El club, a la espera de conocer si el Zaragoza cuenta con él en el futuro para negociar su regreso
Los mejores amigos del implicado -más bien sus numerosos amigos- lo saben. Las personas con las que mantiene contacto con asiduidad están al tanto de los sigilosos movimientos del Málaga para recuperar al principal protagonista junto a Juan Ramón Muñiz de los dos complicados años en Segunda División, Antonio Hidalgo. Hasta el momento la operación está en punto muerto y se antoja un calco a la que afecta al técnico asturiano.
Antonio Hidalgo puede regresar al Málaga menos de un año después de su salida por la puerta de atrás después del desencuentro para su renovación. La familia pesa más que el dinero. Ocurrió el verano pasado, cuando el catalán reconoció que había aceptado la propuesta del Zaragoza porque estaba ante su último contrato -también el primero importante de su carrera deportiva- y debía velar por el futuro de los suyos. Pero, quiérase o no, él y los suyos saben que sólo en Málaga serán felices.
Cuando Hidalgo tomó la decisión hace un año sufrió lo indecible. «Sé que tengo el cariño de la afición, el respeto de los medios de comunicación y la amistad de mis compañeros, pero tengo que asegurar el futuro de los míos», apuntó. No quiso hablar, por modestia, de su magnífica relación con el nuevo entrenador, Antonio Tapia, la persona que avaló su fichaje tras una exhibición con el Tenerife en un partido frente al Málaga B.
Llamadas de Marcelino
Hidalgo cogió los bártulos y se marchó a la capital aragonesa. Era consciente de que implicaba empezar de cero, salvo en una cuestión: la confianza del entrenador. Marcelino García Toral, que ya había decidido abandonar el Racing, lo telefoneó en varias ocasiones para asegurarle que iba a ser fijo en su proyecto. Luego, a la hora de la verdad, las expectativas no se cumplieron. Tuvo que jugar en un sistema encorsetado, en el centro del campo, y sin la libertad que él necesita para ofrecer su mejor versión en cuanto a juego y llegada. Algunos de sus ex compañeros malaguistas eran concluyentes a principios de esta temporada: «Parece como si no lo conocieran como futbolista».
Poco a poco el papel de Hidalgo pasó a ser secundario. Además, había llegado como fichaje estelar para el proyecto de ascenso desde Segunda a Primera y el público poco a poco comenzó a cuestionar su rendimiento. Así fue como Osasuna aprovechó la situación y forzó su salida en el mercado invernal. El entrenador del cuadro rojillo, José Antonio Camacho, ya lo había tenido en su lista de posibles incorporaciones cuando dirigía al Benfica y consideraba que era un refuerzo interesante para la complicada segunda vuelta que se avecinaba.
Hidalgo pasó de Zaragoza a Pamplona, pero la temperatura y las condiciones climatológicas eran similares. Su familia no terminó de adaptarse ni a un lugar ni a otro. Echa mucho de menos Málaga. Y como en La Rosaleda están al corriente de ello porque el centrocampista mantiene una estrecha relación con muchas personas, el club está al acecho a la espera de que surja la posibilidad de repescarlo. Además, el futbolista no se cerró las puertas de la entidad con su salida.
Reuniones
Mientras, el futbolista está ansioso por conocer su futuro. Ha contribuido a la permanencia de Osasuna -aunque no en la medida que él hubiera deseado, porque Camacho encontró muy pronto un equipo tipo- y aguarda que el Zaragoza confirme su ascenso a la élite. Será entonces cuando se reúna con los responsables del club, y presumiblemente con Marcelino, para saber si entra en los planes de futuro. En la capital aragones creen que se le buscará salida.
Visto el panorama, tampoco se descarta que Hidalgo trate de forzar su salida, condición indispensable exigida por el Málaga para comenzar a negociar. Desde luego, deberá llegar con la carta de libertad. Cuanto antes se consume el ascenso del Zaragoza, menos tardará el club en conocer la situación del centrocampista, un futbolista querido en La Rosaleda y que, igual que su familia, añora vivir en Málaga.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-06-06/malaga-tambien-tantea-hidalgo-20090606.html
Los mejores amigos del implicado -más bien sus numerosos amigos- lo saben. Las personas con las que mantiene contacto con asiduidad están al tanto de los sigilosos movimientos del Málaga para recuperar al principal protagonista junto a Juan Ramón Muñiz de los dos complicados años en Segunda División, Antonio Hidalgo. Hasta el momento la operación está en punto muerto y se antoja un calco a la que afecta al técnico asturiano.
Antonio Hidalgo puede regresar al Málaga menos de un año después de su salida por la puerta de atrás después del desencuentro para su renovación. La familia pesa más que el dinero. Ocurrió el verano pasado, cuando el catalán reconoció que había aceptado la propuesta del Zaragoza porque estaba ante su último contrato -también el primero importante de su carrera deportiva- y debía velar por el futuro de los suyos. Pero, quiérase o no, él y los suyos saben que sólo en Málaga serán felices.
Cuando Hidalgo tomó la decisión hace un año sufrió lo indecible. «Sé que tengo el cariño de la afición, el respeto de los medios de comunicación y la amistad de mis compañeros, pero tengo que asegurar el futuro de los míos», apuntó. No quiso hablar, por modestia, de su magnífica relación con el nuevo entrenador, Antonio Tapia, la persona que avaló su fichaje tras una exhibición con el Tenerife en un partido frente al Málaga B.
Llamadas de Marcelino
Hidalgo cogió los bártulos y se marchó a la capital aragonesa. Era consciente de que implicaba empezar de cero, salvo en una cuestión: la confianza del entrenador. Marcelino García Toral, que ya había decidido abandonar el Racing, lo telefoneó en varias ocasiones para asegurarle que iba a ser fijo en su proyecto. Luego, a la hora de la verdad, las expectativas no se cumplieron. Tuvo que jugar en un sistema encorsetado, en el centro del campo, y sin la libertad que él necesita para ofrecer su mejor versión en cuanto a juego y llegada. Algunos de sus ex compañeros malaguistas eran concluyentes a principios de esta temporada: «Parece como si no lo conocieran como futbolista».
Poco a poco el papel de Hidalgo pasó a ser secundario. Además, había llegado como fichaje estelar para el proyecto de ascenso desde Segunda a Primera y el público poco a poco comenzó a cuestionar su rendimiento. Así fue como Osasuna aprovechó la situación y forzó su salida en el mercado invernal. El entrenador del cuadro rojillo, José Antonio Camacho, ya lo había tenido en su lista de posibles incorporaciones cuando dirigía al Benfica y consideraba que era un refuerzo interesante para la complicada segunda vuelta que se avecinaba.
Hidalgo pasó de Zaragoza a Pamplona, pero la temperatura y las condiciones climatológicas eran similares. Su familia no terminó de adaptarse ni a un lugar ni a otro. Echa mucho de menos Málaga. Y como en La Rosaleda están al corriente de ello porque el centrocampista mantiene una estrecha relación con muchas personas, el club está al acecho a la espera de que surja la posibilidad de repescarlo. Además, el futbolista no se cerró las puertas de la entidad con su salida.
Reuniones
Mientras, el futbolista está ansioso por conocer su futuro. Ha contribuido a la permanencia de Osasuna -aunque no en la medida que él hubiera deseado, porque Camacho encontró muy pronto un equipo tipo- y aguarda que el Zaragoza confirme su ascenso a la élite. Será entonces cuando se reúna con los responsables del club, y presumiblemente con Marcelino, para saber si entra en los planes de futuro. En la capital aragones creen que se le buscará salida.
Visto el panorama, tampoco se descarta que Hidalgo trate de forzar su salida, condición indispensable exigida por el Málaga para comenzar a negociar. Desde luego, deberá llegar con la carta de libertad. Cuanto antes se consume el ascenso del Zaragoza, menos tardará el club en conocer la situación del centrocampista, un futbolista querido en La Rosaleda y que, igual que su familia, añora vivir en Málaga.
http://malagacf.sur.es/noticias/2009-06-06/malaga-tambien-tantea-hidalgo-20090606.html