La autopista de peaje de Las Pedrizas (AP-46) está casi en punto muerto. Este periódico pudo comprobar ayer sobre el terreno el escaso movimiento existente en las obras de construcción de una infraestructura clave para aliviar los saturados accesos a la capital y la Costa del Sol desde el interior, y que debería entrar en servicio el 31 de diciembre de este año.
Apenas medio centenar de operarios trabajan en algunos de los quince viaductos que jalonan el recorrido, de 24,5 kilómetros. A finales del pasado año esta infraestructura daba empleo a unas mil personas y movilizaba a unos 200 vehículos pesados. En uno de los tramos, en la zona de Los Mellizos, tres hormigoneras se encargan de abastecer de materiales. En cada puente que está activo son visibles varias grúas, pero sólo en uno ha empezado el montaje del tablero (la superficie sobre la que circularán los coches).
Sobre el terreno, junto a los pilares de una de estas gigantescas estructuras, herramientas y materiales parecen abandonados a su suerte. Las bocas de los túneles han sido tapiadas con muros de ladrillo para evitar la entrada y la maquinaria de excavación está aparcada en el exterior.
A pie de obra
Un trabajador, que prefiere mantener el anonimato, explica que desde enero la actividad ha ido disminuyendo paulatinamente, hasta llegar a la situación actual. Según explica, los esfuerzos están centrados en ese momento en culminar un arco o tirante para estabilizar uno de los puentes de mayores dimensiones, pero cree que una vez concluida esta fase seguirá el camino de los compañeros que ya han tenido que dejar la obra.
Otro empleado comenta que en esos momentos sólo un par de cuadrillas de operarios portugueses están trabajando en los pilares de algunos de los viaductos, pero recalca que tanto los movimientos de tierras como el montaje de las estructuras superiores están parados. «La previsión era que la autopista estuviera abierta antes de la Semana Santa del año que viene, pero ahora nadie sabe qué va a pasar», agrega.
En Casabermeja, el municipio más cercano a la obra y que concentraba el grueso de los servicios a los obreros, el parón en el desarrollo de esta infraestructura es vox populi. En los comercios y entre los vecinos la respuesta es unánime: en los últimos meses ha bajado de forma brusca la actividad, pero también el tránsito de vehículos pesados por los alrededores.
Al parecer, esta situación es una consecuencia de los problemas de financiación de una de las empresas que participan en el proyecto, que estaría buscando liquidez para retomar la plena actividad, extremo confirmado por fuentes del Ministerio de Fomento. Con todo, ninguna de las fuentes consultadas quiso valorar si se podrá cumplir el compromiso de abrir la carretera de peaje al tráfico a finales de este año.
El ritmo disminuye
Desde Sacyr, una de las constructoras que integran la unión temporal de empresas que acomete este proyecto, reconocen que el ritmo de ejecución ha descendido, pero recalcan que se continúa trabajando según el plan previsto.
Un portavoz de la entidad explica que en la actualidad se está trabajando, fundamentalmente, en seis viaductos, situados en los puntos kilométricos 6.7, 8.2, 10.1, 13.0, 14.4 y 20.7. Asimismo, se está acometiendo el drenaje transversal, los remates de los taludes de terraplenes y desmontes y diversas actuaciones de ordenación ecológica y paisajística como son la adecuación de los pasos para la fauna y replantaciones. Hasta el momento se ha ejecutado el 32% de la traza, según estas fuentes.
La autopista -muy demandada por los graves problemas de congestión que sufre la actual autovía A-45- empezó a construirse en febrero del año pasado y ha estado marcada por la polémica desde sus inicios. El proyecto inicial, bajo el mandato del PP, vinculaba su construcción al de la segunda ronda, algo que quedó descartado con el cambio de Gobierno.
Posteriormente, los vecinos afectados crearon una plataforma para oponerse al proyecto y, ya en la fase de tramitación, varios cambios en el diseño causaron retrasos en su inicio. El contrato con la entidad concesionaria de su construcción y explotación fija la puesta en servicio el 31 de diciembre de este año.
El trazado tiene 24,5 kilómetros y discurre desde el Alto de Las Pedrizas hasta las inmediaciones de Puerto de la Torre, donde enlaza con la segunda ronda. Las dificultades del terreno obligarán a construir 17 viaductos y tres túneles.
Apenas medio centenar de operarios trabajan en algunos de los quince viaductos que jalonan el recorrido, de 24,5 kilómetros. A finales del pasado año esta infraestructura daba empleo a unas mil personas y movilizaba a unos 200 vehículos pesados. En uno de los tramos, en la zona de Los Mellizos, tres hormigoneras se encargan de abastecer de materiales. En cada puente que está activo son visibles varias grúas, pero sólo en uno ha empezado el montaje del tablero (la superficie sobre la que circularán los coches).
Sobre el terreno, junto a los pilares de una de estas gigantescas estructuras, herramientas y materiales parecen abandonados a su suerte. Las bocas de los túneles han sido tapiadas con muros de ladrillo para evitar la entrada y la maquinaria de excavación está aparcada en el exterior.
A pie de obra
Un trabajador, que prefiere mantener el anonimato, explica que desde enero la actividad ha ido disminuyendo paulatinamente, hasta llegar a la situación actual. Según explica, los esfuerzos están centrados en ese momento en culminar un arco o tirante para estabilizar uno de los puentes de mayores dimensiones, pero cree que una vez concluida esta fase seguirá el camino de los compañeros que ya han tenido que dejar la obra.
Otro empleado comenta que en esos momentos sólo un par de cuadrillas de operarios portugueses están trabajando en los pilares de algunos de los viaductos, pero recalca que tanto los movimientos de tierras como el montaje de las estructuras superiores están parados. «La previsión era que la autopista estuviera abierta antes de la Semana Santa del año que viene, pero ahora nadie sabe qué va a pasar», agrega.
En Casabermeja, el municipio más cercano a la obra y que concentraba el grueso de los servicios a los obreros, el parón en el desarrollo de esta infraestructura es vox populi. En los comercios y entre los vecinos la respuesta es unánime: en los últimos meses ha bajado de forma brusca la actividad, pero también el tránsito de vehículos pesados por los alrededores.
Al parecer, esta situación es una consecuencia de los problemas de financiación de una de las empresas que participan en el proyecto, que estaría buscando liquidez para retomar la plena actividad, extremo confirmado por fuentes del Ministerio de Fomento. Con todo, ninguna de las fuentes consultadas quiso valorar si se podrá cumplir el compromiso de abrir la carretera de peaje al tráfico a finales de este año.
El ritmo disminuye
Desde Sacyr, una de las constructoras que integran la unión temporal de empresas que acomete este proyecto, reconocen que el ritmo de ejecución ha descendido, pero recalcan que se continúa trabajando según el plan previsto.
Un portavoz de la entidad explica que en la actualidad se está trabajando, fundamentalmente, en seis viaductos, situados en los puntos kilométricos 6.7, 8.2, 10.1, 13.0, 14.4 y 20.7. Asimismo, se está acometiendo el drenaje transversal, los remates de los taludes de terraplenes y desmontes y diversas actuaciones de ordenación ecológica y paisajística como son la adecuación de los pasos para la fauna y replantaciones. Hasta el momento se ha ejecutado el 32% de la traza, según estas fuentes.
La autopista -muy demandada por los graves problemas de congestión que sufre la actual autovía A-45- empezó a construirse en febrero del año pasado y ha estado marcada por la polémica desde sus inicios. El proyecto inicial, bajo el mandato del PP, vinculaba su construcción al de la segunda ronda, algo que quedó descartado con el cambio de Gobierno.
Posteriormente, los vecinos afectados crearon una plataforma para oponerse al proyecto y, ya en la fase de tramitación, varios cambios en el diseño causaron retrasos en su inicio. El contrato con la entidad concesionaria de su construcción y explotación fija la puesta en servicio el 31 de diciembre de este año.
El trazado tiene 24,5 kilómetros y discurre desde el Alto de Las Pedrizas hasta las inmediaciones de Puerto de la Torre, donde enlaza con la segunda ronda. Las dificultades del terreno obligarán a construir 17 viaductos y tres túneles.