del extremo izquierdo sevillano en sus equipos los últimos años. Sus cifras goleadoras en Segunda eran suficientemente llamativas como para respaldar un retorno sorprendente. Ahora, después de una temporada en la que tampoco dispuso de excesivas oportunidades, el club le comunica que no cuenta con él. Como sucede con Pere Martí o Miguel Ángel, no parece muy complicado encontrarle destino, porque está muy cotizado en Segunda División.
Cedidos
Los dos últimos casos corresponden a jugadores cedidos. Uno es Silva, que disfrutó de la titularidad en el Xerez de Esteban sólo en el tramo intermedio del campeonato y que recibiría la carta de libertad (el próximo es su último año), y el otro es Popo, que estuvo cedido en el Antequera y tuvo un rendimiento irregular.
Las cuentas son claras: las fichas de estos seis jugadores rondan los dos millones y medio de euros. Y aunque para otros clubes esta cifra pueda parecer una anécdota, en lo que respecta al Málaga son palabras mayores. Con ese dinero puede invertir en tres jugadores de cierto nivel y al menos competir por ellos con otros conjuntos. Pero en el seno de la entidad son conscientes de que la ficha más alta, la que corresponde a Fernando, es la más complicada de asumir.