Aristrain vuelve a apostar por España

La reindustrialización de España se torna vital para retomar la senda del crecimiento sostenible. La buena noticia es que José María Aristrain vuelve a confiar en la industria española, a través de la inversión directa en tres empresas del sector del acero, su sector fundacional

La industria española vuelve a contar con un antiguo aliado, José María Aristrain, una de las grandes fortunas españolas y mundiales, que se ha hecho con el control de tres grandes empresas del acero, dedicadas a la fabricación de tubos. Nacido en Annemasse, Alta Savoya (Francia), ya antes estuvo dedicado a la contribución del crecimiento económico de España a través de los inicios empresariales de su familia, como con las fábricas en Olaberría a través de José María Aristrain S.A., José María Aristrain Madrid S.A. y con los Altos Hornos de Vergara, Sananuuna, Richo y Echevarria en Zaragoza.

La familia Aristrain cuenta con gran tradición en el sector siderúrgico español. Ahora vuelve a apostar por España y su industria, gracias a la adquisición de Tubacex, Cunext y ha realizado una oferta por Condesa. La vuelta de Aristrain al sector siderúrgico es un elemento clave en la reindustrialización de España.

No es casualidad que la mayor crudeza de la crisis que ha asolado la economía mundial se haya concentrado en los países del sur de Europa, aquellos cuyo peso de la industria respecto al PIB es menor. El sector industrial siempre se ha considerado unos de los pilares sobre el que gira una economía desarrollada. Entre las características más importantes que brindó la Revolución Industrial fue la creación de la clase media, junto con proporcionar herramientas y mecanismos al desarrollo. Los países que han apostado por la industria siempre han allanado el terreno para el crecimiento y el desarrollo, por eso es tan importante que fluya la inversión de nuevo hacía la industria.

La familia Aristrain desde sus orígenes poseía filiales internacionales para la distribución del acero a través de oficinas comerciales en lugares como Inglaterra, Turín, Nueva York o Burdeos. También fue considerada la primera empresa española autorizada a exportar acero a la Unión Soviética.

Los comienzos de José María de Aristrain se ubican en 1986, cuando heredó las fábricas pertenecientes a su padre. En un principio poseía la empresa de Aceralia, que posteriormente pasó a denominarse Arcelor tras la fusión con la compañía francesa Usinor y con la luxemburguesa Arbed. Más adelante, Arcerlor se convirtió en Mittal Arcelor tras la OPA (Oferta Pública de Adquisición) presentada por la empresa india. Aristrain aún es uno de los accionistas principales en Mittal Arcelor con el 1% de la compañía.

La inversión de Aristrain

Sus inicios en la industria del acero le han dotado de los conocimientos para extraer lo máximo de sus fábricas. Ahora se ha hecho con el 11% de Tubacex, una inversión cercana a los 19 millones de euros. La compañía alavesa es el segundo productor mundial de tubos sin soldadura en acero inoxidable. A su vez, el fondo británico de capital riesgo Amber ha adquirido otro 6,85% de la siderúrgica.

También ha apostado por reflotar la empresa cordobesa Cunext, que se convirtió en la primera compañía española en la fabricación y comercialización de alambrón, que es alambre junto a hilo de cobre. La siderúrgica cordobesa factura cerca de 40 millones de euros y produce cerca de 175.000 toneladas. Aristrain posee en la actualidad cerca del 40% de la empresa a través de la oferta al grupo que poseía su 100%, Cunext Copper Industries.

La tercera apuesta de Aristrain consiste en la empresa Condesa, en la que incluye una estructuración de la deuda y un plan industrial. La compañía es una de las pioneras en la producción de tubos soldados, que generan cerca de 1.800 empleos directos y más de 4.000 de forma indirecta.

Reindustrializar España

La industria en España sigue marcando niveles mínimos, no sólo en comparación con otros países europeos, sino también en comparación con años anteriores. Desde 1972 el peso sobre el PIB español se ha desplomado del 39% al 15,9% según datos del INE. Si la referencia es Eurostat la caída que estima entre 2008 y 2012 es del 30% y sitúa el peso de la industria en el 13,3% (descuenta energía) sobre PIB. Además, el organismo europeo advierte que la caída es la más grande de la Unión Europea tan sólo superada por Chipre y Grecia. Desde 1976 se han perdido más de 1,5 millones de empleos en el sector industrial.

El Consejo General del Colegios de Economistas insiste en que los niveles se alejan cada vez de los socios europeos, cuya media es del 20% y Alemania del 25%. Países como Francia, Italia o España han sufrido más las consecuencias de la crisis porque poseen unos sectores industriales más débiles. Otros países como Alemania, Holanda o Finlandia, que cuentan con un enraizado industrial potente, han capeado de mejor manera la crisis. Si se mide el valor añadido de la industria de estos países se puede apreciar que apenas ha sufrido variación.

La caída de la industria está estrechamente relacionado con el deterioro de las cuentas de España, u otros países desindustrializados, con el resto del mundo, puesto que el diseño de una política económica que se oriente hacía la exportación requiere atención especial a la industria.

La importancia de la industria para la creación de una economía sostenible y potenciar la clase media es vital. Por eso resulta necesario que casos como el de Aristrain se multipliquen en España, para que la industria recupere su potencial y con ello la creación de puestos de trabajos que alivien la situación financiera de las familias españolas.

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