La derrota del Málaga es grave. Síntoma de sus problemas, que parece que nadie los ve pero que existen. Fue una pena, porque los comienzos fueron más que emotivos, con toda La Rosaleda recordando el símbolo de fuerza y ánimo que hará inmortal a Pablo Ráez, lo mismo que escenificó otro Pablo, Fornals, cuando al borde del descanso anduvo listo como pocos y se aprovechó de un error de infantiles para adelantar a los blanquiazules. Todo muy bonito, salvo que el Málaga no está bien, es un equipo con graves carencias al que la salida de Juande Ramos lo ha dejado, se quiera o no, muy desasistido, porque 'Gato' Romero tiene voluntad, pero poca experiencia y menos resultados. Mala cosa porque no estamos salvados y porque equipos que están por detrás nuestra tienen la extraña experiencia de anteriores temporadas de salvarse en los últimos partidos ganado incluso lo impensable...
El Málaga no supo guardar su preciosa renta y dos errores no tan infantiles, pero no por ello menos graves, dieron ocasión a un mediocre Betis a llevarse los tres puntos de La Rosaleda. No se reacciona, no se sabe bien por qué, pero algo habrá que hacer. Hay que quitar sentimientos y amistades y actuar con decisión ante momentos decisivos. Fue una pena la derrota, porque la enorme generosidad de los malagueños en homenaje a su paisano Ráez merecía un mejor premio, pero las cosas están como están y el equipo no funciona. No hay que mirar para atrás, sino simplemente ver lo que está ocurriendo. Se está jugando con fuego y posiblemente nos quememos. Y sería triste, muy triste, que eso ocurriera. El Eibar no es mejor que el Málaga, el Betis tampoco, pero al final nos ganan todos. O casi todos. No olvidemos que la 'gran victoria' ante Las Palmas fue porque eran incapaces de acercarse a la portería, pero que estuvimos atrás 50 minutos. No hay orden ni concierto, y eso se nota. A tiempo estamos de rectificar, pero hay que tener mucho cuidado...
PEDRO LUIS GÓMEZ
El Málaga no supo guardar su preciosa renta y dos errores no tan infantiles, pero no por ello menos graves, dieron ocasión a un mediocre Betis a llevarse los tres puntos de La Rosaleda. No se reacciona, no se sabe bien por qué, pero algo habrá que hacer. Hay que quitar sentimientos y amistades y actuar con decisión ante momentos decisivos. Fue una pena la derrota, porque la enorme generosidad de los malagueños en homenaje a su paisano Ráez merecía un mejor premio, pero las cosas están como están y el equipo no funciona. No hay que mirar para atrás, sino simplemente ver lo que está ocurriendo. Se está jugando con fuego y posiblemente nos quememos. Y sería triste, muy triste, que eso ocurriera. El Eibar no es mejor que el Málaga, el Betis tampoco, pero al final nos ganan todos. O casi todos. No olvidemos que la 'gran victoria' ante Las Palmas fue porque eran incapaces de acercarse a la portería, pero que estuvimos atrás 50 minutos. No hay orden ni concierto, y eso se nota. A tiempo estamos de rectificar, pero hay que tener mucho cuidado...
PEDRO LUIS GÓMEZ