La expedición del Málaga CF regresó ayer a la Costa del Sol con la alegría de mantener la lucha europea pero con la indignación por lo vivido en el Reyno de Navarra. Un artículo de la prensa ´rojilla´ desata la ira en el viaje de vuelta

El deber cumplido siempre es motivo de satisfacción. Esta plantilla vive inmersa en un sueño constante, paseando entre las nubes con su temporada magistral como pasaporte al paraíso. Un ambiente incrementado en el vestuario por los triunfos de pedigrí de las últimas salidas y por el espaldarazo de los números en la clasificación.
La victoria en Pamplona el miércoles es de las que hacen ganar medallas honoríficas a final de curso. Una recarga de autoestima difícil de aplacar de cara al decisivo partido ante el Dépor que contará con el gran aliciente de Europa.
Europa sigue a tiro y la proeza está cada vez más cerca, se escucha entre bambalinas. Seguir en la pelea y mantener el pulso a los grandes por entrar en Europa es cada vez más un logro mayúsculo. Sin embargo, la victoria en el Reyno de Navarra tuvo otras connotaciones ajenas que enturbiaron la vuelta de la expedición malagueña ayer de tierras bilbaínas, donde hizo noche tras el choque de Pamplona.
Una batalla campal como la vivida en territorio ´rojillo´ tiene muchos alicientes extradeportivos y ninguno de ellos parece sorprender a nadie. El ´comportamiento´ de la afición del Reyno de Navarra no sólo no tuvo una llamada de atención por parte del entorno osasunista, sino que además se aplaudió su ´entrega incondicional´. Graves insultos, lanzamientos de objetos y casi intentos de agresión fueron algunos de los incidentes sin sonrojo para nadie en Navarra.
La ´caldera rojilla´ aprieta, pero con medidas extradeportivas, sancionables y poco decorosas. Lo sufrió en sus carnes el preparador malaguista Enrique Ruiz casi una hora antes de comenzar el partido, cuando saltó al campo para preparar el calentamiento. Desde ahí ya comenzaros los insultos típicos de la afición osasunista con el ´Españoles, hijos de puta´ o el despreciable ´Puta Málaga´.
Las decisiones arbitrables enturbiaron el ambiente pero fue Salva el centro de todas las iras. El delantero maño, odiado hasta la extenuación en Pamplona, recibió improperios de todo tipo. Hubo lanzamientos de objetos en cada córner y cada saque de banda, donde uno golpeó a Albert Luque. En el palco también se sufrieron momentos de tensión con los aficionados que al final no pasaron a mayores.
Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia malaguista cayó ayer como un trueno en la expedición blanquiazul al leer la prensa local. El ´Diario de Navarra´, en un artículo firmado por Toño Sanz y que titula ´Europa nos vengará´, ataca al conjunto blanquiazul con afirmaciones censurables. En referencia a Salva y a su celebración ´a lo militar´, el artículo comenta: "El Málaga la está dando, la campanada, en la Liga. Y Europa le devolverá campanadas a barullo por esos campos de la UEFA donde no se gana ni honra y se pierde toda la flota. El Málaga se paseará un año por Europa y después penará un par de temporadas en Primera hasta dar con todo el equipo en Segunda". Al parecer, el señor Sanz estaba relatando la historia del Osasuna...
Incluso el presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, calificó ayer de "espectáculo lamentable" el partido y también criticó el arbitraje. Ni palabra de la bochornosa imagen de su pueblo. Así le va al fútbol español últimamente.




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