Tras asegurarse dos fichajes y casi tener atado a Amrabat, busca alguna incorporación a bajo precio
Podría afirmarse que ya se han cumplido las dos primeras fases del trabajo de planificación de la próxima temporada. Primero se perseguía la renovación de jugadores que acababan contrato y la ampliación de otros con mayor vinculación pero a los que se quería blindar para evitar una fuga a bajo precio este verano. Por ahí pasaron Caballero, Jesús Gámez o Camacho; con Eliseu aún no hay acuerdo. Luego, ya se contó la idea era hacer varias incorporaciones antes del inicio del Mundial. Firmados Rosales y Boka, y con un acuerdo muy cercano para prolongar la estancia de Amrabat, entra en liza un estadio más tranquila. Ahora los dirigentes blanquiazules están en posición de vigilancia a la espera de dar con una incorporación con buena relación calidad-precio, de ahí que estén atentos a los descensos que se produzcan en Primera División.
Se ha hecho trabajo de campo entre todos los implicados. Almería, Getafe, Valladolid, Elche, Granada, Osasuna... Y, más que nada, en el Betis, que es el único que por ahora ha certificado numéricamente la pérdida de la categoría. Muchos jugadores gustan de la nómina verdiblanca. En las últimas horas trascendió el interés por Rubén Castro, si bien no es el único nombre visto. Adán, N'Diaye, Salva Sevilla o Amaya son algunos de los nombres por los que en algún momento de la temporada ha habido seguimiento. Incluso el propio Mario Husillos, director deportivo, ha estado en el Benito Villamarín para seguirlos in situ. Existe interés en firmar alguno, aunque siempre que se ajuste a unos márgenes económicos justos. Muchos jugadores béticos querrán salir para mantener su estatus financiero y la entidad de Heliópolis querrá sacar tajada por ellos. A día de hoy, según voces del Málaga, no será fácil sacar a alguno de allí.
Los dirigentes del club tienen el plan de actuación claro, así como los puestos que quieren reforzar. Está previsto hacer una o varias apuestas fuertes, si bien seguramente habría que esperar a que transcurriese el Mundial para que estas operaciones pudieran fraguar. Sin embargo, el club quiere anticiparse y desarrollar alguna jugada hábil en el caso de que futbolistas integrantes de los clubes que desciendan aspiren a quedarse en la élite.
Es, de hecho, un caballo de batalla personal de Husillos, quien el año pasado incluso llegó a apalabrar acuerdos con jugadores que luego no acabaron fichando por la inacción de los dirigentes, que andaban más pendientes de cómo afrontar las múltiples ventas que ejecutaron y el dinero que iban a dejar en la caja fuerte.
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