El Málaga, como un tiro

Cantera, planificación, entrenador, afición e iniciativas del club, claves de un Málaga hambriento de gloria

Este Málaga ilusionante está hambriento de gloria. La imagen de Juanmi con el balón agarrado en el brazo izquierdo y con la mano derecha alentando a la afición tras lograr el empate –similar a aquella de Maresca la noche de la mítica chilena de Baptista– es la mejor muestra del inconformismo reinante en la plantilla. En el vestuario todos insisten en que la racha triunfal no es producto del azar, sino del trabajo, pero la ambición también cuenta. Los 21 puntos en solo once jornadas (uno más que en toda la primera vuelta de la campaña anterior) suponen un registro sin precedentes. No obstante, tanto el entrenador como los jugadores reiteran semana tras semana la advertencia de que también llegarán resultados adversos. En cualquier, el éxito tiene muchos artífices y comenzó a gestar en algunos aspectos la pasada temporada.

El legado de Schuster

Sería injusto no recordar la figura del entrenador alemán, que, al ver el discretísimo nivel de algunos ‘refuerzos’, apostó sin la más mínima duda por los meritorios Samu y Sergi Darder y también por recuperar a Juanmi, tres futbolistas que ahora tiran del carro con la etiqueta de titulares indiscutibles y que además han abierto el camino a Samu Castillejo y Juanpi.

Husillos

Al director deportivo se le puede echar en cara que no acertó en el mercado invernal con Pablo Pérez, Rescaldani y Iakovenko –y también que la plantilla es hoy por hoy excesivamente amplia–, pero nadie puede cuestionar su capacidad de trabajo y, sobre todo, de hacerlo con visión de futuro. El hispanoargentino tenía las ideas muy claras desde febrero y se movió con celeridad en el mercado para contar con determinadas piezas, pero también lo hizo con la planificación adecuada para dejar abiertas determinadas vías a algunos meritorios del filial. Por no hablar, claro está, de su apuesta por un entrenador, Javi Gracia, que venía de sufrir un descenso a Segunda con Osasuna.

Cantera

La irrupción de los canteranos obedece a la labor realizada en el fútbol-base en los últimos años. Desde luego, el alto nivel ofrecido por ellos no es flor de un día. Los críticos con la dirección de Manel Casanova al frente de La Academia siempre esgrimían la llegada de demasiados jugadores de fuera (cuando Juanpi lo hizo un año antes del fichaje del catalán) o la tesis de que los buenos resultados abajo no siempre implican la formación de futbolistas competitivos. El mérito es aún mayor si se valora que el Málaga carece de ciudad deportiva. La consolidación de los Samus es motivo de orgullo para todos aquellos entrenadores que los han tenido a sus órdenes.

Gracia

Ahora que el público aplaude cuando se pronuncia el nombre del entrenador malaguista al ser recitadas las alineaciones por el locutor oficial de La Rosaleda no viene mal recordar hasta qué punto se cuestionó el fichaje de Javi Gracia por el Málaga. Pocos entrenadores han llegado a La Rosaleda con tanto lastre. El navarro se ganó en pocos días a los dirigentes, técnicos y empleados del club con su sencillez, su compromiso y su afán por empaparse de todos los detalles. Después, cara a la plantilla, dejó pronto muestras de su trabajo y posteriormente, con el comienzo de la Liga, los futbolistas comprobaron su escrupuloso análisis de cada rival. La mayoría de la afición se deja llevar por el juego vistoso y la apuesta por los canteranos, pero tampoco queda en el tintero la sensación de equipo tácticamente muy bien trabajado. Además, ha conseguido aquello que cualquier entrenador desea: elevar al máximo el nivel de competitividad.

Afición

La temporada con Schuster se produjo un distanciamiento evidente entre el entrenador y la afición que a la postre tuvo una influencia decisiva en la no continuidad del técnico alemán. Los óptimos resultados durante el verano alimentaron en el entorno una ilusión que ha ido en aumento con el paso de las semanas. La respuesta de los seguidores ha sido espectacular en partidos complicados (frente al Granada o al Eibar) e incluso ante el Rayo. Ese apoyo lleva en volandas al equipo hasta el último minuto y también, cómo no, supone más presión para el cuerpo arbitral y, por supuesto, para el adversario.

Los dirigentes

Junto a la valentía de apostar por Gracia como recambio de Schuster (a pesar de que procedía de un equipo descendido), conviene incidir en el empeño en los dos últimos partidos en La Rosaleda en llenar el recinto. Es cierto que en ellos contó con el respaldo de la Diputación, pero tanto el Día de la Infancia como el partido dedicado a los estudiantes universitarios (con entradas muy baratas) han sido un éxito que anima a los dirigentes del club a fomentar este tipo de iniciativas. Tampoco puede quedar en el olvido la polémica reubicación de los Malaka Hinchas, cuya respuesta en el duelo con el Granada (como sucedió en la jugada del penalti decisivo) fue determinante. Conviene recordar que ahí comenzó esta racha triunfal de cinco triunfos consecutivos. De lo contrario, en los días posteriores se habrían disparado ciertas dudas...

Al final aunque nos haya jodido a muchos aficionados pero hay que reconocer que el cambio de Malaka a Gol Bajo ha sido un éxito. Y es una gran presión que ejerce sobre árbitros y rivales.